Un entrenador de voleibol y fundador del club se enfrenta a 32 años de cárcel por agresión sexual a una menor y a una joven

La Audiencia Provincial de Madrid juzgará este martes a un entrenador de voleibol por presuntamente agredir sexualmente a dos jugadoras, una de ellas menor, del Club Voleibol Madrid, situado en la calle Islas Filipinas de la capital.

El procesado, de 36 años, se sentará en el banquillo de los acusados por la presunta comisión de un delito de agresión sexual y dos delitos de abuso sexual y se enfrenta a 32 años de prisión. El acusado era director fundador y entrenador del citado club de voleibol.

Según el relato de los hechos, el acusado en fecha no determinada del mes de julio de 2019, tras la celebración de un partido, se ofreció a llevar a su casa y en su coche a una de las jugadoras, que tenía entonces 15 años.

El procesado, con ánimo libidinoso, y conociendo el sentimiento que le profesaba la joven se dirigió a un parking sito en el distrito de Moncloa.

Una vez en el parking, manifestó a la menor que tenía "que saber que a la hora de saber quién se queda en el club se hacen tres listas siendo una de color naranja otra verde y otra roja siendo esta última en la que estaba ella y en mayúsculas, haciéndola entender que ella estaba fuera del equipo, para a continuación decirla que representaba la esencia del club y no lo iba a permitir".

Después de hablar de un rato de diferentes temas, el acusado le dijo que el vestido que lleva le hacía más mayor y le propuso jugar a un juego siendo las palabras textuales, "voy a poner el cronómetro durante un minuto y lo que pase en ese minuto se olvidará".

El acusado le dio un beso, sintiéndose la menor muy incómoda, sintiendo miedo, presión y vergüenza, besándola nuevamente. Tras esto, le propuso pasarse a los asientos traseros del vehículo , y una vez allí el procesado la colocó tumbada, echándose el encima de la menor.

En septiembre de 2020, el procesado comunicó a otra de las jugadoras que iba a ser su entrenador y que ella sería la capitana. Conocía que la joven estaba pasando por una mala situación anímica por trastornos de la alimentación, ya que padecía bulimia.

El 3 de octubre de 2020, el procesado invitó a tomar a la chica una copa y la llevó a un piso del club y una vez allí le instó a besarse a lo que ella se negó manifestándole que no se sentía cómoda. A continuación, le introdujo los dedos en la vagina.

El día 6 de octubre, la chica advirtió a D. V. S. que no quería tener relaciones con él. El día 7 de octubre volvieron a quedar y ella volvió a manifestar que no quería tener relaciones, pero a continuación mantuvieron relaciones sexuales completas.

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