La Super Bowl, cuya 59ª edición se saldó con una cómoda victoria de los Philadelphia Eagles sobre los Kansas City Chiefs, es cada año un imán de famosos. El fútbol americano es uno de los deportes más populares en Estados Unidos, y es habitual que el partido más relevante de la temporada reúna a muchas caras conocidas, aunque en 2025 han destacado los futbolistas, en especial Leo Messi.
Junto a sus compañeros del Inter de Miami (Luis Suárez, Sergio Busquets y Jordi Alba), el astro argentino disfrutó del triunfo de los Eagles sobre los Chiefs desde el Caesars Superdome de Nueva Orleans. Junto a sus respectivas familias, los jugadores que formaran su amistad en el Barça no se perdieron el choque, y no pasaron desapercibidos, pues a pesar de no aparecer en la retransmisión oficial, múltiples aficionados aprovecharon el momento para sacarse fotos y acercarse a sus ídolos.
Antoine Griezmann y Koke tampoco quisieron perderse uno de los eventos deportivos del año. Según terminó el derbi en el que Real Madrid y Atlético empataron en el Bernabéu, los jugadores rojiblancos se subieron a un avión, rumbo a Louisiana, donde fueron dos espectadores más. El capitán colchonero, como seguidor confeso de los Eagles, acabó la noche más contento que el atacante francés, aficionado de los Chiefs.
Tampoco faltó a la cita Rodri Hernández. El flamante ganador del Balón de Oro afirmó para Sky Sports que, en Europa, "intenta seguir el deporte" estadounidense. Dada su lesión de larga duración, el centrocampista del Manchester City no tuvo impedimento alguno para cruzar el charco y ser testigo directo de tan "increíble evento".