Durante unos momentos, el Manchester City estuvo eliminado de la Champions. El conjunto de Pep Guardiola se fue al descanso del partido ante el Brujas perdiendo. Un gol 'in extremis' de Onyedika daba la victoria al equipo belga y suponía el adiós de los británicos a esta edición. Luego consiguieron dar la vuelta al marcador, con un resultado final de 3-1, pero la tensión y los nervios del técnico español se dejaron ver en el Etihad Stadium.
La sensación de que por primera vez su equipo iba a quedar fuera a las primeras de cambio rondó a Pep Guardiola desde el comienzo del último partido de la fase liga. Y todavía más al descanso, cuando un gol al filo les dejaba totalmente contra las cuerdas.
A la vuelta de vestuarios, al entrenador catalán se le vieron marcas en la cara, como ya había sucedido con la remontada sufrida ante el Feyenoord hace unos meses. Regresó al banquillo con arañazos en la cabeza.
Las muestras de su nerviosismo durante el encuentro no quedaron ahí. Cuando Ordóñez marcó en propia e hizo el 2-1 para el Manchester City, Pep se giró hacia su banquillo y dio unas patadas a una nevera para liberar la tensión acumulada.
Finalmente, el conjunto 'citizen' acabó ganando 3-1 al Brujas y clasificándose para la fase de playoff de esta nueva Champions al quedar en la posición 22 de la tabla.
Ahora, el Manchester City se tendrá que enfrentar a Bayern o Real Madrid, según determine el sorteo de este viernes. "Será muy duro, pero es en dos semanas y en dos semanas tendremos algunos jugadores de vuelta, los fichajes nuevos estarán, así que espero que podamos hacer dos buenos partidos", dijo Guardiola tras el partido.
