La empresa de neurotecnología de Elon Musk, Neuralink, ha implantado con éxito su chip cerebral en un tercer paciente. El magnate hizo oficial esta noticia durante un evento en Las Vegas que fue retransmitido en directo a través de la red social X (antes Twitter), además, reveló que, actualmente, la compañía tiene tres pacientes y que los chips "están trabajando bien".
Pese a que Musk no proporcionó ningún detalle sobre el último paciente, según la agencia de noticias Associated Press, los otros dos individuos siguen mejorando sus capacidades para perfeccionar la interpretación de las señales cerebrales y el control de dispositivos digitales.
Respecto al primer paciente, Neuralink implantó con éxito el chip cerebral a finales de enero del año pasado y, a mediados de marzo, reveló que Noland Arbaugh era capaz de controlar el cursor de su ordenador portátil. Sin embargo, tras este avance, a mitad de mayo, la compañía publicó que el chip desarrolló un problema porque varios hilos de conexión del dispositivo se retrajeron del cerebro, lo que obstaculizó la velocidad de datos y la efectividad. Aunque Neuralink no dio detalles sobre el incidente ni sobre por qué se desprendieron los hilos, la compañía consiguió resolver el problema para que Arbaugh pudiese seguir avanzando. Y, a finales de agosto, este paciente compartió en la red social X que continúa trabajando en el uso de diferentes partes del cuerpo y movimientos.
Y en lo que se refiere al segundo paciente, Musk hizo oficial la noticia del implante a principios de agosto en el pódcast del informático estadounidense Lex Fridman, en el que compartió muy pocos detalles de la intervención quirúrgica, más allá de decir que Álex tiene una lesión de médula espinal similar a la del primer paciente y que los 400 electrodos del chip cerebral funcionan correctamente para jugar a videojuegos y diseñar objetos en 3D.
Cómo funciona el chip cerebral de Neuralink
El chip cerebral, llamado Telepathy, está diseñado para leer la actividad cerebral de una persona, habilita el control de un dispositivo con el pensamiento y es capaz de transmitir órdenes para restaurar funciones cerebrales dañadas.
Respecto a su cirugía, un robot inserta quirúrgicamente el chip dentro del cerebro, retira una pequeña porción el cráneo, conecta los electrodos en forma de hilos a regiones específicas y, después, el implante empieza a interpretar las señales cerebrales con el objetivo de transmitir toda la información a los ordenadores mediante una conexión Bluetooth. Tras dicho procedimiento quirúrgico, el chip ya puede tratar enfermedades neurológicas y restaurar funciones sensoriales.
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