La fruta no puede faltar en nuestra dieta, por lo menos si queremos que esta sea saludable y equilibrada. En la variedad está el gusto y a pesar de que las englobamos bajo el mismo nombre, cada fruta es muy diferente, con un sabor y una textura únicos, pro lo que es complicado no encontrar alguna que sea de nuestro agrado, aunque el mejor momento para su consumo sea breve. En España, una de las más consumidas es la naranja y, si bien es la primera que nos viene a la mente cuando pensamos en plantarle cara a los resfriados y reforzar nuestro sistema inmune, no es la única de las que se producen en nuestro país, también podemos confiar en otras, como la chirimoya.
Esta fruta se cultiva principalmente en la Costa Tropical de Granada-Málaga y aunque puede que sorprenda un poco descubrir que nuestro país es productor de chirimoyas, más sorprende saber que es el primer productor a nivel mundial, tal y como confirman informes del Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación. Esta fruta no es la más habitual en las cocinas patrias, pero puede que una vez que se descubra todo lo que puede hacer por nuestra salud, comencemos a incluirlas en nuestro carro de la compra. Quién sabe, tal vez esas personas que aseguran que no les gusta la fruta lo hagan porque nunca habían probado las chirimoyas.
Chirimoyas: protegen de resfriados y potencian el desarrollo del colágeno
La chirimoya es una fruta tropical muy aromática, cuyo sabor es dulce aunque ligeramente ácido y se podría decir que recuerda a una mezcla de piña y plátano o a la pera. Es muy fácil de comer, solo hay que partirla por la mitad y tomarla con la ayuda de una cuchara, desechando las semillas, que son de gran tamaño. Está compuesta en su mayor parte por agua, es rica en carbohidratos y fibra y baja en grasa y proteínas. Aporta calcio, potasio y hierro, y también aporta una gran cantidad de ácido fosfórico. Contiene vitaminas del grupo B, vitamina C y pequeñas cantidades de vitamina A.
Gracias a su contenido en agua y fibra es ideal para ayudar a regular el tránsito intestinal, luchando contra el estreñimiento, asimismo, ayuda a reducir el colesterol malo, favoreciendo el funcionamiento del sistema cardiovascular, sumado a su contenido en fibra y sus propiedades antioxidantes, su consumo disminuye el riesgo de enfermedades cardíacas. Contiene acetogeninas, que son compuestos con propiedades antiinflamatorias, antioxidantes y antitumorales.
Puede ayudar a regular el azúcar en sangre y cuidar la salud cerebral gracias a sus antioxidantes, que también son clave para evitar el envejecimiento prematuro, gracias a su vitamina A, vitamina C, flavonoides y taninos, protege el cuidado de la piel. La vitamina C también interviene en la formación de colágeno, huesos, dientes y glóbulos rojos y es esencial para reforzar el sistema inmune, porque ayuda a los glóbulos blancos a combatir infecciones y virus.
¿Quién no puede comer chirimoya?
Como casi todas las frutas, el consumo de chirimoyas, en general, es seguro, sobre todo si las incluimos en una dieta variada y equilibrada. Con moderación casi todo el mundo puede tomarla, pero un exceso puede llegar a producir molestias estomacales, por su alto contenido en fibra y azúcares, por esto último, tampoco conviene que abusen de su consumo las personas con diabetes. Además, la chirimoya contiene acetogeninas, que puede interactuar con algunos medicamentos, como los usados para tratar la hipertensión, por lo que siempre conviene consultar con el médico antes de hacer cambios en nuestra alimentación.
Referencias
Vitamina C: MedlinePlus enciclopedia médica. (s. f.). https://medlineplus.gov/spanish/ency/article/002404.htm
