Ya está aquí la Navidad, las celebraciones, las reuniones de amigos, las cenas de trabajo, los encuentros familiares... y para muchos la ansiedad y el estrés. Las fiestas, pese a que se presentan como una oportunidad para la felicidad y para compartir, para muchos pueden llegar a convertirse en una tortura. Los gastos, los regalos, que falte alguien o que tengas que soportar incómodas preguntas de familiares pueden llevar a algunos a entrar en un estado de nervios que no termina hasta el mismo 7 de enero.
Según el quinto Estudio sobre el Estrés y la Navidad de Nascia, "seis de cada diez adultos sufren situaciones de estrés y ansiedad en estas fechas" y "los gastos en la economía familiar y los compromisos sociales son dos de los factores que más contribuyen a incrementar" este estado. Los nervios, además, pueden aumentar por "los malos hábitos alimenticios y la ausencia de ejercicio". Pero ¿cómo enfrentarse a esto?
Elixabete Blanco, psicóloga del Centro Integral de Psicología Ongizate, recomienda que, ante los encuentros familiares, "hay que ser asertivo y poner límites". La especialista reconoce que "es una tradición bonita para muchos, pero no para todo el mundo", y apunta que "ante algo temporal y, a veces, obligado, se pueden poner límites sanos sin obligarse a nada que pueda tener graves consecuencias solo por no decir que no".
En este sentido, Blanco desgrana que "aunque no todo el mundo lo entienda y haya gente que se pueda enfadar, a veces la mejor pauta es no pasar estas situaciones". Y ante el hecho de que no haya alternativa ni posibilidad de rehuir las cenas de Navidad, la psicóloga apunta a que "hay que hacer un trabajo fisiológico para conocer esa ansiedad".
Pedir pautas personalizadas a un profesional, saber qué cosas calman ante esta situación (música, pelotas antiestrés, respirar, alejarse un momento...) hace que se pueda preparar la situación y así "prever lo que puede salir mal".
Preguntas incómodas vs asertividad
Lo mismo ocurre con las típicas preguntas y comentarios incómodos típicos de algunos familiares o amigos. Ante esto, Blanco tiene un documento en el que se especifican respuestas asertivas para todas ellas. Desde comentarios sobre el aspecto físico, hasta las habituales preguntas sobre la soltería o los niños, todo tiene una respuesta para no ir de cabeza a una discusión desagradable.
"Si alguien pasa por lo mismo todos los años puede preparar una respuesta asertiva para que esa persona nos deje en paz, para cortar la conversación, cambiar de tema o no participar en la conversación", señala la psicóloga. En definitiva, frases preparadas para no entrar al trapo e intentar relativizar. "No hay que priorizar el bienestar de otros, las fiestas son para disfrutarlas", destaca Blanco.
Además, la especialista hace hincapié en que "las respuestas irónicas no sirven porque son pasivo-agresivas". "A mis pacientes les recomiendo no tomarse estas cosas a lo personal. El problema lo tiene la otra persona. Además, hay que saber gestionar lo que sientes después y estar preparado para lo que duela".
"Aprender a decir no"
Aunque más allá de momentos concretos, algunas personas pueden sufrir más de la cuenta en estas fechas por otras cuestiones. El recuerdo de un familiar que ya no está o no tener un entorno sano pueden hacer de las fiestas un cúmulo de malas sensaciones. "No dejes que la Navidad te lleve por delante. Si entre las fechas señaladas mantienes rutinas de actividad física, alimentaria, de trabajo... la ansiedad se reduce. Estar distraído e intentar no pensar en ello también".
Porque Blanco sabe de primera mano que "en Navidad hay muchísima gente que lo pasa mal, porque le faltan personas, porque tienen familias horribles o porque es difícil para ellos", de ahí que recomiende a quien se sienta así que hable con alguien. "Que no se callen las preocupaciones por muy tontas que parezcan. Callarse solo hace que la ansiedad, el miedo y la indefensión aumenten y que sea peor", añade.
Desde Nascia, por su parte, ponen el foco en lo mismo que Blanco. "Hay que priorizar y aceptar solo lo que dependa de uno mismo y aprender a decir no, ya que no siempre hay que acudir a todos los eventos y reuniones". Además, añaden que "se debe reservar un espacio de cuidado propio y personal y cuando estemos en una reunión familiar, intentar evitar temas que generen discusión o sean comprometedores".
"Si estamos preparados nuestra percepción de capacidad de control de la situación va a hacer que nos veamos más fuertes y eso reducirá la sensación de amenaza controlando la ansiedad", indica Blanco.
Los temidos gastos
Según una encuesta realizada por la la Organización de Consumidores y Usuarios (OCU), los españoles se gastarán de media 745 euros en estas fiestas, 396 de ellos solo en regalos.
Ante esto, Blanco propone elaborar listas a la hora de hacer las compras navideñas. "Planificar los regalos y hacer una lista de lo que se va a comer nos hace gastar menos", dice. "También preparara alternativas y, sobre todo, ser conscientes de que a la hora de hacer regalos hay que fijarse en lo que le gusta a la persona, es mejor y más bonito que gastar mucho", agrega.