Sumar sigue tratando de recomponerse tras la abrupta dimisión la semana pasada de su portavoz en el Congreso, Íñigo Errejón, y las posteriores denuncias por agresión sexual interpuestas ante la Policía contra él. Para eso, admitió este martes el secretario general del grupo parlamentario y miembro de la dirección de Sumar, Txema Guijarro, la formación necesita "tiempo". Y, por ello, Guijarro confirmó que en las próximas semanas el partido decidirá si pospone la segunda parte de su asamblea fundacional, cuya celebración estaba prevista para los días 14 y 15 de diciembre y cuyo orden del día aunque aún se desconoce, puesto que Sumar no ha aclarado si servirá para elegir un nuevo líder orgánico tras el abandono de Yolanda Díaz de esas responsabilidades hace unos meses.
El Grupo Coordinador de Sumar, su máximo órgano entre congresos, se reunirá el próximo 9 de noviembre para decidir si pospone la celebración de esa segunda parte de la asamblea fundacional, concretó este martes Guijarro, que ejerció como portavoz de la coalición en el Congreso ante la ausencia de Errejón. A título personal, el dirigente admitió que a él le parece lógico que Sumar se reorganice mínimamente y se reponga del golpe antes de celebrar su congreso, pero Guijarro insistió en que la decisión final dependerá de los órganos de la formación.
En cualquier caso, el portavoz suplente de Sumar reconoció, con rostro muy serio, que las revelaciones de los últimos días sobe Errejón "nos están afectando a todos, a todo el país", y llegó a calificarlas de "bomba nuclear". Para reconstruir los fragmentos tras la caída de esa bomba, la primera tarea de Sumar será elegir al nuevo portavoz parlamentario en el Congreso para sustituir al dimitido. Pero Guijarro explicó que esa decisión se tomará entre "todos los partidos de la formación" —y no será, por tanto, competencia exclusiva de Yolanda Díaz, como pedía IU— y que no se ha alcanzado por el momento un acuerdo.
La única pista que ofreció el dirigente es que en Sumar existe un "sentir extendido" de que "sería bueno que la portavoz fuera una mujer". "Pero las negociaciones aún no están cerradas, insistió Guijarro, que además apuntó que el proceso de reorganización no termina con la sustitución de Errejón, puesto que la salida de un dirigente tan destacado como era el dimitido obligará a que haya más "cambios" en otros puestos, como pueden ser portavocías o presidencias de comisiones.
Una incógnita más para un congreso lleno de ellas
El congreso que ahora podría posponerse hasta más allá de diciembre de este año llegaba en tan mal momento para Sumar que ni siquiera se conoce para qué debería servir. Tras varios batacazos electorales, los aliados de Díaz la obligaron a abandonar su intención inicial de subsumirlos en su organización, que era para lo que estaba pensada inicialmente la cita de diciembre: para que miembros de IU, Más Madrid y Catalunya en Comú se integraran en la dirección de Sumar. Y lo único que se sabía era que en el congreso quedaría recogido en los estatutos del partido su renuncia a ser un paraguas que aúne a toda la izquierda alternativa, y que el cónclave también debía de servir para que Sumar actualizara su hoja de ruta política
Precisamente el dirigente que iba a coordinar los trabajos para elaborar un nuevo documento político para Sumar era Íñigo Errejón, por lo que ahora la formación tiene que encontrar otro dirigente que asuma esas funciones. Y, además, hay tres discusiones que van a llegar abiertas a ese congreso, quiera o no Sumar abordarlas: el papel de Yolanda Díaz como líder, la relación del partido con sus aliados y la posibilidad de tender puentes en el futuro con Podemos.
En ello coinciden varias fuentes consultadas del espacio a la izquierda del PSOE que conocen bien el estado actual de Sumar y también de la coalición que lidera. A corto plazo, el partido tiene que decidir si escoge una nueva dirección para el partido, y también si esa cúpula está compuesta de hombres de paja que se limiten a someterse a las directrices de Díaz o si, realmente, tienen capacidad de decisión. Por ahora, Sumar se limita a asegurar que no se ha discutido todavía ese tema.