Carlos Alcaraz afronta este jueves su segundo partido en el Masters 1.000 de París tras ganar en primera ronda a Nicolás Jarry y lo hará contra el jugador local Ugo Humbert, tenista galo mejor clasificado que llega al duelo de octavos muy enfadado con la organización del torneo por el trato recibido.
Tras batir al estadounidense Marcos Giron este miércoles en la Pista 1 (segunda en importancia tras la pista central), clamó contra el ninguneo sufrido por parte del torneo al no recibir la oportunidad de jugar en la principal: "Ha sido decepcionante, creo que merecía algo mejor. Soy el número uno francés, entrené en la Pista Central", argumentó en unas declaraciones en las que se explayó al respecto.
"Este es mi torneo favorito, cuando me enteré de que no jugaría en la Pista Central me sentí decepcionado. Soy un tipo muy amable, simpático, y eso a veces se utiliza contra mí. Estoy feliz por haber ganado este partido y por merecerme jugar en la Central frente a Alcaraz", zanjó al respecto.
La cuestión de la que se queja Humbert es, en cierto modo, razonable, pues el tamaño de las pistas es una cuestión que amenaza a la existencia del propio torneo de París. La diferencia entre la principal y las secundarias ha obligado al torneo a anunciar un cambio de sede en la ciudad de cara al próximo año... y su desaparición a medio plazo es una posibilidad a la que se enfrenta la federación gala, propietaria del torneo.
Extraño es, por otra parte, que teniendo la federación francesa el control del torneo, no dé este tipo de ventajas a sus jugadores locales y más si es el N.º1 del país.
Parece seguro que Humbert será un hueso para un Alcaraz al que le cuesta mucho este torneo y que ya acumula malas experiencias en sus pistas ante rivales franceses, como ya le ocurrió en su derrota ante Hugo Gastón de 2021 debido a la alta presión del público.