El Gobierno trabaja ya en una subida del salario mínimo interprofesional (SMI) para que la retribución mínima que se puede pagar por ley suba, al menos, lo mismo que la inflación y en línea con lo que lo han hecho el resto de los sueldos. Así lo ha trasladado este martes la vicepresidenta segunda y ministra de Trabajo, Yolanda Díaz, titular de la cartera que pilota tradicionalmente las negociaciones sobre esta materia.
La cifra definitiva no se conocerá, previsiblemente, hasta el año que viene, dado que Trabajo tiene que escuchar aún el dictamen de su comité de expertos, negociar con sindicatos y patronal y llevar la propuesta al Consejo de Ministros. Un proceso que se demorará, con total probabilidad, hasta comienzos de 2025, como sugieren los tiempos que se manejaron en la subida aprobada en enero de este año.
Para que el SMI no pierda poder adquisitivo, su alza tendría que situarse, al menos, en el entorno del 2,8%, que es lo que promedia la inflación interanual medida hasta octubre (último dato disponible). Estaríamos hablando de unos 1.166 euros brutos mensuales en 14 pagas para una jornada completa, que en un año equivalen a 16.320 euros. El SMI actual se sitúa en 1.134 euros mensuales (15.876 euros cada ejercicio).
Sin embargo, como el departamento que dirige Yolanda Díaz ya da por bueno que los 1.134 euros de salario mínimo actual alcanzan el 60% del sueldo medio (la referencia que el Gobierno se fija como objetivo), la lógica hace pensar que para mantener esa equivalencia el SMI tendría que subir en la misma medida que lo han hecho las demás retribuciones.
Una referencia para saber cuánto han subido los demás sueldos son los datos de salarios negociados en los convenios colectivos, que acumulan un alza del 3,8% este ejercicio. Interrogada por este cálculo en concreto, la vicepresidenta ha dado por bueno el razonamiento, aunque ha señalado que el mandato es que el SMI "no pierda poder adquisitivo".
Trabajo da por garantizado ese umbral mínimo. Sin embargo, esto no es óbice para que la subida pueda ser mayor. El resultado dependerá, en primera instancia, de las conclusiones a las que llegue el comité de expertos designado por el Ministerio de Trabajo para estudiar el SMI. Este consejo de 'sabios', introducido por primera vez para estudiar la subida que se produjo en 2021, se ha reunido este martes para empezar a analizar por dónde se pueden mover los incrementos.
Su mandato es dar con la cifra que sea equivalente al 60% del salario medio que se cobra en España. Algo que no es sencillo de averiguar, dado que las estadísticas salariales se publican con mucho retraso. Los datos más recientes de la estadística de referencia (Encuesta de Estructura Salarial) se remiten al año 2022. Además, este año se les ha encomendado que estudien cómo trasladar esa fórmula del 60% del salario medio a la legislación, para que las alzas queden blindadas en el Estatuto de los Trabajadores.
Fuentes del comité citadas por El Confidencial refuerzan la tesis de que la subida se situará en el entorno del 4%. No obstante, otras fuentes del 'consejo de sabios' a las que ha podido oír este periódico rechazan que ese cálculo sea la referencia que se maneja en la mesa, ni el suelo mínimo.
Una vez los expertos se hayan pronunciado, llegará el turno de negociar con sindicatos y patronal. No se espera que los empresarios se vayan a sumar a ningún tipo de acuerdo. Las desavenencias entre CEOE y el Ministerio de Trabajo son conocidas, y se han acrecentado a raíz de los encontronazos en la negociación para reducir la jornada de trabajo.
Pero los sindicatos presionarán al alza para obtener una subida mayor a ese 4%. Desde UGT, donde su secretario general, Pepe Álvarez, está a las puertas de renovar su liderazgo, ya han señalado que su meta es que el SMI alcance los 1.200 euros mensuales a jornada completa (16.800 en cómputo anual). Para alcanzar esta cifra el alza debería situarse entre el 5 y el 6%. Desde CCOO reclamarán un incremento de un 5%, la misma cifra que se pactó el año pasado.