Un planeta 'partido en dos' por la investidura de Maduro: quién le apoya y quién considera que Edmundo González es el presidente electo

Nicolás Maduro y Edmundo González reclaman la presidencia legítima de Venezuela a un día de que el líder chavista tome posesión del cargo para un nuevo mandato. Maduro se autoproclamó ganador de las elecciones del pasado 28 de julio, pero se ha negado a publicar las actas electorales que certifiquen su presunta victoria. Enfrente, el candidato opositor ha denunciado un "fraude electoral masivo" y amenaza con presentarse este viernes en Caracas para reivindicar la presidencia.

La tensión crece por momentos en las calles, muy pendientes del pulso por el control del país, pero todo parece indicar que será Maduro quien se hará con el cargo de forma efectiva, porque en su mano están todos los resortes del poder, incluida una orden de detención contra González si este pone los pies en Venezuela para intentar boicotear su proclamación.

Sin embargo, el reconocimiento internacional cobra especial importancia porque a la postre es el que debe legitimar esa presidencia y es ahí donde González ha ido recabando apoyos con los que espera presionar al régimen.

Estos son los apoyos internacionales con los que cuenta cada aspirante a ocupar el Palacio de Miraflores:

Edmundo González, el candidato de Occidente

González cuenta con el apoyo implícito o explícito de la mayoría de los países occidentales y esa es una baza importante. El líder opositor fue recibido este lunes como "presidente electo de Venezuela" por Joe Biden en la Casa Blanca, escenificando así el respaldo de la primera potencia mundial a su causa. Aunque no pudo concretar un encuentro con Donald Trump, parece que González también contará con el apoyo del próximo presidente de EEUU, eso sí, teniendo siempre en cuenta la imprevisibilidad del magnate neoyorquino.

La Unión Europea también le ha expresado su apoyo, con la entrega del Premio Sájarov en el Parlamento de Estrasburgo el pasado diciembre, aunque sin llegar a reconocerlo como presidente electo, sino "legítimo y democráticamente elegido", que si no es lo mismo, viene a ser muy parecido. Sí ha utilizado el calificativo de "electo" por cuenta propia el gobierno italiano de Georgia Meloni. En el caso de España, ese atributo se lo han otorgado el Congreso y el Senado (con el voto en contra del PSOE), pero no el Gobierno de Pedro Sánchez.

En cualquier caso, González cuenta con el respaldo de todo el bloque comunitario y de otros países europeos, como el Reino Unido, Islandia o Ucrania, además de otras naciones occidentales como Canadá, Japón, Australia y Nueva Zelanda.

Asimismo, es fundamental el posicionamiento de América Latina y ahí está ganando la batalla el candidato opositor porque las relaciones diplomáticas del régimen de Maduro se han deteriorado mucho con sus vecinos a raíz de las elecciones del pasado julio. Argentina, Chile, Perú, Costa Rica, Uruguay, República Dominicana y Panamá rechazaron abiertamente la victoria del chavismo en aquellos comicios y rompieron relaciones con Maduro, una lista que luego se amplió con El Salvador, Ecuador y Guatemala; y a la que se ha sumado esta semana Paraguay.

Incluso viejos aliados de Maduro, como Gustavo Petro (Colombia) y Lula da Silva (Brasil), le han exigido la publicación de las actas para reconocer su victoria, por lo que ya son muy pocos los países latinoamericanos que consideran al chavista como legítimo presidente. México, con un gobierno populista de izquierdas, es otro país que ha exigido las actas de las elecciones, aunque finalmente enviará representación gubernamental a la toma de posesión de Maduro, igual que Colombia. Brasil enviará a su embajadora en Venezuela.

González también pretende escenificar el apoyo del que goza en la región rodeándose de exmandatarios latinoamericanos, con los que ha mantenido un encuentro en Panamá. Nueve de ellos han expresado su intención de acompañarle personalmente en su regreso a Caracas este viernes: Andrés Pastrana (Colombia); Felipe Calderón y Vicente Fox (México); Mario Abdo (Paraguay); Laura Chinchilla (Costa Rica); Jorge Quiroga (Bolivia); Mireya Moscoso y Pérez Balladares (Panamá) y Jamil Mahuad (Ecuador).

Maduro, el aliado de Putin y la alianza antioccidental

A Nicolás Maduro le quedan pocos aliados en Latinoamérica, principalmente la Cuba de Díaz-Canel y la Nicaragua de Daniel Ortega, que fueron los primeros países en felicitarle por su victoria electoral. También el gobierno boliviano de Luis Arce y el hondureño de Xiomara Castro han dado validez a los resultados oficialistas de las elecciones. El resto de apoyos proceden de pequeñas islas caribeñas como Antigua y Barbuda, Dominica, San Cristóbal y Nieves o San Vicente y las Granadinas, cuyo peso en el escenario político internacional es aún más diminuto.

Fuera del continente americano, Vladimir Putin se ha erigido como principal valedor de Maduro y el pasado mes de octubre recibió al líder venezolano con evidentes muestras de afecto en la cumbre de los BRICS, celebrada en la ciudad rusa de Kazán. En aquel foro, Maduro se codeó con otros líderes de países emergentes, como el presidente turco, Recep Tayyip Erdogan, que le felicitó personalmente por su victoria; o el indio Narendra Modi, con quien mantiene buena relación, aunque la India no ha llegado a reconocer su victoria y se ha mantenido neutral.

Además de Rusia, el otro gran aliado de Maduro es China, que tardó muy poco en felicitarle por la victoria electoral. Del mismo modo, otros países que forman parte de esa tácita alianza antioccidental o antiamericana, como podrían ser Irán, Irak, Corea del Norte o la Siria anterior al reciente golpe de Estado, trasladaron su reconocimiento inmediato al líder chavista.

En el continente asiático, Maduro también se ha asegurado el apoyo de países árabes como Arabia Saudí, Qatar o Emiratos Árabes, así como el de dictaduras de corte comunista o militar, como Laos, Vietnam o Myanmar. Es, sin embargo, entre los países africanos donde Maduro ha encontrado un filón porque son muchos los gobiernos que han reconocido su victoria electoral: Argelia, Angola, Burkina Faso, Yibuti, Guinea Ecuatorial, Eritrea, Gabón, Libia, Madagascar, Mali, Namibia, Nigeria, República del Congo y Zimbabue.

En Europa, apenas se vislumbran apoyos para Maduro, más allá del mencionado Putin y su socio más íntimo, el bielorruso Aleksandr Lukashenko, o Serbia, tradicional aliado de Rusia, que felicitó al venezolano por su reelección tras los pasados comicios.

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