La explosión de popularidad de la Fórmula 1 en los últimos años ha traído consigo muchos cambios en la categoría. Algunos son alabados por la mayoría, como la cantidad de contenido producido por el 'Gran Circo' en sus redes sociales, mientras otros, entre los que se incluye Lewis Hamilton, critican el elevado precio de las entradas.
"Tenemos que vigilar el precio de las entradas. Creo que siguen subiendo y el coste de la vida ya es demasiado alto a día de hoy", comentó la estrella de Mercedes durante el Gran Premio de Gran Bretaña, para el que los tickets costaron entre 470 y 700 euros para el pase completo de fin de semana.
"Sólo pienso desde la perspectiva de un aficionado que viene con su familia. Es muy caro, así que creo que hay que buscar formas para que la F1 sea más accesible para la gente", explicó el británico, que acabó por llevarse la victoria en casa para romper una sequía de dos años y medio sin subirse a lo más alto del cajón.
El director ejecutivo del circuito de Silverstone, Stuart Pringle, defendió en su momento el importe requerido para asistir al GP de Gran Bretaña: "Tiene una buena relación calidad-precio si se compara lo que incluye. No sólo hay un evento deportivo de talla mundial, sino que también habrá un concierto todas las noches del fin de semana, así como un club de comedia y carreras de las categorías soporte".
En el caso del Gran Premio de Países Bajos, aún pueden comprarse entradas para viernes, sábado y domingo, con un precio que oscila entre los 410 y 750 euros por persona, y ninguna de ellas en un asiento que proteja al espectador del sol o la lluvia mediante un techo.
