Fue una idea que ya puso sobre la mesa en campaña y ahora la ha hecho oficial: Donald Trump pedirá a los aliados de la OTAN que inviertan un 5% del PIB en Defensa, es decir, tres puntos porcentuales por encima del objetivo actual. Así lo ha anunciado en su discurso -por videoconferencia- ante el Foro de Davos. "Es un nivel que se tendría que haber alcanzado hace años", ha expresado el presidente de Estados Unidos. De hecho, en algunas ocasiones ha avisado de que si no se alcanza esa exigencia podría valorar sacar a su país de la Alianza Atlántica.
La realidad es que el aumento del gasto en Defensa está ya en la mente de casi todos los líderes, aunque el secretario general de la OTAN, Mark Rutte, abogó recientemente por acercarse más al 4%, como paso previo a ese 5%. Eso sí, asumen que el 2% ya no puede ser el techo, sino "el suelo" en cuanto a inversión militar.
Pero lo que Trump está pidiendo es un imposible. Y es que el presidente electo de Estados Unidos ya hablaba de ese 4% de objetivo durante su primer mandato, pero ahora ha decidido subir la apuesta, con todos los aliados muy lejos de esa cifra. Por ejemplo, según los datos manejados, solo Polonia superará el 4% (hasta el 4,12%) a finales de este año, mientras que otros países como Estonia, el propio EEUU, Letonia o Grecia podrán superar el 3%. Es decir, estos países estarían de sobra por encima del objetivo del 2%, así que cumplirían con las expectativas, pero aún así seguirían lejos del nuevo órdago lanzado por Washington.
España, de hecho, está a la cola del gasto en Defensa en proporción a su producto interior bruto de los 32 miembros de la OTAN. Así lo dejó claro el último informe de la Alianza Atlántica sobre previsión de gasto para 2024, en la que se estima que el Gobierno español destinará un 1,28% del PIB. En ese vagón rezagado están también Croacia, Portugal, Italia, Canadá, Bélgica, Luxemburgo y Eslovenia. Estos son los países que al final de este año quedarán todavía por debajo del 2%, y por lo tanto lejísimos también de ese 5% que reclama ahora Estados Unidos. Pedro Sánchez, no obstante, respondió esta semana a la nueva Administración estadounidense que España alcanzaría ese 2% en 2029.
La mayoría de socios de la Alianza Atlántica se encuentran precisamente entre el 2% y el 2,5% que coloca Londres ahora, así que su inversión en Defensa a finales de este año está en línea con un objetivo que, eso sí, ahora parece caduco. Por encima del 2,5% estaría pero por debajo del 3% estaría solamente Lituania. Por lo tanto las brechas son importantes y en cierto modo tienen que ver con la 'cercanía', en muchos casos, de la guerra en Ucrania: Polonia, la propia Lituania o Estonia ven el peligro cerca, y salvo el caso de Grecia, el resto del países del sur están muy rezagados en esta clasificación.
"El presidente Trump tiene razón, tenemos que invertir más en Defensa". Esa frase pronunciada por la Alta Representante de la UE, Kaja Kallas, es el resumen perfecto de la voz de Bruselas: no quieren confrontación con Washington porque "no tendríamos nada que ganar", tal como avisó la vicepresidenta de la Comisión Europea, Teresa Ribera. En cambio, el esfuerzo que hace la Unión pasa por entender que el mundo ha cambiado y por tanto el bloque comunitario tiene que cambiar también. Pero a corto plazo no puede hacerlo. Esa conciliación obedece a que, de momento, la dependencia de la UE de Estados Unidos es suficientemente grande, sobre todo en el plano militar, como para romperla de un movimiento.
En esa misma línea habló también el primer ministro polaco, Donald Tusk, que también dio por válidos los argumentos de Trump. "No preguntemos a EEUU qué puede hacer por nuestra seguridad, preguntémonos qué podemos hacer nosotros", sostuvo ante el Parlamento Europeo, y avisó de que si Europa "quiere sobrevivir" tiene que "armarse". Es decir, llegar al 4 o 5% de inversión del PIB en el plano militar. Ahora los cálculos ya no son una hipótesis; Trump hace su advertencia realidad.