Una carrera muy genérica, clases "rutinarias" y muchos alumnos por profesor: por qué los alumnos bajan en Matemáticas y Ciencias

La última edición del informe internacional TIMSS publicada refleja cierto estancamiento de los alumnos españoles de 4º de Primaria en Matemáticas y Ciencias. La investigación evidencia que el rendimiento de los estudiantes de 10 años en esas dos disciplinas no progresa con los años, y sitúa a España a la cola en el ranking de la Unión Europea (UE) y de la OCDE. El problema, según los expertos educativos consultados por 20minutos, tiene varias aristas: una carrera de Magisterio muy genérica, una forma de dar las clases demasiado "rutinaria" y falta de recursos educativos que permitan una formación más personalizada, especialmente hacia aquellos estudiantes con mayores dificultades.

El estudio, elaborado por la Asociación Internacional para la Evaluación del Rendimiento Educativo (IEA), otorga a los estudiantes españoles una puntuación de 497 en Matemáticas (27 menos que la media de la OCDE y 16 menos que la UE), y otra de 504 puntos en su desempeño en Ciencias (22 puntos menos que la OCDE y 9 puntos por debajo de la UE). Ambas puntuaciones bajan, además, respecto a los datos de 2019: retroceden cuatro puntos en Matemáticas y siete en Ciencias. "El problema no es tanto que hayamos empeorado, sino que no hemos mejorado", afirma Daniel Turienzo, profesor y doctor en Educación, que incide en que lo que muestra el informe es una consolidación de la distancia de España con Europa y con la OCDE.

Hay otro dato que, según Turienzo, es también "preocupante": casi cuatro de cada diez alumnos españoles tiene un nivel bajo o muy bajo de Matemáticas y solo el 4% presenta un rendimiento avanzado en esta materia. Con esa proporción de alumnos "rezagados", sostiene el docente, "es difícil que puedan seguir una trayectoria escolar exitosa", de ahí que defienda que "si no mejoramos las Matemáticas, es muy complicado que logremos superar otros retos educativos y sociales". "Hay que pensar en todo el potencial que estamos perdiendo y todo el talento que no estamos aprovechando", añade.

Reforzar Magisterio y recuperar a los expertos asesores

Una de las causas que explican esos resultados está en la propia carrera de Magisterio, donde los futuros docentes aprenden lo que luego tendrán que impartir a los alumnos de Infantil y Primaria. "Hay voces que reclaman una especialidad de Matemáticas o de Ciencias, igual que ahora mismo tenemos a especialistas de Inglés, Educación Física, Francés o Música", cuenta Turienzo. Ahora, dice, los maestros reciben una "formación generalista" que impide que ahonden en las Matemáticas como sí lo hacen con otras especialidades.

Algo parecido opina Maria Àngels Portilla, docente de Primaria y representante de la Federación Española de Sociedades de Educación Matemática (FESPM). Portilla considera que esa formación inicial es "mejorable" en España y defiende la utilidad de retomar la figura del experto que acompaña al resto de profesores en los centros escolares, para asesorar y guiar en determinadas asignaturas. "Ahora el maestro tiene que dominarlo todo, lo cual es ideal, pero en la realidad no tanto porque al final tienes que ser especialista en Lengua, en Matemáticas, en Conocimiento del Medio... Es como pedirle a un maestro que sea Superman. Entonces, tener a ese experto que pueda echar una mano y aconsejar de vez en cuando, ayudaría mucho".

Para Luis Gortázar, responsable de Educación de EsadeEcPol, la clave no es tanto asegurar esa especialidad en la carrera, sino más bien subir la nota de corte del grado. "Es necesario que los profesores de Primaria lleguen a la escuela con unos niveles de conocimiento matemático más altos. Las notas de corte de Selectividad son mejorables", sostiene.

"Clases rutinarias"

La segunda cuestión que, según Gortázar, habría que tener en cuenta, tiene que ver con la metodología de las clases. "Más pensamiento matemático, más entender lo que se hace y menos resolver sin entender lo que se hace", resume el experto, que considera que la forma en la que se dan estas clases ahora es "muy algorítmica" y "muy rutinaria", lo cual acaba generando cierta "desafección" en los alumnos.

Con todo, Gortázar no considera que los datos obtenidos en esta última edición de TIMSS sean tan malos, ya que las otras pruebas educativas internacionales, como PISA, reflejaban una caída mucho más importante de nivel tras la pandemia. Además, precisa, la prueba de la IEA es mucho más curricular que las otras, "más asociada a lo que han dado hasta ese momento", lo que se traduce en que quizás "ya hay países del este de Europa que han dado ciertos contenidos y lo hacen mejor".

Más recursos y menos alumnos por profesor

Los tres especialistas coinciden en que otro de los asuntos primordiales para revertir esta situación es aumentar la inversión y los recursos que se destinan a la educación y, en concreto, a esta etapa educativa. Es la pescadilla que se muerde la cola: si hay un alumno al que le está costando más la asignatura, pero al que su profesor no le puede prestar la atención que necesitaría porque hay otros 29 solicitando también su atención, las probabilidades de que este se quede atrás se disparan.

"Hay que tener en cuenta que el nivel de la población adulta y el nivel de inversión influyen en los resultados", subraya Daniel Turienzo, quien señala que eso se puede observar en las diferencias territoriales que revela el estudio, donde solo cuatro comunidades (Andalucía, Cataluña, Canarias y Baleares) están por debajo de la media española.

"Sí que es verdad que con las excepciones de Cataluña, Baleares y Navarra, que salen un poco por debajo de lo que se espera, y de Cantabria y Asturias que se sitúan un poco por encima, en general el resto están dentro de la normalidad", asegura Gortázar. El analista de EsadeEcPol reconoce que sí que le ha llamado la atención los resultados de Baleares y Cataluña, que tienen problemas más estructurales, como que "su alumnado es de un nivel sociocultural cada vez más bajo por las desigualdades, el estancamiento económico de la región y el aumento de la inmigración".

Gortázar defiende también la urgencia de aumentar la inversión para el alumnado más rezagado. "En vez de tanto café para todos y bajar las ratios a todo el mundo, se trata más de dar apoyo a quien más lo necesita. Si hay que poner a un profe extra en una escuela de Primaria es para que ese profesor pueda trabajar dos o tres horas a la semana con el grupo de 10-15 alumnos que peor van", asevera.

Reducir la brecha de género

Para Maria Àngels Portilla, de FESPM, esto también contribuiría a reducir la brecha de género, que se ha disparado un 60% desde 2011. Este último informe muestra que el rendimiento en Matemáticas es 18 puntos inferior entre las chicas que entre los chicos; y de dos puntos en Ciencias. "Si nosotros como maestros tuviéramos recursos para atender esto de manera más personalizada y llegar mejor a cada alumno, esto se podría prevenir. No es lo mismo tener a 15 alumnos en clase que a 30", sostiene.

Aunque esa desigualdad esconde también un factor social y cultural muy importante. "Tiene mucho que ver con las autopercepciones y con cómo se ven de capaces de enfrentarse a las Matemáticas. Está claro que este tiene que ser uno de los objetivos de la política educativa en los próximos años", concluye Gortázar.

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