Aunque la parte socialista del Gobierno insiste en que no tramitará —tal y como está formulada— la iniciativa de Junts para que Pedro Sánchez se someta a una cuestión de confianza, quiere evitar que esto se traduzca en una ruptura de las negociaciones con unos socios que son imprescindibles para aprobar cualquier ley que lleven al Congreso. La Mesa de esta Cámara, con mayoría del PSOE y Sumar, decidirá este jueves si permite o no su debate, y aunque los socialistas ya avanzan que no están por la labor, aseguran que negociarán "hasta el último momento" con el partido de Carles Puigdemont. Así lo confirman fuentes del PSOE que participan en estas conversaciones y que, dentro de esta encrucijada, barajan otras alternativas para evitar la confrontación con sus socios, como intentar que reformulen el texto presentado o incluso posponer la decisión, como ya hicieron el pasado mes de diciembre.
Fuentes parlamentarias confirman que "ambas opciones son factibles", por lo que los socialistas apuran al máximo los tiempos a fin de evitar la escenificación de ruptura con un partido que necesitan para sacar adelante los Presupuestos, el acuerdo en materia de migración, la prórroga del decreto anticrisis y, en definitiva, todas las propuestas que planteen de aquí a que acabe la legislatura. Junts ya avisó de que tomarían decisiones que "no gustarán" al PSOE si se oponen a tramitar su iniciativa, de hecho, este viernes Carles Puigdemont ha convocado a la dirección de su partido en Bruselas para definir el rumbo que tomarán con los socialistas tras conocer la decisión de la Mesa.
Desde Moncloa se muestran tajantes respecto a la tramitación de la iniciativa de Junts, aunque abren una pequeña vía de entendimiento. "Con estas cosas, siempre está todo abierto", apuntan. De hecho, varios ministros salieron este miércoles con un mensaje más conciliador con los posconvergentes tras haber fijado su 'no' a permitir el trámite de su iniciativa. "Cuando estamos negociando hay que apurar hasta el último momento", señaló el ministro Ángel Víctor Torres, que redujo las amenazas de Junts al habitual "tira y afloja" dentro de negociaciones que, en todo caso, reconoció que se pueden "complicar". Con todo, apeló a agotar todos los plazos y poder llegar a la "concordia", sobre todo, en lo que se refiere a los Presupuestos.
Al igual que Torres, otros ministros como el de Interior, Fernando Grande-Marlaska, la de Igualdad, Ana Redondo, o la de Vivienda, Isabel Rodríguez, instaron a seguir negociando para poder alcanzar un acuerdo para sacar adelante las cuentas públicas. Y es que más allá de las consecuencias de la decisión que tomen el PSOE y Sumar este jueves, la negociación con Junts se extiende a más "aspectos" y la voluntad del Gobierno sigue siendo contar con su apoyo.
Por ello, para justificar la negativa a su iniciativa repiten dos argumentos. Primero, que la cuestión de confianza es una prerrogativa del presidente del Gobierno por lo que es una "perversión" que la pida la oposición. Y también tratan de desmontar el órdago de Puigdemont contra Sánchez animándole a presentar o a apoyar una moción de censura de la mano del PP y Vox si su pretensión real es retirar su apoyo al Gobierno. Eso sí, lo dicen con la convicción de que Junts no lo hará: "Si quieres minar la confianza del Gobierno, tienes que presentar alternativamente una propuesta y no hay propuesta alternativa al Gobierno, por eso no se presenta", expuso la ministra Redondo.
Sumar retrasa su decisión sobre si veta o no la iniciativa
Sumar, por su parte, contempla la negociación hasta el último momento entre el PSOE y Junts intentando no hacer demasiado ruido, aunque lo cierto es que es absolutamente determinante para el futuro de la proposición no de ley de los independentistas. La coalición que lidera Yolanda Díaz tiene dos puestos en la Mesa del Congreso que pueden decantar la balanza: si Sumar decide votar con los socialistas, la iniciativa de Junts no será calificada y no se permitirá su debate, pero si le da luz verde sus votos, sumados a los del PP, reunirán la mayoría suficiente para que el texto sea admitido a trámite.
Sabedora de su relevancia, la dirección del grupo parlamentario de Sumar se reunió este miércoles por la tarde para intentar cerrar una posición de cara a la Mesa de este jueves. La decisión, no obstante, no ha trascendido, entre otras cosas porque en el seno de la formación conviven diferentes posturas: Compromís apuesta por permitir que se califique la proposición no de ley de Junts, mientras IU rechaza caer en la "trampa" de los independentistas, tal y como afirmó su líder, Antonio Maíllo. En medio de esas dos posiciones están los afines a Díaz, entre los que hay quien piensa que es más conveniente dejar pasar la iniciativa y quien opina lo contrario.
Fuentes de la coalición explican que hasta este jueves por la mañana Sumar no anunciará su voto en la Mesa, dadas estas discrepancias y, especialmente, que el PSOE sigue negociando con Junts para intentar encontrar una fórmula que le permita no admitir a trámite la proposición de ley sin que eso suponga un nuevo choque con los de Puigdemont. La formación, eso sí, ha deslizado ya algunas críticas a los socialistas por boca de uno de sus representantes en la Mesa, Gerardo Pisarello, de los Comuns catalanes, que afirmó este miércoles que "no deberíamos haber llegado aquí" y que "se debería haber negociado como tocaba para que esto no ocurriera".