La excepcionalidad de la ingeniería desarrollada por los antiguos romanos es mundialmente conocida. Todo aquel que ha tenido la oportunidad de visitar una de estas construcciones -como el Coliseo o el Foro romano, o aquí, en España, el acueducto de Segovia y el teatro romano de Mérida- se ha preguntado alguna vez, cómo pudieron entonces, con las herramientas de la época, construir edificios de semejante envergadura. La respuesta sigue siendo todo un misterio para la mayoría.
Sin embargo, el Imperio Romano sigue dejando huella en nuestra historia presente. De hecho, recientemente se ha vuelto a poner en valor una de las construcciones mejor conservadas de la arquitectura romana en España: "La Cuba".
¿Qué es 'La Cuba'?
La presa romana de Almonacid de la Cuba, conocida popularmente como "La Cuba" está ubicada en Zaragoza (Aragón) y fue construida en el siglo I, durante el reinado de los emperadores Augusto y Tiberio, y 2.000 años después ha logrado aliviar en su municipio los efectos de la DANA de octubre de 2024, que, aunque no con la misma brutalidad que en la Comunidad Valenciana o Castilla la Mancha, también ocasionó daños en Aragón.
Con una altura de 34 metros, la presa de Almonacid es la presa más alta del mundo entre las construidas en la época romana y la de mayor altura documentada en todo el Imperio Romano. Su estructura alcanza los 120 metros de longitud y 27 metros de ancho y fue diseñada principalmente para usos agrícolas y -en menor medida- para abastecimiento urbano.
Esta presa fue construida con piedra de mampostería y mortero de cal, materiales extremadamente resistentes, que, combinados, permiten cierta flexibilidad en la estructura. Todo ello, sumado a su diseño inclinado en talud, facilita la dispersión de la energía del agua, evitando que la presión sobre la presa se acumule y previniendo posibles fracturas.
La historia de 'La Cuba'
En un principio, la presa tenía una capacidad de 6 hm³ y nacía para la irrigación de los campos y el abastecimiento de agua de los habitantes de la zona. Sin embargo, a partir del siglo III, su uso comenzó a disminuir, y la presa fue abandonada gradualmente.
No fue hasta la época musulmana que se reutilizó, convirtiéndose en un azud, una estructura hidráulica que desvía el agua del río hacia los canales de riego, función que mantiene hasta el día de hoy. Además, La Cuba es también un importante reclamo turístico en la Comarca de Campo de Belchite.
Declarada Bien de Interés Cultural (BIC) por el Gobierno de Aragón, la presa atrae a miles de visitantes cada año, que buscan admirar de cerca esta maravilla de la antigüedad. De hecho, el Ayuntamiento de Almonacid de la Cuba ha desarrollado un circuito de pasarelas que permite a los visitantes rodear el monumento y contemplarlo desde diferentes perspectivas.
Hoy la Cuba es un legado que sigue siendo fundamental en el presente, y todo un símbolo de resistencia y adaptabilidad que cautiva a nuevas generaciones de ingenieros, arquitectos y ciudadanos que entienden que la historia tiene mucho que enseñarnos.