Los socialistas ven "muy complicado" que alguna formación rechace la condonación de la deuda autonómica a su paso por el Congreso de los Diputados, aunque las advertencias de Junts y la oposición en bloque de todas las comunidades del PP les mantiene "prudentes". Aún queda tiempo para que esta ley orgánica se vote en el Pleno, pero Moncloa considera que lo que haga Junts con sus votos podría influir en los del PP y complicar la aprobación de la medida. "Si Junts vota que no, el PP tendría la sartén por el mango", reconocen desde el Gobierno, conscientes de que este compromiso adquirido con ERC puede correr peligro cuando aterrice en el inestable tablero parlamentario.
Creen que el PP va a buscar otra "derrota" del PSOE, pero si ve que Junts se posiciona a favor también valoran que puedan ponerse "nerviosos" y repensar la jugada. Y aunque los consejeros populares abandonaron la reunión del Consejo de Política Fiscal y Financiera (CPFF) presidido por la ministra de Hacienda, María Jesús Montero, como señal de protesta a la quita de la deuda, desde el Ejecutivo confían en que puedan acabar priorizando el saneamiento de sus cuentas autonómicas a infligir otra derrota al Gobierno. "Se hace difícil un voto negativo, incluso del PP", insisten desde Ferraz.
Por ello, los socialistas están en uno de sus momentos de "pedagogía". Explican detalladamente y con todo tipo de ejemplos en qué consiste la condonación de la deuda y lo que supondría que formaciones como el PP o Junts la rechazasen. La comparan, por ejemplo, con la hipoteca de un ciudadano. "Imagínese que le dicen que su Gobierno va asumir su deuda pero la casa sigue siendo suya. ¿Están por condonar la deuda o por condenar al ciudadano?", lanzó la ministra portavoz, Pilar Alegría, en la rueda de prensa posterior al Consejo de Ministros, aunque sin puntualizar que los fondos para asumir esa deuda salen de la recaudación de los impuestos de los ciudadanos y que no todas las comunidades ven condonados los mismos pasivos.
La medida, avanzada por el líder de ERC, Oriol Junqueras, centrándola en Cataluña y que posteriormente la ministra de Hacienda extendió la explicación a todas las comunidades, supondría que el Estado asumiese casi 84.000 millones de euros. Con esa baza creen que la norma debería tener fuerza por sí sola para recabar los votos necesarios en el Pleno, aunque cabe recordar que también confiaban en ello cuando se votó el decreto ómnibus que contenía la subida de las pensiones y tanto Junts como el PP rechazaron la primera votación.
A esto aludió el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, en la sesión de control del Congreso, donde pidió a los populares reconsiderar su posición para evitar eventuales "contradicciones" como la mencionada, en alusión a que acabaron votando a favor de una medida parecida que el Gobierno tuvo que renegociar con Junts. Finalmente, los posconvergentes accedieron, pero a cambio de cesiones como que el PSOE permitiese el debate de una cuestión de confianza contra Sánchez, si bien, este lunes la terminó desactivando.
Desde Moncloa no dieron a conocer más detalles sobre el motivo por el que Junts dio su brazo a torcer en una negociación que se produjo en Suiza y en la que participó José Luis Rodríguez Zapatero. Eso sí, constataron un buen clima de "diálogo" con Junts. Pero tan pronto estos dan aire como se lo quitan y este martes amagaron con votar en contra de la condonación de la deuda. "Que no nos quieran dar gato por liebre porque este pacto consolida el café para todos", pronunció su portavoz en el Parlament, Mònica Sales.
Un rechazo al modelo planteado por Hacienda que el líder de Junts, Carles Puigdemont, estimó amainar. "Junts ha pedido siempre la condonación de toda la deuda. Que ahora se perdone una parte es mejor que no se perdone nada, pero continuamos manteniendo que la administración catalana tiene que liberarse de todo este problema que el Estado le cargó encima", fijó en la red social X. Desde el Ejecutivo creen que este mensaje muestra que a los posconvergentes no les parece "mal" la medida, aunque siguen apelando a la prudencia.
La única negociación de la que dejan constancia tanto el PSOE como Junts es la de la cesión de competencias migratorias a Cataluña. Fuentes gubernamentales valoran positivamente los últimos gestos de Junts y hablan de "conversaciones muy avanzadas" en lo que respecta a las competencias sobre inmigración. "El pacto no está hecho, pero cada día que pasa estamos más cerca", reiteran desde Ferraz. En todo caso, reconocen estar "atascados en una cosa pequeña" que todo indica que tiene que ver con el control de fronteras.