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Los precedentes hacen desconfiar al PP. La respuesta "insuficiente" que, en su opinión, ofreció el Gobierno tras los daños materiales que dejó el fenómeno meteorológico de Filomena en enero de 2021 y la erupción volcánica de La Palma en septiembre de ese año dan motivos a la oposición para recelar de que el Ejecutivo esté a la altura del nuevo temporal de la DANA que se ha cobrado, hasta este miércoles, casi un centenar vidas y ha dejado a decenas de desaparecidos sobre todo en Comunidad Valenciana aunque también ha afectado a Castilla-La Mancha y Andalucía.

Los expertos y rescatistas coinciden: hay pautas que seguir y consejos que dar en el caso de que a una persona le sorprenda una riada dentro de su vehículo, pero es difícil buscar las herramientas para lo extraordinario. Y lo ocurrido este martes en Andalucía oriental, Castilla-La Mancha y, especial y dramáticamente, en la Comunidad Valenciana lo es. Solo en la provincia de Valencia han muerto al menos 62 ciudadanos.

Es la sensación generalizada de todos los que participan en las labores de rescate. Impotencia por no poder ayudar a las personas que han quedado incomunicadas en las carreteras, en sus casas o por no poder responder las demandas de información sobre familiares desaparecidos.

Impotencia también de los que trabajan analizando estos fenómenos tan extremos, impredecibles según los expertos; impotencia en los servicios de protección civil por trasladar a los ciudadanos cuanto antes el peligro que se avecinaba.

Tragedia horrible por dana, gota fría, muerte y desesperación. Lo primero sería salvar a los que sufren, encontrar a los desaparecidos, agilizar las ayudas a los damnificados. La burocracia mínima, la voluntad máxima. Desolación por catástrofe climática, meteorológica. La peor en un siglo. El país pasa horas bajas, corrupción enquistada, polarizaciones, temores, precariedades y miedos, trenes colapsados. Y ahora esto. Que al menos sirva para reaccionar y dar lo mejor de cada institución y cada persona. Ante el caos podemos solventar las diferencias o al menos aplazarlas.