La profesión médica representa mucho más que el tratamiento de enfermedades; es una vocación al servicio de la sociedad, con un impacto profundo en todas las esferas de nuestra vida cotidiana. Desde la consulta de atención primaria hasta los avances en medicina especializada, los profesionales de la salud acompañan y cuidan a los ciudadanos en sus momentos más críticos, ofreciendo respuestas que no solo alivian el dolor, sino que devuelven esperanza y dignidad. La calidad de vida de una sociedad está estrechamente ligada a la calidad de su sistema de salud, y la estabilidad y el desarrollo del estado de bienestar dependen de un sistema sanitario fuerte, equitativo y accesible para todos.
Para mantener y reforzar este sistema, es fundamental cuidar de quienes lo hacen posible: los profesionales sanitarios. Sin embargo, a pesar de su compromiso y entrega, la profesión médica se enfrenta a desafíos cada vez mayores. Las cargas laborales, la falta de recursos, y la creciente complejidad de la demanda asistencial ponen en riesgo no solo la salud de los pacientes, sino también la salud de quienes los cuidan. Asegurar el bienestar de nuestros médicos es garantizar la salud de nuestra sociedad en su conjunto.
El ejercicio de la medicina no se limita a conocimientos y habilidades técnicas; está también regido por unos valores éticos y deontológicos sólidos, que promueven la empatía, la justicia y el respeto a la dignidad humana. Estos principios son el motor que impulsa el compromiso de los médicos, quienes, a pesar de las dificultades, siguen ofreciendo una atención de calidad y ponen el bienestar de sus pacientes por encima de todo. Reconocer esta realidad no es solo una cuestión de gratitud hacia quienes eligen esta profesión, sino un acto de responsabilidad que la sociedad debe asumir.
Desde la Organización Médica Colegial llevamos años reivindicando un Pacto de Estado por la Sanidad que englobe a las distintas fuerzas políticas, los organismos reguladores, los profesionales, la industria farmacéutica y los pacientes, para consolidar y fortalecer nuestro sistema sanitario desde la base, dotándolo de recursos y de una visión a largo plazo que permita sostener un modelo que es base y pilar de nuestro estado del bienestar.
Para que este pacto social y político sea efectivo, es indispensable escuchar a los médicos y a sus colegios profesionales, que actúan como asesores cualificados y que, día a día, comprenden las necesidades reales de la sanidad. Contar con su experiencia y visión permitirá construir una sanidad mejor, más resiliente y preparada para afrontar los retos del futuro. Ya en 2020, presentamos en el Parlamento 45 medidas concretas, las cuales fueron aprobadas por unanimidad, que marcaban una hoja ruta precisa para el este gran objetivo de sostenibilidad del SNS. No faltan ideas y propuestas, falta implementación.
Reforzar el sistema de salud y apoyar a nuestros profesionales médicos es una tarea impostergable. Hoy, con motivo del Día Internacional de la Profesión Médica, volvemos a insistir en que es el momento de construir, con la participación de todos, un futuro en el que la Medicina siga al servicio de la sociedad y sea reconocida, protegida y valorada como la esencia que sostiene nuestra calidad de vida y el derecho universal a la salud. Sin médicos, no hay Medicina.