Unas vacaciones en familia y una noticia inesperada. El padre, de 63 años y divorciado hace años de la madre de sus tres hijos, les comunica relajadamente que está conociendo a alguien. Había tenido pareja hasta hacía un par de meses y, tras la ruptura, había decidido abrirse un perfil en una plataforma online de citas donde había surgido el amor.
"Cuando dijo eso de que estaba con alguien me sorprendió. Por un lado estaba contenta, me alegré por él, lo que pasa es que luego, cuando nos enseñó los mensajes que se mandaban, se veía súper fake", recuerda su hija, Patricia, que prefiere esconder su identidad bajo ese nombre ficticio. "Le ponía 'te quiero mucho', 'eres lo mejor que me ha pasado en la vida', de repente un amor, que dices: 'Pero a ver, si acabas de conocer a esta persona'. Eran mensajes vacíos de contenido, era un querer llenarte un vacío emocional que tienes y él se lo creía. Ahí, nos saltaron las alarmas".
El padre de Patricia estaba empezando a ser una víctima de las conocidas como estafas amorosas, una forma de delito a través de internet que suele iniciarse en plataformas de citas o redes sociales. Los estafadores emplean perfiles falsos para hacer creer a las víctimas que están iniciando una relación genuina a través de internet con otra persona y, transcurrido un tiempo prudencial, comienzan a reclamar dinero por razones aparentemente justificadas.
Tras las primeras sospechas, el padre de Patricia insistió en que no se preocuparan por él y aseguró a sus hijos que no se le ocurriría mandar dinero a nadie. Sus hijos se marcharon y él continuó su relación con esa cariñosa mujer que vivía en el extranjero y con la que había intercambiado algunas fotos y muchos mensajes de amor siempre a través de la aplicación de videollamadas y mensajería Skype.
El dinero, sin embargo, pronto apareció entre los mensajes románticos. Ella acababa de cobrar una herencia, pero la tenía bloqueada a falta del pago de una tasa. Un simple préstamo permitiría el cobro del dinero y el inicio de una nueva vida juntos. Las semanas siguieron, y una nueva visita de sus hijos volvió a poner a la familia en alerta.
"Mi hermano vio un mensaje en el móvil que decía algo de una transferencia, preguntando si ya había llegado el dinero. Le confrontamos y se cerró en banda, nos dijo que él hacía lo que quería con su vida", declara Patricia. "Estaban metido en su película de que eso era real, que era una persona que iba a venir a España a vivir con él, que se iba a traer a su hijo, iban a vivir en casa de mi padre, que iban a buscar un colegio para el niño… una vida idílica que iba a llegar. No había manera de que entrara en razón".
Abrir los ojos a un familiar
Cuando Blanca Frías pasó por su particular calvario al descubrir que había sido víctima de una estafa romántica hace 11 años se sintió, ante todo, sola. "No sabes qué hacer, ni dónde ir, ni cómo moverte, ni cómo empezar, ni cómo encontrarlo, ni en qué apoyarte", recuerda ahora esta mujer convertida en activista contra este tipo de estafas y fundadora de la Asociación Nacional Contra la Estafa con Manipulación Emocional (ANCEME), que persigue convertirse en altavoz, para visibilizar un delito que las víctimas suelen sufrir en silencio por vergüenza.
"Conforme íbamos apareciendo en medios, en artículos, en radio, en televisión los que nos contactaron eran los familiares de las víctimas que estaban siendo testigos, como Patricia, por ejemplo", declara Frías. "Es importante dar, bueno, pues entre nuestros mensajes lo que decíamos es nos dirigíamos a los familiares, ¿no? O sea, si estás siendo testigo, si tienes dudas, si piensas que ponte en contacto con nosotros y te ayudamos a abrirle los ojos a tu familiar. Y eso es lo que hemos estado haciendo mucho tiempo y lo hemos conseguido en el 100% de los casos prácticamente".
La asociación ANCEME ha publicado recientemente una guía de prevención en colaboración con la app de citas Tinder en la que hablan de las cinco tácticas de manipulación de este tipo de estafadores y señalan las principales banderas rojas para tratar de identificar estos perfiles.
"No hay un perfil de víctima porque lo que hay son vulnerabilidades. ¿Qué pasa? Que esas vulnerabilidades que pueden ser la soledad, un divorcio, una separación, haber enviudado, pasar una mala racha y tal, se van acumulando más a partir de determinada edad, ¿vale? Y, sobre todo, es una vulnerabilidad en personas que pueden tener dinero, porque ellos lo que quieren es el dinero", señala Frías, que recomienda a los que sospechen que algo así puede estar ocurriendo a un familiar que lo aborden "sin juzgar" y "tratando de que se dé cuenta la propia víctima".
