El Gobierno apuesta por las Letras del Tesoro en su estrategia de financiación pública para este año. El Ejecutivo prevé incrementar la emisión de estos títulos de deuda a corto plazo en 12.000 millones de euros respecto al cierre de 2024 ante la notable demanda que todavía permanece pese a las bajadas de tipos. Aunque la rentabilidad de las letras ha ido a la baja tras el boom inversor de 2023, los inversores -muchos de ellos familias- han seguido comprando títulos también a gran ritmo en 2024.
El año pasado, el Tesoro despachó 89.468 millones de euros en papeles de deuda a tres, seis, nueve y doce meses, una cifra que superó en más de 5.000 millones las expectativas iniciales del Gobierno. El Ejecutivo estima ahora que colocará 101.934 millones de euros en este instrumento financiero a lo largo de 2025, la cifra más elevada desde 2021, cuando las necesidades de financiación se dispararon por el gasto pandémico.
Casi toda esa emisión servirá para cubrir los vencimientos de las letras que habrá que abonar a lo largo del año, pero el Ejecutivo ha reservado 5.000 millones para cubrir una parte de las necesidades de financiación pública del país este ejercicio, que ascenderán en total a 60.000 millones. De hecho, la emisión de letras permitirá cubrir aproximadamente una tercera parte del aumento en la deuda pública que ha presupuestado el Gobierno este año para hacer frente a los gastos de la DANA.
Desde el Ministerio de Economía prevén que la demanda se estabilice este año. "No vamos a ver más incrementos, pero sí se percibe una ampliación de la base inversora", ha señalado la secretaria general del Tesoro, Paula Conthe, en un encuentro informativo celebrado el martes. "Gracias a la rentabilidad de esos instrumentos, muchos hogares se han dado de alta como inversores y se ha convertido en una opción más para ellos", ha añadido.
La idea del Gobierno es que el mercado de las letras tenga liquidez suficiente para atraer a inversores más grandes y revitalizar un instrumento de financiación que ha resucitado gracias a las familias tras las subidas de tipos de interés del Banco Central Europeo (BCE). Los datos son profundamente llamativos. En 2021, solo había 17 millones de euros de Letras del Tesoro en manos de particulares. En septiembre del año pasado ya eran 27.000 millones, más de un tercio de toda la deuda viva en este instrumento.
Las letras se volvieron un producto interesante para inversores conservadores cuando el BCE empezó a subir los tipos de interés en 2022. Muchos particulares sacaron el dinero de sus depósitos, que apenas les ofrecían rentabilidad y lo invirtieron en letras, que llegaron a dar retornos cercanos al 4% sin apenas riesgo.
No obstante, este producto se está volviendo cada vez menos interesante para invertir por sus rentabilidades menguantes. En la última subasta, el interés promedio de las letras se movió entre el 2,36 y el 2,56% en función del plazo de vencimiento. Cifras que, si bien se acercan mucho a la inflación, están lejos del 3,87% que se llegó a alcanzar en el punto máximo de 2023.
Con todo, la importancia que tienen los hogares a la hora de financiar la deuda del país es muy baja. Los inversores particulares tienen en sus manos tan solo el 2,1% de la deuda circulante en el país. Los grandes tenedores de pasivo público son inversores no residentes (43,6%), seguidos del BCE (27,7%), los bancos españoles (13,3%) y las aseguradoras (7%).