Tienen 60 años o más, son modernos, progresistas, manejan las nuevas tecnologías y tienen ganas de aprender y de disfrutar de la vida, en definitiva, viven una segunda juventud en una etapa hasta ahora supeditada a términos como vejez o tercera edad. Ellos conforman lo que el doctor ecuatoriano Manuel Posso Zumárraga ha acuñado con el término sexalescencia. "Una generación que ha echado fuera del idioma la palabra sexagenario", escribe Posso en la revista mexicana Detona. O lo que es lo mismo, están lejos de conformarse con un estereotipo de vejez pasiva. Según los datos de la pirámide de población de 2023 recogidos por el Ministerio de Sanidad, en España hay alrededor de 8.145.540 personas de entre 60 y 74 años, un 16,85% de la población total del país (48.327.927).
"¿Yo tercera edad? Ni de coña", espeta contundente Mariano en conversación telefónica con 20minutos. Este madrileño de 66 años aún mantiene su trabajo en una multinacional de productos lácteos y tiene meridianamente clara qué es lo que le da vida: viajar. "Estoy bien de salud, activo, aún trabajo... lo que más me gusta y me ha gustado toda la vida es viajar. Si invierto en esto es porque sé que es lo único que me voy a llevar", confirma.
No me considero viejo, creo que uno se siente así cuando el cuerpo o la mente no responden
Mariano cuenta que no se siente como un anciano y bromea con los términos utilizados para la gente que pasa de los 60: "¿Ahora nos llaman senior, no?", pregunta entre risas. Para él, que todos los años viaja como mínimo una vez al extranjero (siempre con su mujer y la última a Islandia), también varias veces por España, "la diferencia entre los mayores de antes y los de ahora es que antiguamente no viajaban. No tenían esa inquietud, tampoco ese dinero...".
El madrileño, que ha alargado su jubilación hasta mayor de 2025, también tiene proyectos para su nueva etapa: empezar a hacer deporte, como natación, y hacer algún tipo de voluntariado. "Soy miembro de la Cruz Roja desde hace muchos años", detalla. Su vitalidad es un hecho y algo que le viene dado. Su madre tiene 93 años y su abuelo murió con 101, así que él confía en seguir en la misma línea familiar. "No me considero viejo, creo que uno se siente así cuando el cuerpo o la mente no responden", afirma. Para Mariano, que no tiene miedo a la inminente jubilación, otra de las cosas más importantes es "aprovechar todo porque nadie sabe hasta dónde vamos a llegar".
En este sentido, el IV Barómetro de Consumo realizado por el Centro de Investigación Ageingnomics, de la Fundación Mapfre, solo dos de cada diez mayores de 55 años (18,9%) desea alargar su vida laboral más allá de la edad de jubilación. O lo que es lo mismo, el 65,3% no postergaría un momento que es deseado por muchos, siendo los que tienen estudios superiores los más interesados en mantener su trabajo más allá de los 65.
Además, entre este estrato de población viajar, como le ocurre a Mariano, sigue siendo una prioridad durante su tiempo libre. Así, siete de cada diez personas de más de 55 años han ido de vacaciones en el último año, el 35% de ellos por lo menos una vez, mientras que el 30% entre dos y tres veces. Eso sí, más de la mitad (53%) lo hacen dentro de España. Los valientes como Mariano que se lanzan al extranjero comportan tan solo un 28% de las personas dentro de este grupo de edad.
"Esto me pilla de sorpresa"
En esta línea, Conchi, que ha cumplido 60 años este 2024, está deseando jubilarse para dedicarse a sus cosas, también viajar. Afincada en Pamplona desde hace más de 15 años, trabaja de cocinera en un bar donde llega a hacer una media de 18 tortillas al día y unos 250 pintxos. Es imparable, lo que hace que no tenga reparo en participar en su tiempo libre en un taller de teatro feminista o, hasta hace poco, en otro de radio. A esto se suman las salidas con su pareja. "Jamás he pensado que soy de la tercera edad, no tengo esa percepción", sentencia.
Me siento muy tranquila, estoy segura y tengo una vida ordenada. A esta edad ya sabes a dónde vas, ya no tienes incertidumbres
Con dos hijas adultas (fue madre adolescente), desde sus 40 años ha estado libre de ciertas cargas. Fue a partir de entonces cuando dio un giro a su vida, cambió de ciudad e incluso se hizo un tatuaje. "Siempre dije que no me iba a tatuar", apunta, como ejemplo de cuánto cambia la mentalidad con el paso de los años. Además, pone de manifiesto que cuando eres joven, con 20 años, "ves a los de 60, incluso a los de 40, como gente muy mayor". Algo que, para ella, después de un giro total. "Pensar en que pertenezco a la tercera edad me pilla de sorpresa", apunta.