Casi imposible de perseguir judicialmente
Una vez que Patricia y sus hermanos tuvieron claro que se trataba de una estafa, se sentaron con su padre y trataron de hacerle entrar en razón. No tuvieron éxito. La respuesta fue la exposición de toda una variedad de supuestas pruebas de que su amante virtual era una persona real, como documentos bancarios y hasta el acceso a la web de un banco francés en la que se podía ver, aparentemente, el saldo de ella, superior a un millón de euros. "Lo que me enseña es una web fake, se notaba", asegura Patricia.
Él ya había transferido miles de euros y fue su propio banco el que terminó por bloquearle las cuentas. La única forma de recuperar el control de las mismas era poner una denuncia. "Al principio respondió que ni de broma, pero llegó un punto en el que vio que la página y los documentos eran fake y accedió, pero tengo la duda de si realmente aceptó hacer la denuncia solo para que le desbloquearan las cuentas", relata su hija. "Él, en ese momento, la verdad, que yo creo que sí que pensaba que era simplemente una persona real que le había estafado no que había una banda detrás".
¿Había una banda detrás? La realidad es que es muy difícil discernir quién está detrás de este tipo de estafas, que muy escasas veces concluyen con la detención de los estafadores. "No hay un estafador modelo genérico", señalan fuentes del Grupo de Delitos Económicos de la Guardia Civil. "Hay casos en los que estamos encontrando que es una organización criminal que está utilizando este dinero para invertir en otro tipo de delitos, que se encuentran repartidas por otras partes del mundo, pero también hemos visto casos donde es una persona individual que aprovecha esa situación y estafa a otra persona para obtener este beneficio".
Lo que sí es una característica muy habitual de estos casos es que se cometan desde el extranjero, lo que dificulta enormemente la labor de las fuerzas policiales y hace casi imposible perseguir a los delincuentes y tratar de recuperar el dinero estafado.
"Si es en Europa, es algo más fácil, pero cuando nos estamos metiendo en países africanos, o países del este, es muy complicado que las autoridades policiales de allí te den información ni den trazabilidad de qué se está haciendo con ese dinero y no podemos investigar sin su autorización", declaran las citadas fuentes que señalan el papel de la familia y entorno cercano a la víctima como fundamental para detectar y tratar de frenar el problema antes de que sea demasiado tarde: "Si tenemos personas mayores cerca y vemos que están pasando mucho tiempo con el móvil, hay que estar un poco pendientes de eso e interesarse. No pensar que es una tontería, porque a lo mejor lo es, pero luego, de repente, le estafan 30.000 euros y ya deja de serlo".
"Es muy duro ver a tu padre así"
Durante meses, la estafa sufrida por el padre de Patricia parecía ser cosas del pasado e incluso este volvió con su expareja. La pareja se volvió a romper y, en otra visita de sus hijos, de nuevo el sonido de los mensajes de Skype incesantes hicieron regresar de golpe todos los viejos recuerdos. El padre había vuelto a caer en las redes de la estafa romántica.
Precisamente a la familia recurrieron Patricia y sus hermanos para tratar de hacer una intervención a su padre que fuera definitiva, solo para descubrir que sus tíos y hasta su abuela también eran conocedores de la estafa y nunca se habían comunicado entre ellos.
"Él se cerró en banda y ahí nos dimos cuenta que realmente él no fue consciente la primera vez, porque él seguía pensando que esto era una persona a la que él estaba ayudando", declara Patricia. Tras una intensa conversación, el padre accedió a mostrar sus mensajes y sus hijos pudieron por fin asomarse al chantaje emocional y la lucha interna a la que se había enfrentado en los últimos meses.
"Empecé a leer realmente como se estaba sintiendo él", relata Patricia. "Él decía todo el rato 'devuélveme el dinero' o 'me has dejado arruinado, he perdido la dignidad con mi familia', 'por favor, necesito que me des este dinero, me has estafado'. Pero luego había momentos en los que cambiaba y volvía al 'qué ganas de que vengas conmigo', entonces había como una dualidad ahí rarísima. Fue muy duro leerlo, muy duro".
La estafa se saldó con una pérdida de cerca de 100.000 euros para el padre de Patricia, un dinero que es prácticamente imposible que consiga recuperar. Tras contactar con la asociación ANCEME, hablar con Blanca Frías y acudir a un psiquiatra, poco a poco, su padre está aceptando lo que ocurrió.
Sus hijos optaron por borrar toda su identidad digital, cambiar su número y todas las formas de contacto. Los días previos a eliminar la cuenta de correo electrónico, la falsa amante virtual del padre logró volver a contactar por última vez, pero no consiguió sacar más dinero. Desde entonces, no ha vuelto a haber comunicación. Es momento de sanar heridas.
"A mí él me lo ha dicho: 'Es muy duro aceptar y ver que todo por lo que has trabajado, todos tus ahorros, todos los días de tu vida, que era para vosotros, lo he perdido'", declara Patricia, que, con el tiempo, ha llegado a entender lo que ha sentido su padre en todo este proceso y por qué le ha costado tanto aceptar que todo era una estafa. "Él tiene un vacío ahí que quiere llenar y, sobre todo, es que es muy duro aceptar lo que le ha pasado".
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