En las cenas familiares del clan Nadal, tío Toni le contaba a su sobrino Rafa que él realmente era un deportista inimitable, delantero del Milán, ganador de cinco Tour de Francia y mago del tenis, pues era capaz de parar los partidos o retirar jugadores a su antojo. Rafa escuchaba boquiabierto y embobado, pues todo aquello era cierto y Toni lo demostraba frente a la televisión: "Ahora, Lendl se va a retirar; en este partido va a llover". Y tal cual. Después, a escondidas, el jefe del clan pulsaba el stop y paraba la cinta grabada.
Ayer, aquel niño nos contó que sus propios poderes habían llegado a su fin: durante 20 años, su mente siempre había derrotado a su maltrecho cuerpo, solo él conseguía hacer realidad los sueños que el resto de mortales consideramos trucos de magia. Hasta que llegó el momento de darle al stop.