La mítica Voyager 1 podría perderse para siempre: la NASA no sabe nada de la nave desde hace una semana

Hay un objeto humano que lleva 47 años recorriendo los misteriosos rincones del espacio exterior. Hablamos de la mítica sonda Voyager 1, que en su periplo por el Universo tiene una compañera gemela: la Voyager 2.

Estas cápsulas espaciales fueron lanzadas en el verano de 1977 con el objetivo de realizar estudios de cerca de Júpiter y Saturno, especialmente de los anillos de este planeta y de las lunas más grandes de ambos cuerpos celestes.

Si bien se habían diseñado para tener una vida útil de cinco años, conforme la misión avanzaba sus responsables vieron que podían estirar la durabilidad de las Voyager. Y después de Saturno y Júpiter llegaron Neptuno y Urano, convirtiendo estas sondas en los primeros exploradores de los grandes planetas del sistema solar, 48 de sus lunas y los sistemas únicos de anillos y campos magnéticos que poseen.

Queda claro con tamaño recorrido que el conocimiento científico que han aportado estos viajeros espaciales es incalculable. Pero quizás lo más sorprendente es que las naves no se detuvieron en nuestro vecindario y fueron más allá del sistema solar: el éxodo de las Voyager se convirtió en una misión interestelar y continuaron enviando datos sobre el espacio interplanetario después de visitar los grandes planetas. Hasta ahora.

La sonda Voyager 1 se encuentra ilocalizable en el espacio interestelar

La NASA lleva una semana sin poder localizar su Voyager 1, según ha explicado un “entusiasta del espacio” que lleva años siguiendo los pasos a la mítica sonda. Bernard Netherclift indicaba en X (Twitter) que las antenas del sistema de comunicaciones DSN de la NASA han dejado de recibir señales de la nave.

La Voyager 1, que actualmente se encuentra a casi 23 horas luz de distancia —unos 24.700 millones de kilómetros—, no ha podido ser captada desde hace días por las antenas de la Red del Espacio Profundo —DSN, por sus siglas en inglés—, situadas en Canberra, Madrid y Goldstone (Estados Unidos).

Aunque se trata de datos comprobables por cualquiera, tal y como indica Netherclift, la NASA todavía no ha hecho ningún comunicado oficial al respecto. El último objetivo que estableció la agencia espacial de EE. UU. para la Voyager 1 fue que durase, al menos, hasta el año 2030.

Esta no es la primera vez que la sonda vive momentos de tensión debido a un problema técnico, de manera que Netherclift, experto y buen conocedor del funcionamiento de la Voyager 1, espera que se trate solo de un fallo ocurrido en los instrumentos que la nave lleva a bordo como ha ocurrido en el pasado, el cual estaría impidiendo las comunicaciones.

Los dos principales problemas de la Voyager 1

El mayor riesgo que corre la misión Voyager 1 es que se hubiera estropeado la antena de la sonda. Debido a que no se podría reparar por la distancia a la que se encuentra, la NASA ya nunca podría recibir señales de la nave ni tampoco enviar instrucciones a esta.

La distancia es precisamente el segundo de sus grandes problemas. Como hemos dicho, la Voyager 1 está actualmente a unos 24.700 millones de kilómetros. Esto significa que cada comando o instrucción que la NASA envía a la nave para intentar reparar las comunicaciones desde la Tierra tarda unas 23 horas en llegarle. Y de nuevo los responsables de la misión deben esperar otras 23 horas para saber si la operación ha tenido resultado.

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