Podemos redobla la presión al Gobierno para subir los impuestos a las grandes empresas. Apenas unos días antes de que, con toda probabilidad, el Congreso rechace prorrogar el gravamen a los beneficios extraordinarios a las empresas energéticas, los morados anunciaron este lunes que presentarán una proposición de ley para instaurar otra tasa, que en este caso gravaría con un tipo del 50% los beneficios de las 35 sociedades que forman parte del Ibex-35 (el principal índice bursátil español). El año pasado, estas compañías repartieron en conjunto dividendos por valor de cerca de 40.000 millones de euros a sus accionistas.
La tasa tiene muy complicado salir adelante, habida cuenta de la habitual reticencia del PSOE a establecer impuestos de esta índole sobre las multinacionales, y más en un momento en el que el Gobierno ha empezado a diseñar la retirada de algunas de las ayudas extraordinarias puestas en marcha en 2022 por la crisis inflacionaria desatada por la guerra de Ucrania. No obstante, la iniciativa sirve a Podemos para redoblar su apuesta fiscal y también para volver a poner en un brete al Ejecutivo, con quien las relaciones no pasan por un buen momento.
La propuesta llega, además, apenas unos días antes de que el rechazo de PNV y Junts, junto a PP y Vox, vaya a derribar la prórroga del impuesto a las empresas energéticas que llevaba en vigor desde 2023. La convalidación del decreto que extendía este gravamen se votará este miércoles en el Congreso, y con toda probabilidad la medida será derribada pese a que la presión tanto de Podemos como de ERC, EH Bildu y BNG obligó al Gobierno a extender el pasado diciembre por el plazo de un mes un impuesto que el Ministerio de Hacienda se había resignado a dejar caer.
Este lunes, los morados volvieron a criticar en relación a ese gravamen que "el PNV y Junts están defendiendo los intereses de las energéticas", en palabras de su coportavoz, María Teresa Pérez. Y, asimismo, Podemos señaló al ala mayoritaria del Gobierno, de quien dijo que, "a juzgar por la inacción del PSOE, que no ha movido un dedo para que este impuesto se prorrogue, parece que el cachorrito de Repsol no es [el portavoz del PNV en el Congreso] Aitor Esteban, sino Pedro Sánchez".