La American Psychological Association (APA) recoge en un informe elaborado este 2024 que los adultos de mediana y avanzada edad creen que la vejez ahora comienza más tarde. "La esperanza de vida ha aumentado, lo que podría contribuir a que la vejez se perciba más tardíamente. Además, algunos aspectos de la salud han mejorado con el tiempo, de modo que las personas de cierta edad que antes eran consideradas mayores tal vez ya no lo sean hoy en día", manifiesta el autor del trabajo, el doctor Markus Wettstein, de la Universidad Humboldt de Berlín (Alemania).
El doctor, junto con colegas de la Universidad de Stanford, la Universidad de Luxemburgo y la Universidad de Greifswald, en Alemania, examinó datos de 14.056 participantes nacidos entre 1911 y 1974, que fueron respondiendo a una pregunta hasta ocho veces a lo largo de 25 años: "¿A qué edad describiría a alguien como viejo?". Cuando los participantes nacidos en 1911 tenían 65 años, fijaron el inicio de la vejez a los 71. En cambio, los participantes nacidos en 1956 dijeron que la vejez comienza a los 74 años, en promedio, cuando ellos tenían 65. A medida que las personas envejecían, su percepción del inicio de la vejez se alejaba cada vez más.
Quiero jubilarme cuanto antes para hacer planes y que me pille relativamente fuerte y sana, y esto pasa por cuidarse
"Me siento muy tranquila, estoy segura y tengo una vida ordenada. Siempre he sido una persona muy activa y curiosa y, quizá, ahora tengo más tiempo para mí. Quiero jubilarme cuanto antes para hacer planes y que me pille relativamente fuerte y sana, y esto pasa por cuidarse para tener un final lo más digno posible", añade Conchi. Pese a esto, asegura que no teme la vejez, pero que sí que piensa en el tiempo que le queda. "Notas los cambios físicos pero es algo que vas asumiendo. Como dice Maruja Torres, 'envejecer no es una desgracia, es un triunfo".
La salud no es algo que solo le preocupe a Conchi. El mecionado barómetro de Ageingnomics también indica que, con respecto a acciones en pro de mejorar la salud, el 73% de los mayores de 55 pasa por cuidar su alimentación. Además, más de la mitad de los españoles sénior suelen pasar revisiones médicas (58%), hacen ejercicio físico (52%), y respetan las horas de sueño (55%). La asignatura pendiente: informarse sobre salud (solo lo hace el 25%) y preocuparse por la estabilidad mental y emocional (21%).
"Estoy como una cabra"
Aunque a Inma, que acaba de cumplir 60, parece que su jubilación anticipada (lleva desde los 55 sin trabajar) le ha aportado una felicidad constante en la vida. "No tengo ninguna sensación de ser vieja, un poquito de vértigo sí, pero me siento como una chiquilla. Eso de la tercera edad ya no existe", afirma pizpireta a la vez que piensa en el aspecto que tenían su madre y su abuela con la misma edad. "Hay muchísima diferencia entre los 60 de antes y los de ahora", espeta.
Su vida, junto a su marido, está cargada de viajes, cafés con amigas, escapadas de fin de semana y reuniones en cuadrilla. Para ella, que tiene dos hijas mellizas de 23 años que ya han vlado del nido, el hecho de que ellas aún sean jóvenes le quita ciertas preocupaciones, como la de ser abuela, también que se hayan independizado. Con respecto a esto, el doctor Posso Zumárraga señala que, concretamente, "las mujeres nacidas en los años 50 o 60 no son las clásicas suegras que quieren que los hijos les estén llamando todos los días, porque ellas tienen su propia vida y ya no viven a través de ellos".
"Acabo de cumplir sesenta pero estoy como una cabra y me siento yo", expresa. Tras pasar por un enorme cambio por su jubilación anticipada después de más de 35 años en la banca, Inma dedica su día a día a ir a pilates, almorzar con sus amigas, visitar a su prima en Benicàssim... en definitiva, a disfrutar. "El tiempo que fundía antes en trabajar ahora se me queda corto", dice.
No sé si estoy en una segunda juventud. Me siento afortunada, esto es como una recompensa a todo lo que he hecho en la vida
Por lo que Inma, con su nueva década recién estrenada no duda en señalar que todavía le sorprende cuando le llaman señora por la calle y apunta a que la gente ahora "se cuida más", de ahí que se diga que los 60 son los nuevos 50. "Tengo una mentalidad muy joven, a lo mejor demasiado", expresa y se muestra contrariada por "esa presión" de que llegada a una edad no se pueden hacer ciertas cosas o hay que vestir de una manera u otra. "Lo que quiero lo hago y me da igual lo que me digan", espeta.
Además, la castellonense explica que envejecer le da "un poco de vértigo, no miedo" y que con el paso del tiempo ha perdido mucho el sentido del ridículo. Para ella, disfrutar es lo más importante sin pensar en el qué dirán. "No sé si estoy en una segunda juventud. Me siento afortunada, todo esto es como una recompensa a todo lo que he hecho la vida y ahora lo estoy disfrutando... lo que has sembrado, ahora lo recoges", dice con alegría, convirtiéndose en un claro ejemplo del sexalescente de Posso: "Es una generación que ha eliminado del idioma la palabra sexagenario porque la posibilidad de envejecer no entra en sus planes".