El PSOE rechaza presionar a PNV y Junts con el impuesto energético como pide Podemos y se encamina a otra derrota en el Congreso

El tiempo extra que se dio el Gobierno para intentar amarrar el apoyo de sus socios de izquierdas a su improvisada reforma fiscal sin perder, a su vez, el respaldo de sus aliados de derechas sigue corriendo, pero no hay ningún avance. Este martes, a dos días de que se vote la norma, varios de los grupos tanto progresistas como conservadores de los que depende se reafirmaron en sus posiciones contrapuestas. Y el Ejecutivo, por su parte, rechazó la vía que propuso Podemos al Ministerio de Hacienda como fórmula de última hora para intentar reconducir la situación: pactar con las izquierdas su apoyo a la reforma a cambio de prorrogar solo durante seis meses el actual impuesto a las energéticas y presionar a PNV y Junts para sumarse a ese acuerdo.

Los morados hicieron llegar a Hacienda esa propuesta en una reunión que mantuvieron este martes en el Congreso la ministra María Jesús Montero y la secretaria general de Podemos, Ione Belarra. La formación explica que ofrecieron al Gobierno su voto a favor de la proposición de ley que se debate este jueves a cambio de extender el actual impuesto a las energéticas hasta el 30 de junio de 2025 (ahora vencería el 31 de diciembre de este año) no porque esa sea su aspiración de máximos, sino porque sirve como "patada hacia delante". Sería, dicen, una forma de ganar tiempo "para negociar un acuerdo definitivo que satisfaga también a los grupos de izquierdas" y, a la vez, dejaría la negociación lo suficientemente abierta como para no espantar a PNV y Junts.

Lo que plantea Podemos es que dicha prórroga de medio año se incluya "en cualquiera de los decretos de ayuda a las personas afectadas por la DANA" que se aprobarán en las próximas semanas en el Consejo de Ministros. No obstante, fuentes del Ministerio de Hacienda descartan de plano esa posibilidad. "Junts y el PNV han sido muy claros, eso no te lo votan", afirman estas fuentes, que consideran que ya han "negociado" lo máximo posible con los nacionalistas conservadores, con quienes "se ha logrado pactar, por ejemplo, mantener el impuesto bancario, eliminar la bonificación al diésel" o "elevar la fiscalidad a las rentas del capital".

De hecho, los nacionalistas vascos, ante los movimientos subterráneos del Gobierno para intentar desbloquear la aprobación de su reforma fiscal, también quisieron este martes marcar su posición con fuerza. Lo hicieron por boca de su portavoz en el Congreso, Aitor Esteban, quien, con un tono mucho más contundente del habitual, calificó de "inviable" la exigencia de ERC, EH Bildu y Podemos de mantener el impuesto a los beneficios extraordinarios de las empresas energéticas y criticó que la proposición de ley que se votará este jueves, que en origen únicamente iba a establecer la obligación para las multinacionales de pagar un tipo mínimo del 15% en el impuesto de sociedades, haya terminado convirtiéndose en un cajón de sastre de medidas fiscales.

"En este momento se necesita que entremos todos los grupos parlamentarios para lograr un acuerdo, y para eso todo el mundo tiene que ceder un poco", sostuvo Esteban, que apostó por que el Gobierno se limite a buscar el "mínimo común denominador" que comparten todos sus aliados, tanto los de izquierdas como los de derechas: el establecimiento de un mínimo de tributación para las multinacionales. Cualquier otra cosa, incluida la exigencia de las izquierdas de que la ley sirva también para extender la vigencia del impuesto a las energéticas, "es una vía muerta", espetó el portavoz del PNV.

El dirigente también se mostró muy crítico con el acuerdo anunciado el lunes por el PSOE y Sumar, por el cual los socialistas se abrieron a aprobar medidas como la eliminación de los privilegios fiscales de las socimis o el establecimiento de un nuevo impuesto a los bienes de lujo a cambio de que los de Yolanda Díaz renunciaran al impuesto a las energéticas. "Estoy viendo acuerdos que no van a llevar a ningún sitio", espetó Esteban, que criticó, por ejemplo, propuestas como la de eliminar la exención fiscal del Impuesto a las Primas de Seguros en el caso de los seguros sanitarios, ya que en Euskadi hay "muchísima gente" suscrita a estas pólizas. El PNV, dijo, "no va a pasar" por ahí.

Con unas posturas tan contrapuestas, la votación de la proposición de ley el próximo jueves será una bola de partido para el Gobierno. Dado que Hacienda rechaza incluir en la misma el mantenimiento del impuesto a las energéticas, serán sus socios de izquierdas los que podrían hacerla caer de forma definitiva. Pero, incluso si el Ejecutivo logra salvar a última hora el texto, únicamente habrá ganado más tiempo para negociar, puesto que la iniciativa tendría que superar el trámite parlamentario definitivo, la votación ante el pleno del Congreso. Y, hoy por hoy, la Moncloa no cuenta con los votos suficientes para sacar adelante la norma.

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