Tres de los cinco acusados de perpetrar una paliza mortal a Samuel Luiz el 3 de julio de 2021 han sido declarados culpables de asesinato en un juicio que ha durado 21 días. Además, el cuarto de ellos ha sido declarado cómplice de los hechos, mientras que la única mujer juzgada ha quedado absuelta. Se trata de Catherine Silva, más conocida como Katy Silva, calificada irónicamente como "la dulce niña" por la fiscal del caso, Olga Serrano.
Si bien se la vincula con imposibilitar la defensa de Samuel, ya que dificultó que una de sus amigas fuera a socorrerle, el jurado ha determinado que no existen hechos probados para imputarle un delito de asesinato o cómplice.
La única prueba en su contra
De hecho, lo cierto es que la única prueba que había en contra de Katy fue el testimonio de Lina Fernández, la mejor amiga de Samuel, que aseguraba que la acusada la empujó para impedir que auxiliara a Samuel. Una agente de policía que compareció en el juicio corroboró esta declaración, según lo que le había contado "una chica que se encontraba ahí", cuando se toparon con el cuerpo inconsciente de Samuel.
Sin embargo, el jurado popular consideró no probadas las acusaciones contra la joven, de hecho, los nueve miembros desvincularon a Katy del grupo agresor en el momento en el que comienza la persecución.
La postura de Katy
Desde el principio Catherine Silva defendió su inocencia. Ella aseguró que, aunque fue testigo de la agresión desde el inicio, intentó parar a su entonces pareja de tres meses, Diego Montaña. Su abogado explicó en el juicio que en la madrugada del 3 de julio de 2021 la joven decidió salir de fiesta con "el grupo de amigos de su novio", siendo esta "la primera vez que salía con ellos". "Estaba en el lugar equivocado con la gente inoportuna" alegó el letrado durante el último alegato de las defensas.
Durante todas las sesiones del juicio por el asesinato de Samuel Luiz en la Audiencia Provincial de A Coruña, Katy se mostró emocionada. En varias ocasiones reconoció que lo ocurrido aquella noche fue una "cacería" y aseguró que "yo solo quería que mi novio parase".
Finalmente, pese a que la Fiscalía pedía para ella una pena de 25 años de cárcel por asesinato y agravante de discriminación, para el jurado, esta joven de 22 años es inocente y no encuentra probados los hechos que pudieran llevar a su condena. A su salida de la Audiencia con su madre, hacia una casa lejos de A Coruña, la joven confesó "Me llaman asesina, hemos tenido que marcharnos de la ciudad", según informa la Voz de Galicia.