Los investigadores del accidente aéreo en Washington, en el que han muerto 67 personas, ya están analizando las cajas negras del avión siniestrado, pero no esperan tener un informe concluyente sobre las causas que provocaron su colisión con un helicóptero Black Hawk hasta dentro de un mes.
No obstante, un análisis preliminar de la Administración Federal de Aviación (FAA) apunta directamente a la falta de personal en la torre de control del aeropuerto Ronald Reagan como posible causa del accidente y los controladores aéreos españoles consultados por 20minutos coinciden en que sus colegas norteamericanos están sobreexplotados:
"Es verdad que en EEUU tienen carencia de controladores aéreos porque a raíz de la pandemia despidieron a muchísimos y, cuando el tráfico se recuperó, no todos regresaron a sus puestos. Hay controladores que hacen 2.400 horas anuales, lo cual es una auténtica barbaridad. En España estamos en las 1.670 horas", explica Susana Romero, portavoz de la Unión Sindical de Controladores Aéreos (USCA) y controladora en el aeropuerto de Santiago de Compostela.
Según medios estadounidenses, el informe preliminar indica que en el momento del accidente solo había una persona realizando el trabajo que normalmente harían dos controladores, pero Romero asegura que es prematuro señalar a esa causa como factor desencadenante de la tragedia: "Sería pretencioso analizar el accidente sin tener todos los datos y tenemos que esperar al informe de la FAA, que es una agencia muy prestigiosa y dirá si realmente tenía que haber dos controladores en ese momento. Muchas veces es habitual que se reduzca puntualmente el número de controladores cuando la capacidad de tráfico es menor, es algo que sucede en todo el mundo".
"Es muy normal que un controlador aéreo pueda responsabilizarse de varias posiciones o sectores de control al mismo tiempo, si el tráfico lo permite. Que hubiese un solo controlador en el momento del accidente no significa automáticamente que esa sea la causa directa, aunque puede haber sido un factor contribuyente. Desde un punto de vista profesional, es cierto que, en condiciones normales, contar con dos controladores aéreos (o más, dependiendo del volumen de tráfico) en una posición de control contribuye a distribuir la carga de trabajo y reducir la posibilidad de cometer errores", afirma Juan Martínez, portavoz del Sindicato Profesional Independiente de Controladores Aéreos (SPICA).
Controlar aviones y helicópteros a la vez
Los medios norteamericanos también han recalcado que ese único controlador que dirigía la operativa en Washington en el momento del accidente tenía que encargarse a la vez de supervisar el tráfico de aviones y helicópteros, pero Romero apunta que esa es una práctica habitual y, además, recomendada: "Lo normal es que si el avión y el helicóptero están en el mismo sector o pueden converger, como ocurrió en este caso, estén bajo el mismo controlador, precisamente para evitar que el controlador que tiene a una aeronave tenga que estar coordinándose con el que tiene a la otra. Yo trabajo en Santiago, que es base de helicópteros de salvamento de la Guardia Civil, y controlamos al mismo tiempo sus helicópteros y los aviones comerciales. De hecho, tienen que estar en la misma frecuencia para que también se escuchen entre ellos, compartir información en el aire es muy importante".
"En España no existe una distinción específica de controladores que trabajen exclusivamente para aviones y otros dedicados solo a helicópteros. Un mismo controlador gestiona las aeronaves que operen en su sector o espacio aéreo asignado, independientemente de si se trata de un avión comercial o un helicóptero. Bien es cierto que nosotros también trabajamos combinadamente con controladores aéreos militares en determinados sectores", dice Martínez.
Aviación civil y militar pueden convivir
También se ha señalado al frecuente paso de helicópteros militares cerca del aeropuerto Ronald Reagan como factor de riesgo, pero Romero defiende que "si los protocolos de gestión del tráfico son adecuados" no tiene por qué haber problemas: "En Barajas suele haber cazas volando y mucho tráfico militar porque al lado está la base aérea de Torrejón y no es peligroso porque todo está estructurado con unos protocolos".
El portavoz de SPICA añade que en EEUU "existen procedimientos muy estrictos para coordinar y separar de manera segura el tráfico civil y militar, coexistiendo ambos de forma segura". Eso sí, admite que el tráfico en el entorno de la capital norteamericana es muy elevado y subraya que las instalaciones del aeropuerto Ronald Reagan, antiguamente conocido como Nacional de Washington, están al borde del colapso: "Hay tres aeropuertos importantes, 11 aeropuertos regionales y 55 helipuertos, sin incluir los operados por el ejército. A esto hay que añadir la dificultad del Ronald Reagan, que fue construido a finales de los años 30 diseñado para manejar 15 millones de pasajeros al año y ahora está con 25 millones. Es un aeropuerto encapsulado, que requiere de una formación adicional para los pilotos y con pistas cortas".
¿Por qué el Black Hawk no esquivó al avión si lo veía?
Hay quien señala como responsable al piloto del helicóptero por no evitar la colisión a pesar de que comunicó por radio a la torre de control que tenía "contacto visual" con el Bombardier CRJ700, que estaba aterrizando. "No hay que aventurar hipótesis porque en ese momento había más aviones en el aire y es probable que el piloto del Black Hawk pensara que lo estaba viendo, cuando en realidad estaba viendo otro avión", dice la portavoz de USCA.
Martínez incide en que ese tipo de confusiones son más habituales de noche, que es precisamente cuando ocurrió el siniestro: "La noche siempre hace que la visión del resto de aeronaves sea diferente. Lo único que se puede percibir son sus luces, lo que produce muchas ilusiones ópticas que te pueden llevar a cometer un error de conciencia situacional, como por ejemplo una errónea percepción de la distancia. También es posible confundir unos tráficos con otros, al no ser fácil identificarlos en concreto. En este caso se da un factor adicional: parece que los pilotos del helicóptero militar llevaban gafas de visión nocturna. Pero lo dicho, hay que dejar a los investigadores que hagan su trabajo para averiguar qué sucedió".
En cualquier caso, ambos controladores coinciden en que el siniestro pudo haber sido fruto de varias causas. "Es evidentemente que ha sido un fallo sistémico porque la aviación tiene muchísimas barreras de seguridad que hacen que sea un sistema de transporte muy seguro. Puede haber un fallo humano, pero los estrictos protocolos que tenemos están precisamente para que un solo error humano nunca provoque un accidente", dice Romero.
"Cuando ocurre un accidente aéreo siempre se investiga una combinación de factores: humanos, técnicos, operacionales, medioambientales y organizacionales. Por lo general, la investigación oficial determina una cadena de eventos donde una combinación de factores humanos y técnicos confluyen para desencadenar el accidente", expone Martínez.