Un total de 676 soldados españoles forman parte del grupo de tropas desplegadas como cascos azules desplegados en el Líbano, en una base ha sufrido varios ataques israelíes en los últimos días. Y en este contexto el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, ha mandado un mensaje a Tel Aviv asegurando que "no habrá retirada" de ese despliegue mientras la escalada en Oriente Próximo va in crescendo con el paso de las horas. "No va a haber retirada de FINUL", ha garantizado Sánchez este lunes desde Barcelona, en una línea repetida también por el ministro de Exteriores, José Manuel Albares, quien recordó desde Luxemburgo que ese paso "solo corresponde al Consejo de Seguridad" de Naciones Unidas.
En el marco de la reunión de ministros de Exteriores de la UE, Albares reiteró que "los ataques deben cesar inmediatamente" porque son, dijo, "lo único que pone en riesgo" el trabajo de los cascos azules. En una dura crítica a Israel, por su parte, Sánchez pidió a la Comisión Europea que responda "de una vez por todas" a la petición que hicieron hace meses sobre todo España e Irlanda de que se revisase el Acuerdo de Asociación de la UE con Israel. Esa opción, de momento, no se contempla en el equipo de Ursula von der Leyen.
En ese escenario tan complicado el ministro de Exteriores se limitó a pedir respeto a la resolución 1701 del Consejo de Seguridad de la ONU por la que se acordó en 2006, y que sirve para asegurar el despliegue de misiones de paz en Líbano. "Le corresponde, por supuesto, al Consejo de Seguridad de Naciones Unidas, con todos los Estados miembros que participamos y todos aquellos que somos parte de Naciones Unidas, incluido Israel, proteger esas resoluciones, defenderlas, aplicarlas y, por lo tanto, proteger y defender a las tropas de FINUL, que lo que hacen es una labor por la paz", concluyó el titular de Exteriores.
Tanto Albares como Sánchez siguieron el argumentario marcado desde el inicio de este capítulo del conflicto, con los ataques de Hamás sobre Israel el 7 de octubre de 2023. España, de hecho, pidió en la reunión ministerial, una vez más, "un alto el fuego permanente en Gaza, una tregua en Líbano, el respeto a la resolución 1701 por parte de todas las partes, el cese del lanzamiento de cohetes por parte de Hizbulá a Israel, que también condenamos y deploramos como hemos visto ayer, y la liberación incondicional de todos los rehenes, y que todo ello permita la entrada inmediata de ayuda humanitaria urgente", tal como explicó el propio titular de Exteriores.
Por su parte, el presidente del Gobierno incidió en que "la única pretensión de imponer un nuevo orden regional por la fuerza que sólo va a traer más desorden y más destrucción en Oriente Medio y, en consecuencia, más inestabilidad en el mundo". Por ello, España mantiene que no pueden "acumularse más armas" en la región porque de esa manera no se conseguirá un alto el fuego que piden los países de la UE, y al que puso voz este lunes el Alto Representante, Josep Borrell. "Pedimos de nuevo un inmediato alto el fuego en toda la región para evitar una guerra con consecuencias dramáticas para todos", concluyó el jefe de la diplomacia europea al tiempo que pidió a Israel "una investigación exhaustiva" sobre los ataques a los cascos azules.
Asimismo, la ministra de Defensa, Margarita Robles, recalcó que "el compromiso de España" con la paz se mantiene, con el despliegue de estas fuerzas. "Es inaceptable por parte de Israel que se vulneren todas las normas del derecho internacional, que se esté entrando en posiciones y atacando a la misión de FINUL, que es una misión de paz de las Naciones Unidas", sentenció.