El Festival de Eurovisión Junior llega mañana a la Caja Mágica de Madrid. Ser anfitrión del Junior es todo un honor y una oportunidad única que, creo, algunos no están sabiendo aprovechar. Si bien es cierto que el trabajo de RTVE con el Festival es más que destacable, echo de menos que la ciudad del oso y el madroño no esté más volcada con un espectáculo que el año pasado fue seguido por más de 27 millones de espectadores en todo el mundo.
Si ni siquiera sabías que se celebraba aquí, podría ser que tampoco supieras que aún quedan entradas a la venta para poder ver hoy el ensayo general a las 18.00 horas.
Eurovisión Junior es un concurso de música y también es una ventana al futuro en la que, hermanados y ajenos a las polémicas, un grupo de niños y niñas hacen de la música su camino de expresión, un lenguaje común y una bola de demolición antifronteras. Me inspiran un montón.
Chloe DelaRosa, la ‘cantista’ española (como ella misma se denomina), es un torbellino de fuerza y talento que, recordando a la enérgica Antes muerta que sencilla, va a hacer un gran papel sobre el escenario con su canción Como la Lola.
El compromiso de España con el crecimiento de Eurovisión está más que constatado: hemos demostrado nuestra solvencia para albergar un evento de tal magnitud y hemos recuperado una posición relevante gracias a actuaciones memorables y una dedicación renovada. España se ha ganado el respeto de la audiencia mundial y el cariño de un público que abraza más que nunca este festival y el Benidorm Fest, una cantera de talento que además de alimentar el certamen internacional, nutre a la escena musical nacional de prometedores artistas emergentes.
Os recuerdo que de nosotros también depende el triunfo de España en Eurovisión Junior. A diferencia del certamen de mayores, en este los espectadores sí pueden votar por el representante de su país y es gratis. Se puede hacer en vote.junioreurovision.tv.