Qué está pasando en Georgia y por qué los proeuropeos y los prorrusos siguen enfrentados tras las elecciones de octubre

Georgia ha vivido su cuarta noche consecutiva de protestas. Miles de ciudadanos se han vuelto a manifestar contra la decisión del Gobierno de suspender las negociaciones de adhesión a la Unión Europea. El Ejecutivo georgiano amenaza con ilegalizar a la oposición, al tiempo que asegura que la integración europea no se ha detenido.

La capital georgiana, Tiflis, vivió entre el domingo y el lunes su cuarta noche de enfrentamientos entre las fuerzas antidisturbios y los manifestantes. Como en días anteriores, al caer la noche los opositores de congregaron en una protesta junto a la sede del Parlamento, protegida por un numeroso contingente policial.

Al menos 44 personas fueron hospitalizadas tras enfrentarse a la Policía durante la protesta. Según el Ministerio de Interior, "grupo agresivos" atacaron a los policías con piedras, bengalas y sustancias inflamables, y los efectivos antidisturbios procedieron a disolver a manifestación con el empleo de gases lacrimógenos y cañones de agua.

Los manifestantes se resistieron a la acción de las fuerzas policiales, que detuvieron a varias personas. Entre los detenidos se encuentra Zurab Dzhaparidze, dirigente de la opositora Coalición para el Cambio. Desde el jueves pasado, 224 manifestantes han sido detenidos por desacato y vandalismo, y 113 policías han resultado heridos en altercados.

Qué defiende el Gobierno

El primer ministro, Irakli Kobakhidze, advirtió de que los manifestantes serían castigados "con todo el peso de la ley" y amenazó con pedir al Tribunal Constitucional la ilegalización de los partidos opositores. Porque el mandatario asegura que la integración europea de Georgia sigue en marcha.

Lo único que hemos rechazado es el chantaje vergonzoso... las relaciones Georgia-UE son bilaterales y sólo pueden ser bilaterales"

"Lo único que hemos rechazado es el chantaje vergonzoso y ofensivo, que era, de hecho, un obstáculo importante para la integración europea de nuestro país", afirmó Kobakhidze este domingo. Pero el pasado jueves, el jefe del Gobierno había anunciado que suspendía el proceso de adhesión de su país a la UE hasta finales de 2028.

Kobakhidze insiste en que Georgia es un país europeo, que su responsabilidad es "hacer de Georgia un miembro de pleno derecho de la familia europea". Pero rechaza lo que él llama chantaje, porque "las relaciones Georgia-UE son bilaterales y sólo pueden ser bilaterales". Él es el líder de Sueño Georgiano, el populista partido gobernante (desde 2016), considerado prorruso.

Qué sostiene la oposición

Este mismo lunes, Kobajidze acusó a los opositores de actuar abiertamente contra el orden legal vigente en el país. Aunque, al mismo tiempo, declaró su disposición a mantener un "sano debate" con los participantes en las protestas que estallaron el pasado jueves. "Proponemos cualquier tipo de formato de debate", dijo el primer ministro, quien insiste en acusar a la oposición de contar con financiación desde el extranjero.

Los manifestantes protestan contra la congelación de las negociaciones con la UE y exigen la celebración de nuevas elecciones parlamentarias. La oposición se niega a reconocer la legitimidad del nuevo Parlamento, nacido de las elecciones celebradas en Georgia el 26 de octubre.

De hecho, ha decidido boicotear sus procedimientos, de modo que Kobakhidze continuará como primer ministro. La cámara georgiana ha aprobado su nuevo gabinete, pero los escaños de la oposición quedan vacantes.

Qué papel juega la presidenta de Georgia

Hija de exiliados y antigua diplomática francesa, Salomé Zurabishvili, es la presidenta de Georgia. Aunque su papel como jefa de Estado sea en gran medida ceremonial, su actitud política no lo es. Está deseosa de que su país salga de la órbita de Rusia, ve el futuro del país como parte de la Unión Europea y está deseosa de que salga de la órbita de Rusia.

