El rellenado de la cámara de aire, la técnica más rápida y barata para aislar la casa y poderla alquilar o vender a partir de 2030

A partir de 2030, no se podrá vender o alquilar una vivienda en España que no tenga una certificación energética de mínimo la letra D, más que el nivel que tienen la mayoría de inmuebles, que fueron construidos antes de que en los noventa empezara a haber obligaciones relativas a la eficiencia. Para elevar el listón hasta el mínimo exigible, existe una técnica de aislamiento que gana cada vez más adeptos, más barata y que puede estar lista en un solo día. Sin transacciones comerciales de por medio, también proporciona una mayor confort térmico y un ahorro de hasta un 30% en el gasto energético de los hogares.

Se trata del llamado aislamiento insuflado, que consiste en inyectar en las cámaras de aire que tienen la mayoría de las viviendas entre las paredes interiores y los muros exteriores o en los techos materiales como la lana de roca, lana mineral, celulosa o fibra de madera. Se puede hacer desde dentro de la vivienda o desde el exterior, según el tamaño del inmueble o de su cámara de aire puede hacerse en un solo día y es más barato que recurrir a otro tipo de revestimientos.

Además, está contemplada en el sistema de Certificados de Ahorro Energético (CAE) del Ministerio de Transición Ecológica, de manera que si se recurre a un instalador que pueda expedirlos se puede obtener un descuento. Una vez puesto, no ocupa espacio en la vivienda ni requiere mantenimiento y es resistente al agua, a insectos y a roedores y consigue también un aislamiento acústico, reduciendo el ruido que pasa desde la calle.

El aislamiento insuflado es una técnica a la que cada vez más recurren los propietarios para mejorar el aislamiento de sus pisos y recortar las facturas por la calefacción o aire acondicionado y, de paso, reducir el nivel de ruido que pasa desde la calle. De cara a 2030, la mayoría de las viviendas en España necesitarán elevar la categoría energética al menos hasta la letra D será obligatorio para poder venderse o alquilarse.

En concreto, el 60% de los edificios de viviendas en España se construyeron sin ninguna normativa de eficiencia energética, según el Instituto para la Diversificación y el Ahorro de Energía (IDAE), dependiente de Transición Ecológica, que contempla rehabilitación de edificios como una de las categorías de actuación clave para reducir el consumo y el gasto en energía y, dentro de ella, prioriza las inversiones sobre las envolventes térmicas de los edificios, en fachadas y cubiertas y el cambio de puertas o ventanas sobre, por ejemplo, el cambio de calderas.

Según la empresa instaladora ASC Aislamientos es una técnica "en bastante auge" porque la mayoría de las viviendas fueron construidas antes de que fuera exigible un determinado nivel de aislamiento. Precisamente, en las más antiguas es donde más se notan los beneficios, porque no tienen ninguna otra medida de aislamiento.

Entre las grandes, Iberdrola ya ha rehabilitado de esta manera mil viviendas desde que en 2022 lanzó su solución Aislamiento Smart. En cifras redondas, estas actuaciones equivalen a un ahorro de 1.500 megavatios al año, al consumo energético de 500 hogares y a una reducción de 280 toneladas de CO2 cada año.

Entre las "ventajas" que apuntan en ASC, figura que es "rápido" porque el material se inyecta en un hueco que ya existe y "la obra se puede realizar en un día, como mucho dos o tres", dependiendo del tamaño de la cámara de aire y del de la vivienda. Además, señalan otro elemento clave, que el aislamiento se puede hacer de manera individual, es decir, no hace falta que toda la comunidad de propietarios lo haga, lo que evita el problema de que los vecinos "casi nunca se pongan de acuerdo" sobre estas cuestiones.

Según los presupuestos que ofrecen otras empresas del sector, el aislamiento insuflado de la fachada de un piso puede costar entre 1.100 y 1.300 euros, entre 1.200 y 1.400 si se trata de un chalet adosado o entre 2.500 y 2.700 si se trata de un chalet individual. Rellenar un falso techo sobre una superficie de 100 metros cuadrados puede costar entre 1.600 y 1.800 euros.

De acuerdo a algunos de los trabajos realizados por Iberdrola, una vivienda de 88 metros cuadrados de la zona norte de Madrid y construida en 1975 con una calificación energética F mejoró dos niveles de la clasificación, hasta la D, después de una actuación de aislamiento insuflado. Con la misma técnica, un dúplex de 170 metros cuadrados y construido en 2003 mejoró su calificación energética de la D a la C. Con las dos letras su propietario podría vender o alquilar pero mientras su consumo de energía caerá un 30%.

Zircon - This is a contributing Drupal Theme
Design by WeebPal.