El uso culinario y terapéutico de la miel se conoce desde hace miles de años, tal y como evidencia su presencia en ciertas pinturas rupestres. China y Portugal son los principales exportadores de este producto, cada vez más demandado internacionalmente. En España, los últimos datos de producción propia están marcados por la sequía acentuada en diversas comunidades autónomas. La conocemos de sobra pero, ¿también los beneficios directos que reporta a la salud?
Existen más de 300 variedades de miel de distintos orígenes florales, por lo que su sabor, color y olor dependerá de las flores y las plantas que las abejas polinizan. Su composición también es variable pero hay denominadores comunes como los carbohidratos (fructosa y glucosa) y isacáridos, y aminoácidos.
Uno de los beneficios terapéuticos quizás más desconocidos de la miel es su poder cicatrizante, pese a que se conoce también desde tiempos remotos. En este sentido, la evidencia científica ha avalado su capacidad antibacteriana y antiinflamatoria para cicatrizar quemaduras de espesor parcial y también heridas infectadas tras una cirugía.
La miel es básicamente azúcar puro, sin grasas y con ciertas trazas de proteínas y fibra. Y aunque contiene nutrientes como las vitaminas (B, C), niacina, ácido fólico, minerales (hierro, zinc) y antioxidantes, la mayoría de las personas no suelen consumir suficiente como para que estos elementos realmente sean dosis importantes en la dieta. Sí es importante el impacto de los antioxidantes, clave para algunas de las enfermedades más prevalentes.
Hipertensión
La presión arterial es un factor fundamental a la hora de calibrar el riesgo de enfermedades cardíacas, ámbito de interés para la comunidad científica desde la perspectiva nutricional. En cuanto al consumo de miel, un estudio sobre mujeres mayores de 40 años asoció este a un menor riesgo de hipertensión en este grupo poblacional. Aquí también hay que añadir el impacto del propóleo, resina cuya acción sobre los niveles de colesterol y triglicéridos también se ha evaluado en animales.
Sistema cardiovascular
Entre los antioxidantes que más contiene la miel habría que destacar los flavonoides y ácidos fenólicos, siendo mayores las dosis en la miel de color más oscuro. Estos compuestos tienen un papel fundamental para combatir el daño celular que se manifiesta, por ejemplo, en enfermedades cardíacas o el envejecimiento prematuro.
Diabetes tipo 2
Diversos estudios han constatado que la miel puede aumentar los niveles de adiponectina, una hormona que reduce la inflamación y mejora la regulación del azúcar en sangre. En esta línea, se han realizado investigaciones que evidencian que la ingesta diaria de miel en ayunas en pacientes con diabetes tipo 2 puede beneficiarles para regular dichos niveles, si bien esta ingesta debe estar bien controlada por estos individuos.
Referencias
Shoemaker, S. (2024). Everything to Know About the Health Benefits of Honey. Healthline. https://www.healthline.com/nutrition/benefits-of-honey?c=39388207394