La de Suni Williams y Butch Wilmore es una de las historias de astronautas más conocidas popularmente. Esta pareja, con amplia experiencia en la NASA, fue la tripulación de la nave espacial de Boeing, Starliner. Lo que no sabían era que su viaje planificado de unos diez días a la Estación Espacial Internacional (ISS) se iba a convertir en diez meses.
Como es ampliamente conocido, los problemas técnicos de Starliner —principalmente relacionados con fugas de helio y fallos en los propulsores— acabaron por dejar a estos astronautas sin su vehículo de regreso original: tras varios intentos de reparar la nave mientras permanecía atracada en la ISS, los responsables de la misión decidieron traerla de vuelta a la Tierra sin tripulación.
Aunque la NASA dijo una semana después que los astronautas podrían haber vuelto en Starliner, Williams y Wilmore se quedaron en el laboratorio orbital a la espera de un plan de regreso y, mientras, han participado en diversas actividades científicas y de mantenimiento en la estación.
Entonces, llegó Elon Musk al rescate: se envió la nave Crew-9 de SpaceX con dos astronautas menos para que ese fuera su vehículo de vuelta, que inicialmente estaba previsto que regresara en febrero.
Sin embargo, los planes volvieron a sufrir un nuevo retraso y, en diciembre, la NASA anunció que el lanzamiento de la Crew-10 y su tripulación de reemplazo se posponía hasta finales de marzo para darle tiempo a SpaceX de terminar la fabricación de una nueva nave espacial Crew Dragon que se estaba construyendo para la misión.
El último giro de los acontecimientos ha venido de la mano del nuevo presidente de Estados Unidos: apenas una semana después de su toma de posesión, Donald Trump pidió a Musk que fuera a buscar a los dos astronautas. “Lo haremos”, respondía el CEO de SpaceX, y añadía “es lamentable que la Administración de Joe Biden los haya dejado allí tanto tiempo”.
Es importante tener en cuenta que estas declaraciones y este ‘rescate’ Musk lo hacía desde el privilegio de su posición: como director ejecutivo de SpaceX, sabía que la nave Crew-9 Dragon de su empresa y la cápsula Soyuz de Rusia —atracadas en la ISS— estaban listas y disponibles como botes salvavidas para toda la tripulación de la estación en caso de emergencia.
Finalmente, este martes la NASA ha confirmado la fecha prevista de lanzamiento de la misión Crew-10 para el miércoles 12 de marzo, “a la espera de que la misión esté lista y se complete el proceso de certificación de preparación para el vuelo de la agencia”, señalan.
La misión Crew-9 con Williams y Wilmore a bordo regresaría después a la Tierra después del periodo de varios días que habitualmente comparten la tripulación saliente y entrante. Los cálculos giran en torno a que los astronautas estén de vuelta el 19 de marzo.
La misión Crew-10 transportará a la Estación Espacial a los astronautas de la NASA Anne McClain, comandante; y Nichole Ayers, piloto; al astronauta de la JAXA (Agencia de Exploración Aeroespacial de Japón) Takuya Onishi, especialista de misión; y al cosmonauta de Roscosmos Kirill Peskov, especialista de misión.
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