La partida en la que ha entrado la nueva Comisión junto al Parlamento Europeo se encuentra ahora mismo en un punto muerto, pero acaba de entrar en una semana decisiva. Las fechas se ajustan y la presidenta Ursula von der Leyen ha vuelto de la cumbre del G20 en Brasil con el objetivo de desbloquear el veto del Partido Popular Europeo (PPE) a Teresa Ribera y con un riesgo creciente de que cunda el desgobierno en la Unión: cada vez hay menos opciones de que la Comisión empiece a funcionar en diciembre.
"La condición es que dimita si un juez la encausa", expresan fuentes parlamentarias a 20minutos, recalcando que esa es la premisa que dan para apoyar a Ribera. "Dudamos que la encausen y vista la velocidad a la que funciona la justicia española seria dentro de más de 5 años y ya no seria ni comisaria", añaden. La todavía vicepresidenta del Gobierno, en cambio, sigue teniendo el 'no' rotundo del PP español para que sea nueva vicepresidenta del Ejecutivo comunitario. "No hay posibilidad alguna de que el Partido Popular apoye a un gobierno comunitario en el que esté Teresa Ribera después de todo lo sucedido en estas dos semanas", sostuvo Dolors Montserrat, en la línea marcada también por Alberto Núñez Feijóo, que pide a Pedro Sánchez "responsabilidad" y la propuesta de otro candidato.
En caso contrario, los populares españoles quieren forzar "una votación secreta" de Ribera para que cada parte se posicione. Esto también es complejo porque la idea sigue siendo que los seis vicepresidentes de la nueva Comisión se voten en bloque. Ahí está todavía el juego de vetos cruzados: si la española cae, los socialdemócratas no dan su apoyo al italiano Raffaele Fitto, por lo que todo el Colegio de Comisarios se iría abajo. El escenario más dramático sería ese. En el PP, de hecho, hay algunas voces que creen que Ribera no pasará el corte "en ningún caso", pero el efecto dominó posterior complicaría las cosas.
"Veremos si los eurodiputados quieren apadrinar con su voto a una vicepresidenta que tiene un problema de gestión y responsabilidad pública en el que 220 europeos han perdido su vida en la Comunidad Valenciana y en Castilla-La Mancha", expuso Montserrat, dejando la pelota en el tejado de otros dirigentes, consciente también de que de momento cuenta con el apoyo de sus 'colegas' del resto del PPE, liderado por un Manfred Weber que quiere ir al choque con Von der Leyen.
No hay de momento avances hacia un acuerdo y las fuentes consultadas en el lado socialdemócrata indican que esa pieza tampoco se mueve: si cae Ribera, cae toda la Comisión, Von der Leyen incluida. Es el mismo punto que remarcaron hace unos días, cuando acusaron al PPE de salirse del acuerdo histórico centrista de las fuerzas europeas. Además, recuerdan que las votaciones "ya son secretas" por lo que la petición del PP en ese sentido no tiene nada de novedosa.
Veremos si los eurodiputados quieren apadrinar con su voto a una vicepresidenta que tiene un problema de gestión y responsabilidad pública
El calendario es ajustado. La primera fecha clave es el 20 de noviembre, cuando está previsto que Ribera rinda cuentas en el Congreso por su gestión de la DANA, algo que también exigía el PP. El 21, solo un día después, sigue siendo un momento clave para que el Parlamento Europeo pueda dar por cerrado el proceso de audiencias a los comisarios designados. Ahora, esto podría no quedar así si hubiera que situar contrarreloj esa votación de los vicepresidentes. Con todo, para que la Comisión Europea pueda entrar a funcionar el 1 de diciembre toda ella tendría que ser aprobada en el pleno de la Eurocámara que empieza el 25 de noviembre en Estrasburgo. Es decir, queda solo una semana y media por delante para cumplir con los plazos.
Y en estos momentos de cierta tensión ya hay algunas voces críticas importantes con lo que está pasando, como es el caso del ministro de Exteriores italiano, Antonio Tajani (que también fue presidente del Parlamento Europeo). "Sería un error gravísimo impedir a la Comisión Europea poder empezar a trabajar", expresó este lunes, que habló de bloqueo por "caprichos políticos", aunque se muestra optimista "con que se pueda imponer el sentido común".
¿Hay algunas alternativas? Sí, pero sin precedentes. La primera pasa por una llamada de Ursula von der Leyen -que mantiene "la confianza" en Ribera- a Pedro Sánchez para que proponga a otro candidato. En las condiciones actuales de Ribera nunca ha pasado algo así, aunque hace unos meses la alemana sí hizo lo propio con Francia para que Thierry Breton no fuera el nombre de Emmanuel Macron en la nueva Comisión. El presidente francés hizo caso y puso sobre la mesa a Stephane Sejourné, que aspira a ser, como Ribera, vicepresidente del Ejecutivo comunitario.
En último término, Von der Leyen podría seguir adelante contra todo y contra todos: esto es, no hacer caso de lo que diga el Parlamento Europeo y mantener la Comisión tal cual está. No hay ninguna norma que obligue a la germana a aceptar los matices y los reclamos de la Eurocámara, pero si se la 'salta' la guerra entre instituciones estaría abierta. De momento, nadie contempla ese escenario. "Si no ha pasado antes, no pasará ahora", repiten las fuentes. Con todo, el 'marrón' que tiene que resolver Von der Leyen es grande, y con el tiempo ya corriendo en su contra.