En este tiempo complejo que nos ha tocado vivir hay una cuestión que ha quedado más que clara, y es que juntos hacemos más: más Europa es un seguro de vida. La pandemia, la guerra en Ucrania y ahora un incipiente nuevo orden mundial hacen más necesaria que nunca la unidad de los países europeos para avanzar en su autonomía estratégica y minimizar la dependencia de terceros.
Históricamente, la UE ha confiado en la OTAN y, por extensión, en Estados Unidos para su defensa. Sin embargo, la imprevisible política exterior estadounidense y la creciente agresividad de Rusia hacen necesario que Europa tome las riendas de su propia seguridad.
Existe un urgente interés en cambiar las reglas del juego, la forma en la que los países nos relacionamos, ignorando principios básicos de la diplomacia y la soberanía nacional. Pero ningún país es súbdito de otro y esa es la posición que defendemos: las relaciones entre países libres, iguales y soberanos de acuerdo al derecho internacional. Por eso, estamos con Ucrania ante la amenaza de Putin y el respaldo de EEUU.
El modo en que el presidente estadounidense afrontó el encuentro del pasado viernes con el presidente ucraniano fue esperpéntico e inusitado. La palabra más utilizada en medios y redes fue humillación. Frente a esto, defendemos una paz justa y duradera para Ucrania, lo que implica asimismo una Europa más segura. Rusia intenta desde hace tres años apropiarse unilateralmente de territorios que pertenecen a nuestro viejo continente y ahora cuenta con EEUU como aliado, pretendiendo aplicar la ley del más fuerte.
La paz de Ucrania es la paz de Europa y la de todos sus países miembros. También de España. Porque la seguridad es un bien público europeo, y por eso debemos trabajar en unidad dentro del marco de la UE para aumentar de forma común y coordinada el gasto destinado a defensa con una estrategia clara y un uso eficiente de los recursos. Solo la paz es el objetivo y solo nuestra fortaleza podrá garantizarla.
