Ideas de bombero

Solíamos atribuir «ideas de bombero» a los niños revoltosos que propugnaban las que considerábamos más descabelladas. El porqué de asignarles esa etiqueta que las remitía al campo de la excentricidad, de la extravagancia, del sinsentido, de lo inaplicable, que, en suma, las descalificaba requeriría una indagación que sigue aún pendiente. Mientras, la acción encomiable de los bomberos, en alerta permanente, se caracteriza por la inmediatez y la disposición permanente a recurrir, en primer término, al empleo directo del hacha para abrir una puerta, sin haber hecho el mínimo intento previo de probar girando el picaporte. Los bomberos, convocados con máxima urgencia, acuden a toda velocidad al lugar del siniestro, sortean el tráfico sin contemplaciones, se abren camino con señales luminosas y acústicas, deslumbrantes y estruendosas, muy bien diferenciadas respecto a las utilizadas por las ambulancias, que evacúan heridos a las urgencias de los hospitales, o por los vehículos de la policía, que acude al reclamo angustiado de quienes sienten amenazada su seguridad.

La rapidez en la propagación del fuego, que los bomberos acuden a sofocar, se ve multiplicada por la sequedad ambiental, la falta de limpieza de los montes, el aporte de los materiales inflamables, indebidamente empleados en la construcción, y la fuerza del viento, que incentiva su función de comburente, aportando el oxígeno necesario, cuya privación extinguiría el proceso. Para combatir el fuego se emplea el agua con el propósito de reducir la temperatura situándola por debajo del punto de combustión, pero también podría alcanzarse el objetivo tapando las llamas con arena u otros áridos, cuya temperatura de incandescencia es difícil es muy superior de modo que se privara al proceso de oxígeno y se extinguiera la combustión. Los bomberos, nacidos como agentes contra incendios, han visto ampliado de modo progresivo su campo de acción porque se les ha ido confiando también la lucha contra los desastres naturales como la DANA del 29 de octubre en Valencia, y así el bombero ha terminado por devenir un mixto de zapador.

El inolvidado Rodrigo Uría Meruéndano, antes de impulsar la firma de Uría Menéndez, como campeona de los despachos de abogados de nuestro país, hubo de cumplir por méritos propios el servicio militar destinado en un batallón de castigo en el Sáhara y de allí trajo, bien aprendido, el himno que entonaba en momentos de particular exaltación, que en su versión adaptada decía así:

Ingeniero Zapador,

con tu pala y tu azadón,

haz el fuerte inexpugnable

de la nueva posición.

Ingeniero Zapador,

bajo balas y metralla,

en medio de la batalla

trabajando con ardor,

Ingeniero Zapador,

tú serás siempre el mejor.

Destaquemos dos sorpresas finales registradas el lunes 18 de noviembre en el cuerpo de bomberos, que han merecido encaramarse como titulares. La primera aparece firmada por Miguel González en El País y reza: Malestar en las Fuerzas Armadas por las críticas de Mazón al general jefe de la UME.

La segunda, es una afirmación que suscribe Anne Applebaum en La Vanguardia: Putin influyó en el procés porque alienta todo lo que socava el sistema democrático. Me pregunto si de verdad es creíble que estén volviendo el ruido de sables y los sondeos a los estados de opinión de los cuartos de banderas. También, si es que nadie, en el Gobierno de Pedro Sánchez, ni en la Generalitat de Salvador Illa, tiene nada que comentar sobre lo dicho por la autora de Autocracia, S.A. Veremos.

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