El juez instructor del Tribunal Supremo Ángel Hurtado tiene ya sobre la mesa el registro de llamadas del fiscal general del Estado. Tras buscar sin éxito los mensajes de WhatsApp que intercambió Álvaro García Ortiz entre el 8 y el 14 del pasado marzo, el juez ha logrado recabar las llamadas gracias a la colaboración de dos compañías telefónicas. Así, se ha desvelado que el móvil de García Ortiz aunó 123 llamadas salientes y entrantes en las fechas de la filtración por la que se le investiga.
Entre los contactos con los que conversó están los otros dos fiscales imputados en la causa, su jefa de prensa e incluso la ex fiscal general Dolores Delgado, con la que entabló dos conversaciones. Sin embargo, el informe de la UCO en el que se recogen las llamadas revela que García Ortiz no habló con ningún periodista en la noche en que se filtraron los correos electrónicos del abogado de la pareja de Ayuso y el fiscal que investigaba a su cliente, Alberto González Amador, por defraudar más de 350.000 euros a Hacienda.
Un periodista le llamó aquella noche, pero no logró contactar por teléfono, aunque horas más tarde publicó una noticia en la que se recogía el contenido de los correos. El periodista aseguró en sede judicial que había accedido a los mails horas antes de que lo hiciera el fiscal general del Estado. De todos modos, se desconoce si pudieron hablar por WhatsApp porque —tal y como ha desvelado la UCO— García Ortiz borró todos sus mensajes el día que lo imputaron por un presunto delito de revelación de secretos.
De todos modos, hay varias diligencias, entre ellas el registro de llamadas, que permiten afirmar que García Ortiz tuvo un claro interés por acceder a los mails el pasado 13 de marzo. Para lograrlo, pasó la tarde de aquella jornada llamando a otros fiscales y hablando con ellos por WhatsApp.
Dos operadores remitieron a la UCO sus listados con las llamadas que había intercambiado el fiscal general entre el 8 y el 14 de marzo de 2024, que suman un total de 123. La Guardia Civil destaca una única conversación de 51 segundos el 8 de marzo, una llamada con un teléfono del que es titular la empresa Audiovisual Española 2.000. En los siguientes dos días, la policía judicial no identifica ninguna llamada "que se considere de interés para la investigación".
Sin embargo, el 11 de marzo hay varias conversaciones entre las 18.00 horas y las 21.17, todas ellas entre García Ortiz y su mano derecha, el teniente fiscal de la Secretaría Técnica de la Fiscalía, Diego Villafañe, que también está imputado en la causa. En la madrugada del 12 de octubre tuvo lugar la primera filtración. Eldiario.es publicó una noticia en la que se revelaba que la Fiscalía estaba investigando a Alberto González Amador por un presunto fraude de más de 350.000 euros.
La noticia recogía "datos concretos, tanto párrafos como imágenes, que se corresponden con la denuncia realizada por la Fiscalía Provincial de Madrid y el informe de la Agencia Tributaria", recuerda el informe de la Guardia Civil. Aquella mañana, el fiscal general mantuvo comunicaciones telefónicas con Villafañe y con su jefa de prensa.
El 13 de marzo, el día en que se filtraron los correos objeto de la investigación, el fiscal general intercambió 27 llamadas: la primera que destaca la UCO es una intercambiada con un teléfono móvil que corresponde a la ex fiscal general Dolores Delgado. El fiscal general ya conversó durante más de 20 minutos con Delgado el día 12, e intercambió otra llamada de 6.28 minutos el 13 de marzo a las 17.13 horas.
Según adelantó La Ser, la ex fiscal general envió el lunes varias misivas al presidente en funciones de la Sala de lo Penal, Andrés Martínez Arrieta y a Isabel Perelló, presidenta del Tribunal Supremo y el CGPJ. Según Delgado, las llamadas con García Ortiz no guardaban relación con el asunto investigado; versaron sobre el curso de formación de la 62ª promoción de fiscales y sobre un acto que tuvo lugar en Alcalá de Henares.
También conversó con la fiscal superior de Madrid, Almudena Lastra, que según confesó ella misma ante el juez, le trasladó al fiscal general su rechazo a la idea de publicar una nota de prensa con datos concretos sobre la situación procesal de González Amador. Según asegura Lastra y niega el fiscal general, ella le preguntó si estaba detrás de la primera filtración y él le contestó: "Eso ahora ya no importa". Entre las 21.01 y 21.10 horas de aquella noche, García Ortiz intentó llamar sin éxito tres veces a Almudena Lastra y otras tres a Pilar Rodríguez, también imputada.
"Estos hechos, en conjunción con los que se sucederán a continuación, resultarían indiciarios de la existencia de algún tipo de suceso que afectaría a todos esto intervinientes", destaca el escrito de la UCO. Minutos después se publicó en El Mundo la primera información relativa a los correos, una noticia sobre un supuesto ofrecimiento del fiscal Julián Salto para que González Amador quedara exento de una pena de cárcel a cambio de pagar una multa y reconocer la comisión de dos delitos de fraude fiscal. La información era incorrecta: había sido el abogado de González Amador quien, en un mensaje previo, había ofrecido llegar a un acuerdo de conformidad.
García Ortiz se puso inmediatamente en contacto con Pilar Rodríguez y dio paso a una cadena de llamadas de cara a lograr que los correos electrónicos en manos del fiscal Julián Salto acabaran en el buzón del fiscal general del Estado. Entre tanto, un periodista trató de contactar por teléfono con García Ortiz, que no contestó la llamada. Horas después, el reportero publicó una información en la que se incluía el contenido de los correos filtrados de forma íntegra, una noticia de La Ser que rebatía la información de El Mundo.
"Es preciso señalar que no existe ninguna llamada ni intento de comunicación con el fiscal general del Estado, a excepción de esta, fuera del ámbito de la Fiscalía durante toda la tarde/noche en la que se desarrollan estos acontecimientos", apunta la UCO en relación a la llamada del periodista. El informe relata como el fiscal general del Estado recibió finalmente los mails y después volvió a contactar a Pilar Rodríguez para pedirle un último correo que faltaba.
Además, el escrito relata como se produjeron una serie de llamadas entre Álvaro García Ortiz y la fiscal superior de Madrid, Almudena Lastra, en la mañana del día 14. Conversaciones que tuvieron por objeto discutir sobre la publicación de la nota de prensa a la que Lastra se oponía. Finalmente, García Ortiz concluyó que era "imperativo" difundir el escrito y, ante la negativa de la fiscal superior, se acabó publicando con membrete de la Fiscalía Provincial de Madrid.