Israel se fija en la Operación Litani de 1978 para crear una zona de seguridad frente a Hezbolá en el sur del Líbano

La Fuerza Aérea de Israel ha puesto en marcha una operación a gran escala en el sur del Líbano con intensos bombardeos contra objetivos militares de Hezbolá para neutralizar su capacidad de atacar territorio israelí. Los cohetes lanzados por la milicia chií desde el otro lado de la frontera han obligado al gobierno hebreo a evacuar a 60.000 civiles del norte del país y su propósito es destruir la amenaza islamista para que puedan regresar a sus casas.

Esta es la segunda fase de un ambicioso plan que arrancó la semana pasada con una sorprendente operación de inteligencia que provocó la explosión casi al unísono de miles de aparatos de comunicación de Hezbolá y que podría continuar en los próximos días con la invasión terrestre.

El ejército hebreo lleva tiempo acumulando tropas cerca de la frontera del Líbano y trasladando blindados al norte del país, la misma estrategia que siguió hace un año en Gaza, cuando lanzó una intensa campaña de bombardeos aéreos mientras concentraba tropas de infantería junto a la Franja, como paso previo a la invasión terrestre. "Después de la campaña de los 'buscas' y los bombardeos masivos que estamos viendo, es muy probable que veamos una ofensiva terrestre", señalan a este periódico fuentes de del Ejército de Tierra español.

La presencia de 10.000 cascos azules de la ONU en el sur del Líbano, entre ellos más de 600 militares españoles, tampoco parece que vaya a detener los planes de Tel Aviv: "Israel ya lo ha hecho en otras ocasiones. En 2006 invadió el sur del Líbano cuando había desplegadas tropas de FINUL (Fuerza Interina de Naciones Unidas en Líbano). Es verdad que ahora el contingente de la ONU es mucho más grande, pero Israel ya pasó por encima entonces y es probable que vuelva a hacerlo ahora".

Mover la frontera hacia el norte hasta el río Litani

Israel vuelve a fijarse en la Operación Litani que lanzó en 1978 para invadir todo el sur del Líbano, desde la frontera israelí hasta el río Litani, creando una zona de seguridad frente a las milicias islamistas. A esa operación recurrió también en 1982, bautizándola entonces como Operación Paz para Galilea (primera guerra del Líbano); y volvió a recurrir durante la invasión terrestre de 2006 (segunda guerra del Líbano).

"La gran duda es saber hasta donde piensan llegar ahora. Todo el mundo espera que lleguen hasta el río Litani, como han hecho siempre, porque eso les permite alejar las lanzaderas de Hezbolá unas decenas de kilómetros al norte de su frontera, pero la incógnita es saber si pretenden continuar más hacia al norte, hasta el valle de Beqaa o, incluso, hasta Beirut", indican a las citadas fuentes.

De momento, Israel ya ha advertido a la población civil del sur del Líbano para que se aleje de cualquier infraestructura militar de Hezbolá, lo que ha provocado un éxodo masivo de la población hacia el norte del río Litani en busca de un refugio seguro.

No obstante, la Fuerza Aérea israelí también ha bombardeado el extrarradio de Beirut y zonas del Valle de Beqaa, fronterizo con Siria y donde nace el Litani: "Están bombardeando la frontera con Siria porque desde allí le llegan muchos suministros a Hezbolá. El objetivo de Israel es cortar las rutas de suministro para que no le lleguen refuerzos ni armamento a Hezbolá, que cuenta con muchas unidades en Siria".

Incluso no es descartable que Israel penetre en territorio sirio en caso de necesidad: "Es menos probable porque no lo hacen desde la guerra del Yom Kipur (1973) y meterse en Siria es algo más complejo, pero no se puede descartar que también intenten alejar las lanzaderas que disparan contra los Altos del Golán y se adentren unos kilómetros en territorio sirio".

"La ONU tiene tropas de observación, no de combate"

La misión de la ONU en el sur del Líbano (FINUL) tiene desplegados más de 10.000 cascos azules procedentes de 50 países en una estrecha franja de tierra de apenas 40 kilómetros, que va desde la Línea Azul (frontera entre Israel y Líbano establecida por la ONU en 2000) hasta el río Litani. La misión está al mando del general español Aroldo Lázaro Sáenz y tiene su centro de operaciones en la base de Naqoura, en la costa del Mediterráneo. España es uno de los principales contribuyentes y cuenta en estos momentos con 676 militares en la región, la mayoría concentrados en la base Miguel de Cervantes de Marjayún, en el sector Este, aunque también en la base de Naqoura.

No obstante, a pesar de ese enorme contingente internacional, poco puede hacer ante una invasión terrestre de Israel: "Las fuerzas de la ONU están para monitorizar lo que está pasando y para permitir que el gobierno libanés vuelva a controlar toda la franja del sur, velando para que se respeten los acuerdos de alto el fuego y la Línea Azul. Pero si los acuerdos de alto el fuego se rompen, lo único que puede hacer es informar a Naciones Unidas y ser testigo de lo que está ocurriendo".

"Las tropas de FINUL son de observación y no de combate. Tienen el material justo para la autodefensa, pero no tienen capacidad para entrar en combate", explican desde las Fuerzas Armadas españolas, que aseguran que solo responderían ante un ataque directo, algo que tampoco entra en los intereses de Israel. "Durante la invasión de 2006, Israel mató a cuatro observadores de la ONU que estaban en un búnker que fue bombardeado, porque a veces lo bombardean todo y provocan bajas colaterales. Hubo protestas de la ONU, se abrió una investigación y al final Israel acabó pagando compensaciones a los cascos azules que murieron, ninguno de ellos español, pero no pasó nada más", añaden.

En cualquier caso, es poco probable que la ONU acuerde una retirada de sus tropas, a pesar de la intensificación del conflicto: "La política de Naciones Unidas es mantener la misión para que sea testigo de lo que está pasando y tendría que ponerse muy mal la situación para que se acordara una evacuación. Además, replegar un volumen tan grande de tropas sería muy complicado y peligroso en medio de una ofensiva. Es más seguro que permanezcan allí y se protejan".

Más probable es que se produzca una repatriación de civiles. De hecho, el Ministerio de Exteriores ya está preparando un plan de evacuación del Líbano y desaconseja viajar al país bajo cualquier circunstancia. Asimismo, ha pedido a los españoles que residen allí (unos 900, según sus cálculos), que abandonen el país en los vuelos comerciales que todavía funcionan.

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