Un estudio reciente ha revelado por primera vez la presencia de microplásticos en la nieve de la Antártida, incluso en áreas consideradas vírgenes.
Investigadores del British Antarctic Survey (BAS) encontraron partículas plásticas en los glaciares Union y Schanz, así como en el Polo Sur, donde el Programa Antártico de EE.UU. mantiene una estación de investigación.
El hallazgo, publicado en Science of the Total Environment, utilizó una nueva técnica avanzada capaz de detectar partículas de hasta 11 micrómetros (del tamaño de un glóbulo rojo), lo que permitió identificar microplásticos en concentraciones de hasta 3.099 partículas por litro de nieve, cifras 100 veces superiores a estudios previos.
Los análisis revelaron que el 95 % de los microplásticos eran menores a 50 micrómetros, lo que sugiere que estudios anteriores podrían haber subestimado la magnitud de la contaminación en la región.
Entre los plásticos detectados se encuentran poliamida (usada en textiles), tereftalato de polietileno (presente en envases y botellas), polietileno y caucho sintético.
La poliamida fue el plástico predominante
Curiosamente, la poliamida fue el plástico predominante en los campamentos, pero estuvo ausente en el sitio de "control" remoto, lo que sugiere fuentes locales de contaminación, como la ropa de abrigo, cuerdas y banderas utilizadas en expediciones.
La Dra. Clara Manno, ecóloga oceánica del BAS, advierte que la contaminación por microplásticos podría afectar al albedo de la nieve, acelerando el derretimiento del hielo. Además, estos contaminantes pueden transportarse a ecosistemas clave, impactando especies como pingüinos, focas y krill, fundamentales para la cadena alimentaria antártica.
Ningún lugar está a salvo
A pesar de las estrictas regulaciones sobre el ingreso de materiales a la Antártida, la Dra. Kirstie Jones-Williams, coautora del estudio, subraya que estos hallazgos demuestran que "ningún lugar en la Tierra está realmente intacto".
El estudio refuerza la necesidad de un monitoreo sostenido en la región y aporta evidencia crucial para la formulación de políticas globales contra la contaminación plástica, como las negociaciones del Tratado Mundial sobre Plásticos de la ONU.