Cronología de un año de refriega en Oriente Próximo, ahora al borde de la guerra total

Los ataques de Hamás del 7 de octubre de 2023 cambiaron el rumbo de las tensiones en Oriente Próximo. La comunidad internacional contuvo la respiración y centró su mirada en Israel y la Franja de Gaza cuando el brazo armado palestino irrumpió a sangre fría en territorio israelí matando 1.400 personas y secuestrando a otras 250. Israel respondió con una brutal ofensiva que deja hoy casi 41.600 palestinos muertos en el enclave y una grave crisis humanitaria.

Hamás llamó a aquella incursión 'Operación Inundación Al-Aqsa'. No fue una ofensiva aislada, pues el conflicto entre Israel y Palestina no ha tenido descanso desde que los israelíes fundaron su Estado en 1948. Pero sí marcó un antes y un después, ya que dio comienzo a una serie de tensiones que, a 6 de octubre de 2024, ponen a Oriente al borde de una guerra total.

7 de octubre: la infiltración de Hamás

Hamás realizó el 7 de octubre de 2023 el mayor ataque a Israel en toda su historia por tierra, mar y aire. Rompiendo la valla fronteriza, surcando el paso marítimo y utilizando parapentes motorizados, el grupo islamista desarrolló una incursión en territorio israelí sin precedentes: un millar de militantes ocuparon más de 20 kilómetros, 15 localidades y tres bases militares en norte y sur. En esta operación tuvo lugar la masacre en el festival de música de Reim, donde 364 jóvenes perdieron la vida y 40 fueron secuestrados. Además, Hamás llevó a cabo un bombardeo masivo en varias ciudades de Israel, entre ellas Tel Aviv.

8 de octubre: Israel contraataca

La operación militar de Hamás trajo la inmediata respuesta de Israel, que declaró el estado de guerra el 8 de octubre por primera vez desde 1973 e inició la Operación Espadas de Hierro. El Ejército recuperó el control de todas las zonas ocupadas por Hamás en tan solo dos días -confirmando el hallazgo 1.500 cadáveres de miembros del grupo islamista- y emprendió una intensa campaña de bombardeos sobre Gaza.

La Franja de Gaza sintió desde el 7 de octubre la fuerte represalia de Israel, que buscaba "aplastar y destruir" al brazo armado. Pero no fue el único punto. Ese mismo día Hamás pidió a "los musulmanes de todas partes que lancen un ataque", lo que desató abundantes enfrentamientos con víctimas mortales en Cisjordania, así como un cruce de combates aéreos entre el Ejército israelí y Hezbolá (asentada en el sur de Líbano). Al mismo tiempo, Israel vinculó a Irán con el ataque de Hamás.

Octubre: bombardeos, "asedio total" y desplazamientos

El 11 de octubre, el primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, anunció la creación de un gabinete de guerra enfocado en gestionar la operación militar israelí en la Franja de Gaza, donde Hamás tenía secuestrados a unos 250 rehenes. Durante este mes, el Ejército hebreo llevó a cabo su primera fase: un bombardeo masivo sobre el enclave, con el que pretendía eliminar la infraestructura militar del brazo armado palestino. En este periodo destacó la masacre del hospital Al Ahli, de la que Hamás e Israel se acusaron mutuamente y en la que murieron 500 personas.

Esta etapa estuvo principalmente marcada por un "asedio total" de la Franja por parte de Israel, que ordenó el corte del suministro de agua, electricidad y gasolina. El Ejército israelí urgió el 13 de octubre a la población gazatí a desplazarse al sur de la Franja ante una inminente incursión terrestre por el norte. 1,4 millones de personas -dos tercios de la población gazatí- se refugiaron en el sur del enclave.

Allí mandaron ayuda humanitaria organismos internacionales y países de la región y el mundo, por medio del paso fronterizo de Rafah, la única 'puerta de salida' que conectaba la Franja con Egipto. Una frontera que estuvo bloqueada durante dos semanas de guerra hasta abrir el día 21 y en la que se registraron bombardeos por supuestas infiltraciones clandestinas de armas a Hamás. Todo esto mientras se producían intensos intercambios de fuego entre Israel y Hezbolá y otras milicias palestinas en el norte del Estado hebreo.

