La sintonía entre Washington y Moscú desde la llegada de Donald Trump a la Casa Blanca en cuanto a cómo debe ser el final de la guerra en Ucrania está siendo plena. Un entendimiento sin precedentes. Con una importante excepción: la implicación militar de Europa en la posguerra. La posibilidad de que países europeos envíen tropas a Ucrania como parte del plan de paz se empieza a ver como una posibilidad en Bruselas después de que Estados Unidos haya insistido permanentemente en ello. No obstante, Rusia tiene claro que no aceptará tropas de la OTAN en Ucrania —aunque lo hagan en una misión de paz con bandera de la ONU—. Este jueves, el ministro de Exteriores de Rusia, Sergei Lavrov, ha advertido de que Moscú lo consideraría como "una implicación de la Alianza Atlántica".
Lavrov ha insistido durante su visita a Zimbabue que las autoridades rusas "considerarán la presencia de estas tropas en territorio ucraniano como se consideraría la presencia potencial de la OTAN en Ucrania". "La discusión se está llevando a cabo con un objetivo abiertamente hostil y no ocultan por qué lo necesitan", ha criticado. Lavrov ha rechazado cualquier tipo de compromiso por parte de Rusia sobre este punto y ha reiterado que este despliegue "no supondría una participación híbrida, sino una implicación directa, oficial y clara de los países de la OTAN en una guerra contra Rusia". "Esto no puede permitirse", ha afirmado, según ha recogido la agencia rusa de noticias Interfax.
La propuesta formalizada por el presidente de Estados Unidos tras su llegada a la Casa Blanca para que sea Europa la que garantice la seguridad de Ucrania había sido ya mencionada hace más de un año por el presidente francés, Emmanuel Macron. Aunque entonces aquella declaración cayó en saco roto y fue rechazada por la mayoría de los países, ahora son varios los gobiernos europeos que se han abierto a la posibilidad de enviar soldados. Entre ellos están Francia, Reino Unido, República Checa, Suecia, Lituania, Estonia o Países Bajos.
Europa sigue insistiendo en todas las reuniones de apoyo a Ucrania esta posibilidad. El propio Macron ha invitado esta semana a los jefes de Estado Mayor de aquellos países europeos dispuestos a reunirse en París para debatir un posible despliegue de fuerzas europeas una vez que se firme un acuerdo de paz en Ucrania. "A partir de la próxima semana reuniremos en París a los jefes de Estado Mayor de los países que quieran asumir responsabilidades. Se trata de un plan para una paz sólida, duradera y verificable que hemos preparado con los ucranianos y varios socios europeos", sostuvo en un discurso a la nación en el que expresó su esperanza de que Estados Unidos apoye esta iniciativa, ya que han pedido que Estados Unidos participe también del despliegue.
Durante el discurso, Macron afirmó que "el futuro de Europa no debe decidirse entre Washington y Moscú" y dejo caer la posibilidad de abrir un "debate estratégico" sobre "disuasión nuclear" extendida a los aliados europeos ante la amenaza rusa, que durante estos años de guerra ha amenazado con el lanzamiento de cabezas nucleares en varias ocasiones.
Las palabras de Macron han sido recibidas en Moscú como una muestra de "beligerancia contra Rusia". "Si uno lee el discurso de Macron tiene la sensación de que Francia busca continuar la guerra. De hecho, Francia está ya dispuesta a usar sus armas nucleares para fines de seguridad. Esto es ya una retórica nuclear", ha dicho el portavoz del Kremlin, Dimitri Peskov.
Un foco de discordia en las negociaciones
La negativa de Moscú a la presencia de tropas europeas en una misión de paz será el principal desacuerdo en las negociaciones que EEUU y Rusia están llevando a cabo. De hecho, el Kremlin tuvo que salir a desmentir a Trump cuando este aseguró ante la prensa que había hablado con Putin de esta posibilidad y el líder ruso le había dicho que no tendría problema.
Pese a ello, estas discrepancias no se están demostrando con excesiva beligerancia en público. El Kremlin sigue mostrando la buena sintonía y este jueves Peskov ha reiterado que está "de acuerdo" con Estados Unidos en la necesidad de "detener este conflicto y esta guerra", al tiempo que ha dicho que Moscú comparte la valoración de la situación que ha formulado en las últimas horas el secretario de Estado estadounidense, Marco Rubio, quien ha dicho que el conflicto "es una guerra indirecta entre Estados Unidos y Rusia".
"Esto va totalmente en línea con la postura que nuestro presidente y el ministro de Exteriores han expresado en reiteradas ocasiones. Hemos hablado de esto en repetidas ocasiones", ha sentenciado Peskov.