El alcohol es la sustancia psicoactiva más consumida en España según datos de la Encuesta sobre alcohol y drogas (EDADES), práctica que se duplica en los hombres con respecto a las mujeres. Como edad de inicio en el consumo de alcohol, se establecen los 14 años, lo que conlleva un verdadero problema de salud pública a tener en cuenta, puesto que las repercusiones pueden empeorar la calidad de vida y derivar en enfermedades graves como algunos cánceres.
En muchas ocasiones, la persona que padece alcoholismo, al menos en sus primeras fases, no es consciente del problema. Entre los síntomas de los que advierten los expertos de Mayo Clínic se encuentran la ausencia de control sobre la cantidad de alcohol que se bebe, la necesidad de buscarlo, la frecuencia desmedida y la imposibilidad de 'dejarlo' a pesar de que se sea consciente del daño que provoca la ingesta de alcohol.
¿Qué se considera trastorno por consumo de alcohol?
El trastorno por consumo de alcohol deprime el sistema nervioso central, y es un patrón de consumo de alcohol que consiste en tener problemas para controlar lo que se bebe, estar preocupado por el alcohol o continuar consumiéndolo aún cuando se es consciente de que ocasiona problemas de salud física y mental.
Según especifican los expertos de Mayo Clínic, este trastorno también implica la necesidad de tener que beber más para lograr el mismo efecto o la presencia de síntomas de abstinencia cuando se disminuye o suspende rápidamente el consumo. El trastorno por consumo de alcohol incluye un nivel de consumo que suele llamarse alcoholismo.
Se considera consumo de alcohol no saludable todo aquel que pone en riesgo la salud y/o la seguridad de quien bebe, y que provoca una serie de problemas relacionados, bien de índole social, personal o laboral. También entra dentro de este trastorno de salud el denominado atracón, un patrón de consumo por el cual el hombre llega a tomar cinco o más bebidas alcohólicas en dos horas, y la mujer cuatro o más.
Las consecuencias más comunes pasan por una gran aflicción y por dificultades para el manejo 'normal' de la vida cotidiana. Aunque existen diferentes grados de adicción, el estadio leve ya es un problema en sí mismo que se debe atajar con ayuda profesional y cuanto antes.
Estos son los síntomas que te avisan del posible alcoholismo
En un primer momento en el que el alcoholismo ya se ha instaurado, los síntomas más habituales suelen ser, según todos los expertos, la incapacidad de limitar la cantidad de bebidas alcohólicas que tomamos. Para descartar un problema grave, prueba a limitar tu consumo a una sola bebida, y espera a ver qué pasa… intentarlo sin éxito es un síntoma a tener muy en cuenta.
Otro signo de alerta es tener la sensación de ganas de beber, y hacer todo lo posible por conseguir ese trago. Una vez se tiene, es una mala señal que le dediquemos mucho tiempo a beber, a conseguir más alcohol e incluso a recuperarnos tras un día intenso de ingesta.
En un nivel superior de gravedad, llega el incumplimiento de las actividades laborales y sociales, y el hecho de que nuestro tiempo de ocio se ocupe con reuniones en las que sólo se bebe alcohol. Ser conscientes de que beber no es bueno para la salud es un paso importante, pero será un paso atrás si continuamos con el consumo aún sintiendo los problemas físicos, sociales y laborales que nos ocasiona.
Alcoholismo: una necesidad cada vez mayor de beber alcohol
Un signo inequívoco de que nuestro organismo ya se ha 'acostumbrado' a la ingesta de alcohol de manera rutinaria es desarrollar tolerancia, lo que se traduce en que necesitamos tomar mayor cantidad para obtener los mismo efectos. Es decir, notar menos efectividad con la misma cantidad de alcohol, y necesitar 'subir la dosis'.
En un nivel más avanzado, el alcoholismo puede provocarnos los típicos síntomas de abstinencia como son la sudoración incontrolada, temblores, aceleración de las pulsaciones, agitación, ansiedad, náuseas y vómitos cuando no estamos bebiendo…
Así pues, el trastorno por consumo de alcohol puede (y de hecho lo hace) alternar periodos de estar ebrios con síntomas de abstinencia. La abstinencia se produce cuando el consumo de alcohol ha sido intenso y prolongado, y luego se reduce drásticamente. El alcoholismo agudo, por su parte, sucede con el aumento de la cantidad de alcohol en el torrente sanguíneo. Esta fase puede provocar alteraciones del comportamiento y falta de coordinación.
Referencias
Luz M. León, Luisa M. López, Alberto Domínguez, Cristina Rodríguez, Begoña Brime, Experto Técnico Externo del OEDANoelia Llorens. 'Monografía sobre alcohol 2024. Consumo y consecuencias'. Observatorio Español de las Drogas y las Adicciones, Delegación del Gobierno para el Plan Nacional sobre Drogas. Ministerio de Sanidad. Delegación del Gobierno para el Plan Nacional sobre Drogas, 2024.120 p. https://pnsd.sanidad.gob.es