Israel ha bombardeado este lunes por primera vez una zona de mayoría cristiana en el norte del Líbano, donde al menos 18 personas han muerto y otros cuatro han resultado heridos. El ataque ha ocurrido en una nueva jornada marcada por la violencia en diferentes puntos del territorio libanés, donde la cifra de fallecidos ha superado los 2.300 en un año de hostilidades.
El bombardeo impactó contra un edificio residencial en la localidad de Aitou, ubicada al sureste de Trípoli, una de las ciudades consideradas más seguras del Líbano. Hasta allí se desplazaron siete ambulancias de la Cruz Roja Libanesa para evacuar a los muertos y derivar a los heridos a hospitales de la zona.
Hasta el momento las autoridades no han informado sobre las identidades de los fallecidos, si bien este es el primer ataque contra esta zona de mayoría cristiana del norte del Líbano. A principios de octubre, un bombardeo israelí apuntó por primera vez los alrededores de Trípoli y tuvo como objetivo el campo de refugiados palestinos de Beddawi, donde un responsable del grupo islamista Hamás fue asesinado junto a otros miembros de su familia.
Desde que Israel inició a finales de septiembre su campaña de bombardeos masiva, ha concentrado sus ataques contra zonas de mayoría chií en el sur y el este, pero también ha comenzado a azotar otras comunidades del país mediterráneo en el norte y también en la capital, Beirut.
Más de 2.300 muertos
La campaña de bombardeos masiva de Israel, iniciada a finales de septiembre, se ha cobrado ya más de 2.200 vidas y ha obligado a más de 1,2 millones de personas a abandonar sus hogares para huir de la violencia, según datos proporcionados por el Gobierno libanés.
Tras esta "nueva masacre", tal y como los medios locales calificaron el ataque, el Ministerio de Salud Pública libanés ha anunciado que los muertos ascienden ya a 2.309 desde el estallido de la violencia entre Israel y Hezbolá el 9 de octubre de 2023, un día después del inicio de la guerra en la Franja de Gaza. Sin embargo, según el recuento de medios locales, alrededor de 1.500 muertes se han producido desde septiembre.
El Gobierno libanés considera "indiscriminados" estos ataques, que han provocado al mismo tiempo el desplazamiento de alrededor de 1,2 millones de personas en las últimas semanas, unas acusaciones que se han visto reforzadas después de que este mismo lunes un bombardeo impactara cerca de un convoy de ayuda humanitaria.
El proyectil impactó en unos comercios de venta de placas solares de la localidad de Al Ain, en la región oriental de Baalbek, y provocó heridas moderadas a uno de los conductores del convoy, que iba presidido por un vehículo de la Cruz Roja Libanesa en el que viajaba el gobernador de la provincia, Bachir Khodr.