¿Te acuerdas de James Howells, el ingeniero informático que minó 7.500 Bitcoins hace más de diez años? Si recuerdas bien la historia, sabrás que Howells minaba dichas criptomonedas cuando nadie más lo hacía, pero, desafortunadamente, el disco duro en el que guardaba la fortuna terminó en la basura.
Este incidente tuvo lugar en 2013 y, desde entonces, el ingeniero siempre ha mantenido la esperanza de recuperar dicho disco duro del vertedero con la ayuda de ingenieros, ecologistas y expertos. Aunque, por mala suerte, Howells va a tener que quitarse la ilusión, debido a que el juez del Tribunal Supremo Keyser KC emitió ayer su fallo, dando a conocer que Howells no tiene ninguna posibilidad de recuperarlo.
¿El motivo? El Consejo afirma que excavar en el vertedero permitiría que sustancias nocivas se escapen al medio ambiente, poniendo en peligro a los ciudadanos con "riesgos potencialmente graves que plantean problemas de salud pública y preocupaciones ambientales". Además, agrega que no hay "ninguna perspectiva realista de éxito", a pesar de que Howells ofreció una compensación equivalente al valor del Bitcoin en caso de encontrarlo entre la basura.
Los problemas de recuperar el disco duro
Howells solicitó el acceso al vertedero de Newport (Gales) en noviembre de 2013, pero los funcionarios locales siempre le negaron la entrada porque "todo lo que otra persona entregue a la autoridad durante el uso de las instalaciones pertenecerá a la autoridad".
Asimismo, el diario Ars Technica informa que "el ayuntamiento de Newport dijo que la excavación violaría los términos de su licencia con NRW (Organismo de Recursos Naturales de Gales, por sus siglas), causaría riesgos de salud y seguridad para el personal, arriesgaría daños por movimiento de tierra durante o después del trabajo de excavación e impediría al ayuntamiento cumplir con sus funciones legales de eliminación de residuos mientras se excava el sitio".
"Esta sentencia me ha quitado todo"
Tras darse a conocer el fallo por parte del Tribunal Supremo Keyser KC, Howells compartió con el medio BBC su frustración: "El hecho de que el caso haya sido desestimado en la primera audiencia no me da ni siquiera la oportunidad de explicarme ni la posibilidad de que se haga justicia de ninguna forma. Había mucho más que podría haberse explicado en un juicio completo y eso es lo que esperaba. No se trata de codicia, estoy dispuesto a compartir las ganancias, pero nadie en una posición de poder tendrá una conversación decente conmigo... Esta sentencia me ha quitado todo y me ha dejado sin nada. Es el gran sistema de injusticia británico atacando de nuevo".
Cuando se inició el rastreo, este sistema de almacenaje estaba valorado en cinco millones de euros y la basura del vertedero ocupaba un área similar a la que serían 15 campos de fútbol. Pero, con el paso del tiempo, la basura ha crecido y se desconoce si el disco duro seguiría funcionando.
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