El Gobierno no es legítimo porque las elecciones que dieron lugar a este parlamento y al gobierno no fueron legítimas"

El problema para ella es que su mandato finaliza (fue elegida el 16 de diciembre de 2018), pero asegura que no dimitirá cuando termine. Zourabichvili ha criticado públicamente algunas de las leyes más polémicas del Gobierno y se ha negado a firmar otras.

"Está claro que el Gobierno no es legítimo porque las elecciones que dieron lugar a este parlamento y al gobierno no fueron legítimas. No han sido reconocidas por nadie", declaró Zourabichvili a Euronews. Según la presidenta, los comicios no han sido reconocidos por la población georgiana ni por las fuerzas políticas del país, "porque ningún partido de la oposición les ha reconocido como ganadores de estas elecciones parcialmente amañadas y nadie ha entrado en el Parlamento. Así que hay un solo partido y un Parlamento ilegítimo".

Qué medidas ha adoptado la UE

La UE concedió a Georgia el estatus de candidato en diciembre de 2023 a condición de que cumpliera sus recomendaciones. Pero a principios de este año dejó en suspenso ese proceso tras aprobar el Ejecutivo de Tiflis la llamada Ley de Influencia Extranjera. Esa polémica norma fue vista como un golpe a las libertades democráticas.

Bruselas ha anunciado recortes a cualquier ayuda presupuestaria a Georgia como consecuencia de esa ley y de otras decisiones tomadas por Sueño Georgiano, que considera antidemocráticas. Recientemente, por ejemplo, ha impulsado leyes similares a las utilizadas por el Kremlin para reprimir la libertad de expresión y los derechos del colectivo LGTBIQ+.

El domingo, la responsable de Política Exterior de la UE, Kaja Kallas, y la comisaria de Ampliación, Marta Kos, emitieron una declaración conjunta sobre la decisión de suspender las negociaciones de adhesión. "Observamos que este anuncio supone un cambio con respecto a las políticas de todos los Gobiernos georgianos anteriores y a las aspiraciones europeas de la gran mayoría del pueblo georgiano, consagradas en la Constitución de Georgia", decía la declaración.

Qué sostiene el Parlamento Europeo

El Europarlamento ha condenado los comicios georgianos de octubre, afirmando que no fueron ni libres ni justos. El pasado jueves, adoptó una resolución en la que criticaba a Sueño Georgiano por el deterioro democrático del país y se pedían sanciones de la UE contra el primer ministro y altos funcionarios de Georgia.

Se argumenta que las políticas del Gobierno de Tiflis son incompatibles con los objetivos de integración euroatlántica del país. Se citan graves violaciones electorales como la intimidación de votantes, la manipulación de votos, la interferencia con observadores y medios de comunicación, y la manipulación de máquinas electrónicas de votación. Los eurodiputados declararon que los resultados electorales no eran fiables e instaron a la comunidad internacional a no reconocerlos.

El europarlamento también han condenado la injerencia rusa en los procesos democráticos de Georgia, incluidos los esfuerzos por difundir la teoría de la conspiración del Partido de la Guerra Mundial, que afirma falsamente que la oposición llevaría al país a una guerra con Rusia bajo las órdenes de Occidente.

Qué dice Rusia

Las exigencias europeas son para Moscú un intento de desestabilizar Georgia. Este lunes, el Kremlin alertó de los que considera intentos de organizar una revolución popular como la ucraniana en Georgia.

"El paralelo más directo es lo ocurrido en el Maidán en Ucrania. Se dan todos los indicios de que se intenta de organizar una Revolución Naranja", dijo Dmitri Peskov, portavoz presidencial, en su rueda de prensa telefónica diaria. Peskov lo consideró un "asunto interno", aunque subrayó que "a la vista hay un intento de desestabilizar la situación" en el país caucásico.

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