El PP negocia con Junts las enmiendas que ha propuesto esta formación a la reforma fiscal y que se debatirán este jueves en la Cámara Alta. Fuentes parlamentarias confirman a 20minutos que mantienen contacto con los de Carles Puigdemont de cara a hacer cambios en el proyecto del Gobierno siempre que generen una bajada de impuestos a las familias y a las empresas. Asimismo, en el pleno que se celebrará esta semana en el Senado, los populares planean forzar una votación de sus propias enmiendas —que ya introdujeron con su mayoría absoluta el miércoles pero sin debatirlas— con el fin de retratar a todos los grupos parlamentarios. Y de paso, para sondearles antes de que el texto vuelva al Congreso y el Gobierno trate de levantar todos los cambios incluidos por los de Alberto Núñez Feijóo.
De este modo, los populares persiguen el objetivo de bajar impuestos, sea apoyando las propuestas de otros grupos parlamentarios como logrando que estos apoyen sus enmiendas, que si bien ya están incluidas en el texto podrían ser eliminadas en su trámite final en el Congreso. Otras fuentes populares consultadas, que evitan avanzar el nivel de negociación que se está llevando acabo, se centran en la viabilidad técnica de dichas enmiendas. "El PP no está con Junts, estudia todo aquello que beneficie al ciudadano", recalcan primero antes de apuntar a que hay algunas de las medidas de los posconvergentes que podrían tener su apoyo dado que no conllevan un alto coste económico.
Por ejemplo, la bonificación de las contrataciones en entidades deportivas no profesionales sin ánimo de lucro porque, según el PP, se trata de una ampliación de algo de una ley que ya existe. También, estudian la viabilidad técnica de la enmienda que pide incluir la leche fermentada como producto esencial dado que no conlleva un alto coste económico. No obstante, ven quizá menos óptima la enmienda de los de Puigdemont que propone retrasar seis meses, de enero a julio, la aplicación del impuesto a los cigarrillos electrónicos.
Junts argumenta que se trata de "un gravamen abusivo sobre los productos que están actualmente almacenados" y que hay pymes con vapeadores con un stock por valor superior a los 300.000 euros que se verían obligadas a "pagar en régimen impositivo más de 1.500.000 euros en concepto de tributos por las características del producto". Pero el PP recuerda que el sector es conocedor de que esta ley lleva meses negociándose por lo que dichas empresas debían haberlo tenido en cuenta a la hora de preverse de sus existencias. También argumentan que toda empresa asume este tipo de costes, como tendrían que hacerlo también las que se dediquen a la leche fermentada en el caso de que la bajada del impuesto se incluya en el texto.
Del mismo modo que el PP estudia las enmiendas que puedan ayudar a las familias y empresas buscan el apoyo de otros grupos con una ideología fiscal similar que pueda apoyar sus enmiendas. De este modo, fuentes cercanas a la negociación explican que se están tratando de conseguir el sí de Junts. Para ello, planean forzar un debate de sus enmiendas en el Senado. Y es que, esta semana se debatirá la enmienda a la totalidad de Vox, las enmiendas de los grupos parlamentarios —menos las del PP que ya están introducidas por la mayoría absoluta— y un voto particular del PSOE en la que piden volver al texto original que emanó del Congreso, lo que supondría eliminar los cambios del PP.
Pues es en este punto, siempre que así lo estime oportuno la Cámara, en el que los populares van a intentar introducir votaciones separadas de los artículos de la ley para que todos los grupos tengan que posicionarse sobre su enmiendas, dado que la semana pasada el PP las aprobó sin opción a debate. De conseguir que los letrados den el visto bueno a esta fórmula, todos los grupos tendrán que apoyar, abstenerse o rechazar los cambios. Así, conseguirán reabrir heridas entre socios y Gobierno y conocer de antemano qué es lo que votarán después en el Congreso.