Noviembre: Israel entra en la Franja

Israel dio comienzo el 27 de octubre a su fase 2, con una ofensiva militar terrestre en la Franja desde el norte para eliminar "focos de resistencia", que continuó con la llegada de soldados a la ciudad de Gaza el 2 de noviembre. Algunas zonas comenzaron a verse totalmente borradas del mapa por los ataques aéreos, la cifra de muertos ya superaba los 10.000 y la Franja quedó partida en dos. "Hoy hay una Gaza al norte y otra Gaza al sur", afirmó entonces el portavoz militar de Israel, Daniel Hagari.

Durante esta intervención en la mitad norte, el Ejército de Netanyahu destruyó cientos de túneles donde Hamás escondía material militar a lo largo del enclave, mientras el brazo armado pedía a la población que tomase las armas contra los israelíes. Entre otras operaciones militares, Israel llevó a cabo un ataque contra un campo de refugiados en Jabalia que dejó cientos de muertos y heridos; y asedió, controló y evacuó parcialmente el hospital Al Shifa -el mas grande de la región y el único que quedaba operativo en el norte de la Franja-, justificando que Hamás lo empleaba como centro de mando, una tesis negada por la milicia.

Una semana de pausa humanitaria

14.500 personas habían muerto en solo 49 días en la Franja de Gaza y las peticiones de alto al fuego eran permanentes por parte de la comunidad internacional. Tras infructuosos intentos, los mediadores del conflicto, Egipto y Qatar, lograron finalmente izar la bandera blanca. Israel y Hamás acordaron el cese de las hostilidades durante cuatro días -que terminaron siendo siete- a cambio de la liberación de 110 rehenes retenidos por Hamás y 240 palestinos capturados por Israel. Un alto al fuego que permitió al grupo islamista reagruparse y dio un respiro a la población gazatí.

Diciembre: una tercera fase "más intensa" en el sur

Tras 60 días de guerra y ante un incumplimiento de la tregua del que Israel y Hamás se acusaron mutuamente, regresaron las hostilidades. Para este punto de la contienda, Netanyahu adelantó haber "eliminado a la mitad de los comandantes de Hamás", algo que no evitó que la tensión creciese como la pólvora: los bombardeos sobre Gaza se intensificaron, Israel completó prácticamente su presencia en el norte de la Franja y el Ejército inició una tercera fase de actividad militar "más intensa", centrada ahora en el sur del enclave.

Con este nuevo objetivo bélico, Israel ordenó la evacuación de algunas zonas del sur, como fue el caso de Jan Yunis -bastión del grupo en el sur de la Franja de Gaza-, lo que llevó a cientos de miles de gazatíes a desplazarse a otras zonas como Rafah, donde se refugiaba la mitad de los casi 2 millones de desplazados en la Franja. La ONU advirtió entonces de que ya no había "lugar seguro" en el territorio.

Enero: tensión en varios frentes

Durante el mes de enero, varios puntos de Oriente vieron escalar la tensión y cada vez más países empezaron a reclamar un alto al fuego. En Gaza, continuaron los bombardeos -sobre todo en el centro y sur de la Franja- y se produjeron "intensas batallas" que dejaron uno de los ataques más mortíferos en el Ejército israelí, con 21 soldados muertos, lo que llevó a Netanyahu a manifestar su deseo de "victoria más absoluta". En enero adquirió protagonismo la escalada de la tensión en el mar Rojo, donde los rebeldes hutíes de Yemen acentuaron sus ataques sobre buques comerciales que se dirigían a Israel -ofensivas que comenzaron en noviembre-, lo que trajo una fuerte respuesta militar de Reino Unido y Estados Unidos.

Además, Israel acabó con la vida de importantes cargos de las milicias islamistas. En Líbano, un dron israelí mató en Beirut al número dos de la oficina política de Hamás, Saleh al Arouri; y en Damasco (Siria) cinco altos mandos de la Guardia Revolucionaria iraní fueron asesinados por un ataque israelí, que sirvió de respuesta a la destrucción por parte de Irán de un supuesto centro de espionaje israelí en Irak.

La complicada situación en Oriente y la crisis humanitaria que se vivía en Gaza llevaron a la comunidad internacional a insistir aún más por un "alto al fuego" urgente y a debatir la 'solución de dos estados' (Israel y Palestina), propuesta por Josep Borrell y rechazada por Netanyahu. Mientras, la Corte Internacional de Justicia dio su primer tirón de orejas a Israel pidiéndole "tomar todas las medidas a su alcance para prevenir la comisión de un genocidio".

