Han pasado más de 20 años desde que Vega pasó por esa segunda edición de Operación Triunfo, donde coincidió con Manuel Carrasco o Nena Daconte. Desde entonces, ha vivido muchos fuegos, pero ese fue "el primer incendio": "De eso, quedaron cosas buenas de mí y claro, unas cenizas de mí que dejaron lo mejorcito de lo mejorcito, para aprender y tener un aprendizaje hecho para otras cosas".
Muchas otras cosas, porque de ese incendio, como ella lo llama, no solo salió viva, sino que construyó otras Vegas: la empresaria —hoy tiene su propio sello discográfico—, la artista, la compositora... "Ser independiente es un poco una puñeta porque te lo tienes que revisar y comer todo tú sola, es agotador…, pero yo necesito hacer lo mío y ahora no me manda nadie… porque encima luego una crece, ¿sabes?", asegura, orgullosa.
Acaba de sacar Ignis, su nuevo trabajo, un disco que alude al fuego, a la ignición, a lo que acaba consumido, pero vuelve a renacer: "La vida se nos incendia una y otra vez y tenemos capas y capas de cenizas, que a veces, no nos dejan ver que debajo estamos nosotros, que podemos volver a empezar y que la vida no se acaba".
Y de eso sabe mucho, con este nuevo proyecto, serán ya diez álbumes los que tenga en el mercado, además de componer para artistas como Bisbal o su querido amigo Manuel Carrasco, y conseguir dos nominaciones a los Grammy. "Lo que he podido hacer en mi carrera es diversificar un poco y no quedarme solamente en ser intérprete de mis propias canciones. Escribir es dar a otros, saber que lo que necesitan no es lo mismo que lo que necesito yo, y se me da bien. Tengo artistas felices y contentos con sus canciones y, sobre todo, mi público feliz y contento con eso", añade.
Es una mujer que no solo acepta, sino que disfruta con el paso del tiempo, porque la ha hecho más sabia: "Nos hemos acostumbrado a vivir de cara a la galería… y tienes que cumplir con los estándares de perfección. Pero soy realista, es que las chicas que vienen dentro de la industria, que son más jóvenes, llegará un día en que también tengan la edad que tengo yo y sufrirán lo que estamos sufriendo nosotras".
Es muy consciente de lo que significa ser mujer, madre y artista, al mismo tiempo. "Yo tengo la suerte de que, en casa, no solamente me respetan como profesional, sino que me apoyan, tanto mi marido como mi hija", añade. "Hay que ser lo suficientemente lista, lo suficientemente guapa, lo suficientemente todo, pero sin pasarte de nada. Porque si te pasas en algo, algo te pasa… Y ser lo suficiente para que no sea insuficiente. Es decir, las mujeres estamos en esa línea en la que tenemos que estar en el momento justo, que es la medida que nos pone otro".
Palabras llenas de verdad, como todo lo que sale de su boca. Una artista que no ha necesitado el foco continuo en estos años para seguir creciendo e incendiándose. "Tenemos que sacudirnos la conciencia socialmente, creo que esos incendios también son necesarios. La cultura es un motor para sacudir conciencias, no solamente para entretener. Para mí, la música es cultura, quiero seguir haciendo cultura, poder vivir y comer de mi trabajo, hay gente para que solo es business". Asistiremos a muchos más fuegos porque, como asegura, ha "hecho mil principios, más que finales", y este solo es uno más.
