La reedición de la Supercopa de Europa es casi una final para el equipo de Carlo Ancelotti, castigado por las lesiones y angustiado por las derrotas en la Champions, hasta tres para dejar al campeón al borde del precipicio y con la necesidad de sumar ante un Atalanta en plena forma.
Su debilidad de visitante, cayendo en casa de Lille y Liverpool, sumado al partido cedido ante el Milan en el Santiago Bernabéu, dejan al conjunto madridista en el puesto 24 de la clasificación, al filo de la eliminación.
Atalanta, Salzburgo en el Bernabéu y Brest es el camino madridista para el despertar europeo. Con el buen recuerdo del primer partido oficial del curso, la final de la Supercopa europea en Varsovia, donde explotó su mayor experiencia en los duelos que deciden títulos. El estreno soñado de Kylian Mbappé, con un gran gol, antes de unos meses de rendimiento irregular.
Se levantó el delantero galo en Girona, como debe hacer el Real Madrid en Bérgamo, con un gol que plasma sus virtudes tras ser centro de la crítica por sus penaltis fallados ante Liverpool y Athletic en las dos últimas derrotas.
No ha dado Mbappé el paso al frente en liderazgo que le correspondía ante la ausencia de Vinícius y sí lo ha hecho Jude Bellingham, que vuelve a tener la importancia del pasado curso y ha marcado en cinco jornadas ligueras seguidas.
En Italia ya estará Vinícius, al que tanto añora el Real Madrid. Con lo justo en defensa, donde Ferland Mendy se suma por una lesión muscular a las bajas de Dani Carvajal, Éder Militao y David Alaba, Carlo Ancelotti debe decidir si el canterano Raúl Asencio está para un duelo de tal importancia. Pasó el examen de Anfield y en San Mamés fue de los pocos que se salvó, pero el regreso de Aurélien Tchouaméni provoca las dudas del técnico italiano.
La posición del francés, con su compatriota Eduardo Camavinga aún de baja, condiciona la de Fede Valverde y la posible titularidad de Luka Modric, que dejó su candidatura con un buen encuentro en Girona. Rodrygo, con molestias musculares, apunta al banquillo de inicio. Como Brahim Díaz o Arda Güler, revulsivos de Ancelotti por si el partido no transcurre por el camino esperado.
Y enfrente, un durísimo rival. Invicto en Champions (tres victorias y dos empates) y líder de la Serie A por vez primera en su historia a estas alturas del campeonato, el Atalanta es uno de los equipos más en forma de Europa. Suma ya nueve partidos seguidos ganados en Italia y no pierde en los últimos 14 entre todas las competiciones.
El técnico Gian Piero Gasperini ha mejorado su gran obra de 2018, cuando un desvergonzado Atalanta sembró el terror en la Champions con un fútbol muy ofensivo. De aquello hace ya tiempo, pero la esencia es la misma, la de un equipo valiente que busca la puerta sin contemplaciones.
La presión que implementa sigue siendo alta, al hombre y a campo completo. En eso no ha variado. Pero el nivel de inteligencia de los jugadores en un organismo colectivo que entienden a la perfección ha elevado el techo competitivo. Asfixiar al Real Madrid en salida de balón será el principal objetivo.
El equipo de Bérgamo tiene además entre sus filas al máximo goleador de Serie A, un Mateo Retegui que suma 12 goles. Y sus socios arriba no se quedan atrás: el nigeriano Ademola Lookman atesora 8 y 4 asistencias y el belga Charles De Ketelaere, con 3 dianas y 4 pases decisivos.