Febrero y marzo: lejos de un alto al fuego

Durante los siguientes meses, la incertidumbre creció por una posible intervención terrestre del Ejército israelí en Rafah, donde se concentraban más de 1,5 millones de desplazados, mientras se producía un largo asedio israelí en la localidad de Jan Yunis. Allí, el Ejército israelí logró desmantelar en febrero el cuartel general de la Brigada de Hamás en la ciudad. También destacó en marzo la larga operación israelí en el hospital Al Shifa, al norte de la Franja, donde murieron cientos de personas, se produjeron "combates cuerpo a cuerpo" y se encontraron, según Israel, armas escondidas y decenas de cargos de Hamás.

La escalada de las operaciones complicó las negociaciones de tregua. Hamás acudió a El Cairo para abordar con las delegaciones mediadoras de Estados Unidos, Egipto y Catar un "alto al fuego sostenido" y la llegada de ayuda humanitaria, pero Israel se negó a acudir argumentando que el grupo islamista no había actualizado su lista de rehenes israelíes. Netanyahu tildó de "poco realista" la propuesta de Hamás, que exigía una retirada completa de Israel de la Franja. Con más de 32.000 palestinos muertos, el Consejo de Seguridad de Naciones Unidas adoptó una resolución que pidió un alto el fuego inmediato, lo que enfadó a Israel con Estados Unidos por no imponer su veto.

Abril: cruce de ataques entre Irán e Israel

Abril fue el mes en el que las operaciones militares de Israel en Gaza menguaron, con la retirada de todas las tropas israelíes del sur de la Franja, así como del hospital de Al Shifa. Sin embargo, el foco se puso en Irán. El 1 de abril un bombardeo israelí mató a dieciséis personas en la embajada iraní en Damasco, entre ellas dos civiles y varios militares.

Esta agresión trajo la venganza de Teherán, que llevó a cabo un ataque masivo con más de 300 drones sobre territorio israelí. La ofensiva solamente trajo "daños menores" gracias a la defensa de la Cúpula de Hierro, el sistema antimisiles de Israel. El Ejército israelí respondió con un ataque aéreo limitado contra Irán que se saldó sin víctimas ni daños por la intercepción de la defensa iraní.

Mayo: todos los ojos puestos en Rafah

A pesar de la frecuencia de los bombardeos israelíes sobre Rafah en los meses previos, todas las miradas se pusieron sobre la localidad sureña de Gaza cuando Israel entró con tanques, tomó el control del paso fronterizo en el sur y este del enclave e inició una operación complementada con ataques aéreos en la ciudad durante el mes de mayo con el fin de eliminar a los líderes de Hamás que, según el Ejército, allí se encontraban. Esta operación provocó el desplazamiento de más de 900.000 gazatíes que huyeron de esta zona a otros puntos de la Franja, mientras Hamás respondía con ataques aéreos sobre Tel Aviv.

Esta ofensiva, en el único lugar de la Franja que no había quedado bajo control de Israel, despertó el clamor internacional. La Corte Internacional de Justicia subió el tono contra Israel: emitió una orden de arresto contra Netanyahu -y la cúpula de Hamás- y ordenó, por primera vez, detener "inmediatamente" la ofensiva israelí. Cabe destacar que fue en este punto exacto de la guerra, a finales de mayo, cuando el Gobierno de España reconoció al Estado de Palestina y reclamó la 'solución de dos estados' para resolver el conflicto. Israel ofreció entonces un alto al fuego duradero para la liberación de rehenes que finalmente no fructificó.

Junio: críticas a Netanyahu y el plan de Biden

La ofensiva de Israel seguía cobrándose la vida de miles de personas y militantes de Hamás para conseguir la liberación de rehenes, mientras a Netanyahu se le acumulaban las presiones externas e internas por la operación militar en Gaza. Varias protestas se sucedieron en numerosos puntos del país hebreo reclamando la liberación de secuestrados del 7 de octubre, mientras la oposición mostraba cada vez más sus reticencias con el mandato. La política israelí dio entonces paso a una desunión que obligó al primer ministro a disolver el gabinete de guerra.

En este episodio de guerra cobraron importancia los hechos ocurridos en el campo de refugiados de Nuseirat, en el centro de la Franja de Gaza, donde se produjo el rescate de cuatro rehenes secuestrados el 7 de octubre y donde además murieron 210 gazatíes y más de 400 han resultado heridos.

