La UE reacciona a la vuelta de Trump con cautela y con Meloni como nuevo 'puente' con Washington

Ya no hay vuelta atrás: Donald Trump ha cogido el mando de nuevo de Estados Unidos y la Unión Europea toma nota... desde la distancia. De momento, tiene el freno de mano echado. Este lunes el magnate tomó posesión en la Casa Blanca para el que será su segundo periodo en la presidencia, tomando decisiones desde el minuto uno y con una agenda más ambiciosa, proteccionista y con políticas más duras que durante los cuatro años anteriores. "Vamos a recuperar nuestro país", avisó ya el propio Trump en los días anteriores a su vuelta a Washington.

En su discurso en el Capitolio -donde por el frío tuvo lugar la toma de posesión- el (re)estrenado presidente, que hace cuatro años dio plantón a Biden a la hora de darle el relevo, expuso que con su vuelta "comienza la edad de oro de América". En ese mensaje fue rotundo: "Nuestro país florecerá y será respetado de nuevo en todo el mundo. Seremos la envidia de todas las naciones y no permitiremos que se sigan aprovechando de nosotros durante todos y cada uno de los días de la Administración Trump". Al mismo tiempo, fue muy crítico con el Ejecutivo de Biden: "El Gobierno enfrenta una crisis de confianza. Tenemos un Gobierno que no puede manejar crisis en casa ni fuera. No puede proveer seguridad a los ciudadanos mientras le da refugio a criminales de fuera".

En Europa, mientras, prima la cautela. En el capítulo de felicitaciones la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, fue clara: "La UE espera trabajar estrechamente con usted para abordar los desafíos globales. Juntos nuestras sociedades pueden lograr una mayor prosperidad y fortalecer su seguridad común. Esta es la fortaleza duradera de la asociación transatlántica", escribió en redes sociales, en un mensaje calcado al del presidente del Consejo Europeo, Antonio Costa. Desde el Gobierno español, el presidente Pedro Sánchez llamó este lunes a la UE a estar "unida" frente a los movimientos que puedan llegar desde Washington y al mismo tiempo pidió "rebelarse" contra la 'tecnocasta' que "usa su poder para controlar el debate público" en alusión a Elon Musk, según dijo en un acto dedicado a la IA en Madrid.

"Europa está dispuesta a trabajar juntos, como amigos y socios, para crear un mundo de estabilidad, oportunidades y esperanza", expuso por su parte la presidenta del Parlamento Europeo, Roberta Metsola, justo antes del inicio del pleno en Estrasburgo. Esa línea de cooperación la siguió también el canciller alemán, Olaf Scholz. "Estados Unidos es nuestro aliado más cercano y el objetivo de nuestra política es siempre una buena relación transatlántica. La UE, con 27 miembros y más de 400 millones de personas, es una unión fuerte", dejó claro; fueron unas premisas compartidas también por el presidente francés, Emmanuel Macron. Mientras, la primera ministra danesa, Mette Frederiksen, avisó de que ahora empieza "una nueva realidad para Europa".

Ya antes, la vicepresidenta de la Comisión Europea, Teresa Ribera, había decidido marcar el camino: nada de "entrar al trapo" ante polémicas que salgan ahora de la Casa Blanca. "Tendremos un papel de cooperación con Estados Unidos", apuntó en una conferencia organizada por Fórum Europa en Bruselas. "No nos gusta el enfoque de confrontación, no sabemos lo que vendrá, pero es importante aunar esfuerzos en nuestro interés", expuso quien es, de facto, la número dos de la Comisión y también encargada de la política de Competencia, de nuevo en primera línea por los órdagos lanzados por las grandes tecnológicas de la mano de Trump. Para ella, EEUU es "un aliado cercano, independientemente de su liderazgo y con el que compartimos valores y entendimientos en muchos aspectos". Así, el principal llamamiento de Ribera ha sido el de hacer "una Europa más fuerte" en el mundo.

Pese a esa mano tendida, la distancia de la UE con Trump es importante, y de hecho la única líder europea que estuvo en su toma de posesión fue la primera ministra italiana Giorgia Meloni, vista por muchos como el nuevo 'puente' entre Washington y Bruselas; la Administración Trump prefiere cerca a los Abascal, Salvini, Le Pen o Wilders, pero en la Unión asumen que necesitan un punto intermedio, y ese puede ser Roma. Meloni, eso sí, no habló desde la capital estadounidense en clave europea, sino que dijo estar allí "para fortalecer las relaciones" bilaterales con Estados Unidos. Pidió, asimismo, "estrechar lazos en una era de desafíos globales e interconectados".

Juntos nuestras sociedades pueden lograr una mayor prosperidad y fortalecer su seguridad común. Esta es la fortaleza duradera de la asociación transatlántica

Para la UE es también relevante el papel que tome Trump ante la invasión rusa de Ucrania, y por lo pronto este lunes recibió la felicitación de Vladimir Putin. "Nunca nos hemos negado al diálogo, siempre hemos estado dispuestos a mantener relaciones fluidas y cooperación con cualquier administración estadounidense", expuso el presidente ruso durante una reunión del Consejo de Seguridad, y apuntó que el objetivo para él "debe ser una paz basada en el respeto a los intereses legítimos de todas las personas, de todos los pueblos que viven en esta región". La mano tendida la tiene Volodimir Zelenski. El líder ucraniano aseguró durante estas semanas que espera buenas repercusiones con la llegada de Trump, pero no habla de un alto el fuego en el conflicto. "Los ucranianos están dispuestos a trabajar junto con los estadounidenses para lograr la paz, una paz verdadera. Es una oportunidad que hay que aprovechar", dijo, en un vídeo compartido en redes sociales.

Las preocupaciones de Europa no llegan solo ahí: la inversión en Defensa -prevé EEUU exigir al menos un 3% de inversión del PIB- para que el país siga siendo el sostén de la OTAN o los aranceles son otros de los frentes abiertos: estos últimos parecen una estrategia generalizada de Trump, que también ha avisado de que quiere controlar Groenlandia, un territorio autónomo pero que está bajo Dinamarca, es decir, un Estado miembro de la UE. No hay una reacción como tal a esos avisos, sino mucha calma por el momento desde Bruselas. Algunas figuras, de hecho, ven en esto una opción de que la Unión acelere en su autonomía estratégica, aunque en cierto modo tenga que ser más por obligación que por iniciativa propia. La foto completa, con todo, genera un mapa de "incertidumbre" para Europa, según los expertos, en un contexto además en el que solo el 28% de los ciudadanos de la UE ven como "buena" la vuelta de Trump a la Casa Blanca, tal como refleja una encuesta de ECFR.

En resumen, Trump ya tiene de nuevo el mando y en Bruselas no quieren ni lamentos ni dramatismo; el mensaje por ejemplo de Ribera no pasa por confrontar con EEUU o responder a su presidente, sino por reivindicar el 'valor' de Europa y su "estabilidad", con normas que posicionen al continente de manera más firme en el nuevo orden mundial. Entre la confrontación y el silencio la Unión ha optado en los últimos días por lo segundo; por quitar hierro a las ínfulas del magnate. Fuentes comunitarias consultadas por 20minutos apelan a "las lecciones aprendidas" respecto a 2016 y "ponerse a trabajar".

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