Con la llegada de septiembre, muchas personas se enfrentan a la vuelta a la rutina laboral tras disfrutar de sus merecidas vacaciones de verano dentro o fuera de España. Es en este momento cuando suele aparecer el popular síndrome postvacacional, un conjunto de síntomas físicos y emocionales temporales que dificultan la readaptación a las obligaciones y al ritmo habitual.
Aunque se suele hablar de "depresión postvacacional", los expertos aclaran que en realidad no se trata de una depresión como tal. "Bajo mi punto de vista, no se debería llamar depresión. Depresión es una enfermedad mental, y el desajuste emocional que la mayoría de las personas padece después de sus vacaciones no cumple los criterios suficientes para considerarse una depresión", explica Júlia Pascual, psicóloga y directora del Centro de Terapia Breve Estratégica para 20minutos. Por ello, se considera más adecuado el término síndrome postvacacional.
Entre los síntomas más comunes de este síndrome se encuentran alteraciones del sueño, falta de apetito, dolores y tensión muscular, cansancio generalizado e incluso ansiedad o apatía. Afortunadamente, suele remitir en unos 2 o 3 días, aunque en algunos casos puede prolongarse hasta 3 semanas.
¿Cómo evitar el síndrome postvacacional?
Los psicólogos recomiendan retomar los hábitos de forma gradual unos días antes de la reincorporación al trabajo. "La idea es intentar, los días antes de volver a casa, ir adaptando el horario de vigilia y sueño, los hábitos alimenticios que solemos haber perdido en vacaciones, así como la actividad deportiva y el contacto con los estudios, la formación o con nuestra agenda laboral", señala Pascual.
Otros consejos incluyen no regresar de viaje justo el día antes de volver al trabajo, cambiar poco a poco las rutinas de sueño y alimentación, retomar el deporte sin forzar, y abordar las primeras jornadas laborales priorizando lo importante, pero sin pretender poner todo al día de golpe. Mantener tiempo para el ocio y el descanso también ayuda en la transición.
Claves para superar el síndrome postvacacional
Si ya estás de vuelta y notas los síntomas del síndrome postvacacional, lo primero es recordar que es algo temporal. "Es fundamental que sepas que es pasajero, y, por lo tanto, no seas duro contigo mismo, sino amable. Tenerte paciencia y ser comprensivo contigo mismo cuando, por ejemplo, no vayas tan rápido al hacer las cosas, por equivocarte, por tener dificultad para mantener la atención, por tener sueño y sentirte agotado…", aconseja la psicóloga.
En definitiva, realizar pequeñas tareas habituales, sin presionarse y siendo comprensivo con uno mismo, ayudará a superar el síndrome postvacacional de forma natural. Postergar o evitar obligaciones, por el contrario, puede alargar el malestar e incluso desembocar en problemas de ansiedad o estado de ánimo.
