La nueva vida de Rafa Nadal ya ha comenzado. Fue el propio balear el que anunció que se retiraría tras la disputa de la Copa Davis, pues su cuerpo le ha dicho basta, y la eliminación de España este martes adelantó unos días la fecha esperada.
Quien más quien menos esperaba un papel mejor de la Armada. Con Carlos Alcaraz al frente y un Nadal que estaba dejando una gran imagen en los entrenamientos –o al menos eso es lo que todos deseábamos pensar–, la retirada soñada era con Nadal levantando la Davis el domingo en el Martín Carpena de Málaga. O, al menos, jugando la final ese día, pues la poderosísima Italia asomaba en el horizonte.
No fue así y la retirada dejó un poso extraño. Unos vídeos emotivos, una atronadora ovación del público, un emotivo discurso con lágrimas del protagonista, y poco más. Quizás el domingo hubiera sido otra cosa, con más personalidades –los reyes, sus rivales Roger Federer y Novak Djokovic, alguna personalidad ilustres más...–, pero nunca lo sabremos.
Y ahora, a Rafa le toca afrontar una dura realidad que no todos los deportistas de élite sobrellevan de la mejor manera. Se acabó la rutina de entrenamientos, levantarse cada mañana para golpear la pelota, para ser mejor que el día anterior. Ahora toca una nueva vida, radicalmente distinta.
Eso sí, no nos engañemos, el ya extenista balear la afronta de una manera privilegiada. Por dejar solo un dato, durante su carrera profesional se ha embolsado nada menos que 123 millones de euros en el circuito ATP. Y su fortuna está estimada, según la revista Forbes, en 550 millones de dólares gracias a patrocinios como Nike, Movistar, Sabadell, Santander, Kia, Babolat, Richard Mille o Movistar.
"Nunca me ha fallado mi familia, ha estado conmigo en los momentos malos y me ha mantenido con los pies en el suelo cuando todo iba bien. Eso hace que lo que venga en el futuro sea más fácil de llevar"», dijo Rafa en su discurso de despedida. El fútbol, el golf o la navegación son algunos de sus hobbies, pero lo que realmente le va a ocupar su tiempo –aparte, obviamente, de su familia– son sus negocios, especialmente la Rafa Nadal Academy. Se trata de uno de los principales recintos tenísticos en el que se forman algunas de las grandes promesas del tenis mundial –de ahí ha salido Casper Ruud, al que precisamente le ganó la final de Roland Garros en 2022– que cuenta con una residencia, numerosas pistas de tenis y pádel, un hotel y varios restaurantes.
"Lleva tiempo asumiendo y preparando este momentos, sabía que la etapa del tenis profesional tenía un principio y un final", explicó hace unos meses su tío y exentrenador, Toni Nadal, una de las personas que mejor conoce a Rafa.
También ligado al tenis está su proyecto como embajador de la federación saudí, anunciado el pasado febrero y no exento de polémica. 2Necesidad, ninguna. ¿Que me pagan? Sí. ¿Que necesito el dinero que voy a recibir? Para nada, no me va a cambiar la vida. Mi contrato con ellos es para promover el tenis. Blanquear no es mi objetivo", explicó Nadal entonces.
Y además, están el resto de sus negocios, que no son precisamente pocos: de restauración (la cadena de restaurantes de lujo Tatel), inmobiliarios (el holding Aspemir y asociaciones con Palladium y Meliá Hotels International) y cosméticos (junto a Cantabria Labs).
Ya en el horizonte, un rumor que siempre ha estado en el ambiente y que él se ha encargado de alimentar: la presidencia del Real Madrid. "Creo que sí que me gustaría. Pero primero de todo, a día de hoy tenemos el mejor presidente posible", afirmó hace unos meses. Su amistad con Florentino Pérez lo hace más que posible.