En este punto y con un acumulado de 36.000 muertes en ocho meses, adquirió relevancia el plan de alto al fuego de la administración estadounidense de Joe Biden, que Hamás valoró "positivamente" y al que Israel vio "lagunas". Netanyahu determinó que la ofensiva no cesaría hasta que se lograse "la destrucción de las capacidades militares y de gobierno de Hamás, la liberación de todos los rehenes y garantizar que Gaza ya no represente una amenaza para Israel". Esta complicada negociación estuvo sacudida por la escalada de la tensión en la frontera entre Israel y Líbano, propiciada por el fallecimiento de Talib Sami Abdulá, un alto comandante de Hezbolá, a manos de Israel.

Julio: la muerte de Haniyeh aleja la tregua

Mientras en Gaza continuaba la ofensiva israelí, la tensión geográfica del conflicto era cada vez más amplia ante una serie de episodios que en julio cambiaron el transcurso de la guerra. Primero, Hezbolá atacó los Altos del Golán (territorio sirio ocupado por Israel según la ONU) e Israel respondió el 30 de julio con un ataque en Beirut en el que murió Fuad Shukr, otro alto líder de Hezbolá. Y solo un día después, el 31 de julio, fue asesinado en Teherán el líder del buró político de Hamás, Ismail Haniyeh. Un hecho que las autoridades persas prometieron vengar y que ahora la Guardia Revolucionaria de Irán utiliza como motivo de su ataque aéreo contra Israel.

Agosto: más de 40.000 muertos en Gaza

Israel se encontraba en estado de máxima alerta ante las amenazas de Irán y sus aliados en Líbano, Irak y Yemen, ante últimos acontecimientos que hicieron imposible la estabilidad en la región. En Gaza, el Ejército israelí volvió a poner el tiro en Jan Yunis para una nueva ofensiva contra Hamás cuando la cifra de fallecidos en el enclave superó los 40.000 en diez meses; y el brazo armado palestino respondió a las "masacres sionistas" con un ataque en Tel Aviv que no dejó ninguna víctima.

Los mediadores en el conflicto se reunieron entonces con las autoridades israelíes en una nueva ronda de diálogos en Doha que no contó con la presencia de Hamás y que tampoco evitó la escalada del conflicto. De hecho, a finales de agosto se produjo el mayor intercambio de fuego entre el norte de Israel y el sur de Líbano desde 2006 con el lanzamiento de cientos de cohetes y drones entre ambas partes.

Septiembre: guerra entre Israel y Líbano

Ardía la frontera entre Israel y Líbano a comienzos de septiembre y todo se avivó a partir del día 17. Un ataque coordinado y masivo atribuido a Israel en todo el territorio libanés hizo explotar los buscas -sistemas de comunicación- de Hezbolá y se saldó con 12 muertos y unos 2.800 heridos, 200 de de ellos de gravedad. Un día después, nuevas explosiones, esta vez de walkie-talkies, dejaron otros 20 muertos y 450 heridos. La organización chií calificó este hecho como la "mayor violación de la seguridad" a la que se ha visto sometido en el año de guerra con Israel.

Diez días después, Hezbolá confirmó la muerte del líder de la milicia, Hasán Nasrala, en un bombardeo israelí perpetrado contra el cuartel general del movimiento en los suburbios del sur de Beirut. Y solo dos días después, el 30 de septiembre, fue Hamás la organización que informó de la muerte de su líder en Líbano, el comandante Fatah Sharif Abu Al Amin, en otro ataque israelí en el sur del país árabe.

Segundo octubre con la tensión en máximos

Un año después de la ofensiva de Hamás sobre Israel, Oriente está al borde la guerra total. El Ejército israelí ha intensificado en la última semana los bombardeos sobre el Líbano -incluido el pleno centro de Beirut- y ha comenzado una incursión terrestre que hoy perdura con combates cuerpo a cuerpo en el sur de Líbano. Como respuesta, Irán lanzó casi 200 misiles sobre Tel Aviv, sin causar grandes daños el pasado martes, cuando una estación de la capital israelí sufrió un ataque terrorista que dejó seis muertos y nueve heridos. Ahora Israel prevé responder al macroataque iraní, que ha rebasado el foco regional y hace temer otra Guerra Mundial.

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